Corazón puro
Sinopsis de la película
Agnese y Stefano son muy diferentes. Ella sólo tiene 17 años, vive con su madre y está a punto de hacer voto de castidad hasta el matrimonio. Él es un hombre de 25 años, con un temperamento violento y un pasado turbio. Su inesperado encuentro despierta un sentimiento de pureza. Pero cuando hacen el amor por primera vez, la ilusión de pureza de Agnese se rompe. Siente que ha traicionado sus ideales y toma una decisión extrema para intentar borrar su pecado.
Detalles de la película
- Titulo Original: Cuori puri
- Año: 2017
- Duración: 115
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Opinión de la crítica
Película
6.2
66 valoraciones en total
Una película sin pose, lo cual se agradece, cuya estética está al servicio del realismo de la historia, totalmente creíble. La contraposición de los mundos de los dos protagonistas favorece el ritmo y la relación, la agresividad se compensa con la paz. Una historia de amor que no persigue ser bonita y que por ello se asemeja más a las montañas y los surcos de una relación que cualquier comedia romántico-dañina.
La película Corazón Puro, supone el debut en la realización del italiano Roberto de Paoli y está producida por Young Films, productora fundada por el propio director. La cinta está protagonizada por Simone Liberati y Selene Caramazza, que al igual que el director también ha sido su primer trabajo en la gran pantalla. Ambos interpretan a dos jóvenes procedentes de entornos sociales diferentes y distantes que al final se unen e identifican entre sí. Corazón Puro fue seleccionada para la Quincena de los realizadores en la 70 edición del Festival de Cannes y ha ganado el premio de Mejor Actriz (Selene Caramazza) en el pasado Festival de Cine Europeo de Sevilla.
Caramazza interpreta a Agnese, una chica de 17 años, a punto de cumplir los 18. Es muy católica y devota, que ha prometido mantener su virginidad hasta el matrimonio. Tiene una madre muy controladora y posesiva, que teme que su hija pueda desviarse por el mal camino. Por otro lado, Liberati encarna a Stefano, un chico de 25 años, con una vida algo movida y metido en líos, con carácter violento y un oscuro pasado. Entre ellos surgirá una cercana y amorosa relación que irá en contra de los ideales de ella.
Roberto De Paolis primero apuesta por presentar a los personajes por separado. Vemos como es su vida, sus familias, a qué se dedican, cuales son sus motivaciones, de esta forma podemos empatizar más fácilmente con alguno de los personajes. La trama se desarrolla con lentitud, en la que el director prefiere apostar por lo reflexivo en vez de mostrar el simple romance entre dos chicos totalmente opuestos. Por un lado, en el personaje de Agnese se representa todo ese conservadurismo que rodea a la Iglesia y a la religión católica, el cumplimiento de la moral, las leyes sagradas y el pecado, siempre presente en el ser humano.
Por otro lado, Stefano es un claro reflejo del mundo de las calles y los suburbios, la inmigración, la pobreza, la delincuencia, un realismo social crudo y directo que deja claro los problemas e imperfecciones de la sociedad. Abundan los planos cerrados, personajes caminando con una perspectiva tomada desde la espalda, buscando lo cercano e íntimo, y así dar una mayor sensación de agobio. Los primeros planos también están muy presentes a lo largo del film, captando muy bien las miradas, ya que a veces expresan más que las propias palabras.
En definitiva, Corazón Puro es una propuesta interesante que se aleja de los típicos romances imposibles entre una chica buena e inocente y un chico malo y rebelde. El amplio repaso temático y social resulta muy creíble, aunque en ocasiones no evite caer en el mero cliché y en sensacionalismos. Una película con carácter y personalidad propia pero que le falta ambición y ritmo, algo que puede producir un cierto aburrimiento. A pesar de todo ello, es compensada con un inesperado y abierto final que hace replantearse los valores del resto del film.
Escrito por Aitor Gallego
https://cinemagavia.es/corazon-puro-pelicula-critica/
Una película de pocos medios, en un ambiente corriente, casi vulgar, pero con dos muy buenas interpretaciones por parte de él y ella, mejor él.
De fondo la polémica de que si a los de fuera, en este caso gitanos, se les trata mejor que a los italianos pobres, muy a lo Salvini.
Lo del inesperado final, que aquí se ha apuntado, viene como un cambio de giro que para nada estaba preparado.
Eso de los finales abiertos queda muy cool, pero a quien le interesan las historias no deja de preguntarse: y ahora, ¿qué?
El trabajo, directo y claro, del director no queda en la mera circunstancia, en el ejemplo grácil, si no que lo intenso de la historia, de la trama, es la universalidad del fondo, de cómo realizar un trabajo bien definido sin caer en lo circunstancial y en lo anecdótico. El guion se suma a la apertura de los géneros fílmicos, con planos cerrados, en movimiento, en la búsqueda de lo cercano y lo real, añadiendo agobio a la atmósfera del film. Las interpretaciones buscan la visceralidad, parcas en palabras son más insinuaciones que implementación ortodoxa de ideas. Los gestos, las miradas y sobre todo las acciones de sus protagonistas marcan las tramas hasta el final… donde, acorde a lo narrado lo deja en ese punto interpretable abierto.
Me gusta de esta película observar que hay un esfuerzo notable de su novato director en retratar emociones auténticas y en intentar por todos los medios que éstas lleguen al espectador para emocionar. Eso es en esencia el cine, un lenguaje de comunicación de emociones. El esfuerzo de este nuevo director resulta, para mí, ya en sí mismo entrañable, como si hubiera una película subterránea sobre la realizacion de la película, que también consiguiera trasladar emociones. Es lo genuino de los directores que comienzan, llenos de empeño y de ideas, quizás sin ser del todo conscientes de que a veces son excesivamente transparentes.
El inicio de la película, en el que una muchacha huye corriendo de un muchacho, con planos muy cortos de uno y otro, es una declaración de intenciones en lo formal, y también en lo sustancial. De algún modo, a lo largo de la película, tenemos un personaje que huye y otro que busca algo, ambos con desesperación. Planos cerrados como los mundos de cada uno. Hay más veces que los personajes corren detrás de algo, y ello, tiene sentido como propuesta cinematográfica, porque no siempre hay el mismo orden, porque los personajes evolucionan, sufren, se contradicen, dudan. Lo más bonito de esta historia no es ésta en sí misma, ya la hemos visto muchas veces, sino cómo consigue el director comunicárnosla. Personajes tan distantes, con mundos tan cerrados, consiguen tomar aire cuando comparten espacio, cuando están juntos. Los planos en los que formalmente salen los dos actores, son siempre muy intensos, basta ver como termina esa primera secuencia de la persecución. Hay pues una lograda empatía con los personajes, y con su historia, y un deseo de que se sucedan esos espacios de libertad que ambos consiguen al estar juntos.
Por momentos, el realismo formal, la conflictividad social en la que se mueven los personajes, su propio impetuoso carácter, hacen temer la tragedia. Sea como fuere, termine como termine, hay que destacar el voluntarioso retrato de estos personajes tan auténticos, que a lo largo de la película intentan seleccionar correctamente el grano de la paja y descubrir lo que realmente es importante, aclararse respecto a los valores que valen la pena, y los que les conducirán al desastre. No será facil, porque los obstáculos son numerosos y están profundamente enraizados, y solo encuentran libertad para ser ellos mismos y tener claridad, en el espacio que consiguen juntos, brevemente.
La historia más pequeña del mundo puede ser extraordinaria si nos la cuentan bien, si nos tienen al día siempre de lo que sienten los personajes y nos emocionan con lo que les pasa. A mí me llega la emoción en esta película, que ciertamente, a veces pierde un poco el ritmo, como si de repente no supiera hacia donde ir, algo que también es muy de director novato, Pero en ningún momento he querido apearme, más vien lo contrario. Una historia pequeña, de seres pequeños, filmada con brío, con algun desajuste que no le quita intensidad, con muy buenas interpretaciones (ella tiene algo especial, una inocencia que le permite saltar de la alegría al drama en un periquete), con un criterio formal lleno de sentido. Y me gusta el final que, de algun modo, enlaza con el principio y enhebra la película. No cuento más, vale la pena sufrirlo uno mismo.