Copper (Serie de TV)
Sinopsis de la película
Serie de TV (2012-2013). 2 temporadas. 23 episodios. Ambientada en el siglo XIX y protagonizada por un policía de origen irlandés que trabaja en la ciudad de Nueva York. La acción se desarrolla sobre todo en el amable barrio de inmigrantes irlandeses de Five Points, pero también en las mansiones del Upper East Side y la Quinta Avenida, así como en Harlem, barrio donde predomina la población negra.
Detalles de la película
- Titulo Original: Copper (TV Series)
- Año: 2012
- Duración: 60
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Opinión de la crítica
Película
6.1
55 valoraciones en total
Pais
Directores
Actores
- Aaron Poole
- Adrian Griffin
- Alex Paxton-Beesley
- Alfre Woodard
- Anastasia Griffith
- Andrew Howard
- Andrew Jackson
- Andrew Priestman
- Ato Essandoh
- David Keeley
- Donal Logue
- Dylan Taylor
- Dylan Trowbridge
- Franka Potente
- Geordie Johnson
- Ian Matthews
- Inga Cadranel
- Joanne Boland
- Kevin Ryan
- Kiara Glasco
- Kyle Schmid
- Lachlan Murdoch
- Lara Jean Chorostecki
- Peter Bryant
- Ron White
- Supinder Wraich
- Tanya Fischer
- Tessa Thompson
- Tom Weston-Jones
- Will Bowes
Estupendamente ambientada en el Nueva York de fines del XIX, Copper es una serie a la antigua usanza, casi un western, en el que los personajes, sucios, corruptos y maltratados se convierten en lo fundamental de la historia. Policías, detectives, putas, niñas que se prostituyen y muchos irlandeses, la intriga se queda corta pero acaba no importando.
Muy a lo Gangs of NY, ha sido una de las revelaciones de la temporada.
Lo mejor: Los créditos iniciales. Lo sucio que es casi todo.
Lo peor: Franka Potente, desubicadísima.
Cuando escoges para ver la serie Copper entre el amplio abanico de series de época surgen dudas, como suele ocurrir con las series que no se han puesto de moda al no haber sido especialmente promocionadas. Una vez comienzas el primer capítulo te vas dando cuenta que es una serie entretenida, bien pensada, ambientada en el New York del siglo XIX con muchísimo acierto, creando una atmósfera que de buen seguro refleja lo que era aquella ciudad habitada por emigrantes irlandeses y de otros muchos lugares.
La fotografía, el vestuario, la sensación de un New York gris y la sencilla trama, hace de Copper una serie fácil de seguir. Ideal para relajarte y disfrutar de una buena serie.
La industria cinematográfica del otro lado del Atlántico siempre ha acertado en algo que ha contribuido a encumbrarla: echar la vista atrás, al pasado de América, y plantear un discurso que podrá variar según épocas, directores y guionistas, pero que siempre tendrá como denominador común el de producciones sólidas, bien hechas, que sepan aproximarse de forma solvente a determinado momento histórico. Esto es algo de lo que carecemos aquí, y cuando se han fraguado intentos similares (escasos), los resultados son los que todos ya conocemos. Osea, mediocridades, salvo algunas honrosas excepciones.
La idea desde la que parte Copper es, hasta hoy, una de las más jugosas e interesantes que podemos hallar en el mundo de las series televisivas. Situar tramas detectivescas en el New York de segunda mitad del s.XIX ya es de por sí un planteamiento lo suficientemente atractivo como para garantizar entretenimiento y, a la par, diversos puntos sobre los que reflexionar y construir un drama de entidad. No quiero confundir, tampoco estamos ante el descubrimiento del siglo: Serpico o American Gangster , por poner dos ejemplos bien conocidos, se desarrollaban (aunque en otra época) dentro del género policíaco en una ciudad que, por otra parte, ha sido la más utilizada en la historia del cine. Pero, como vimos en Gangs of New York , aquella sangrienta y magnífica cinta de Martin Scorsese, el Manhattan primigenio constituía un verdadero filón para contar nuevas historias. La construcción de América, desde los primeros colonos y pobladores europeos, es un tema fascinante, y sólo hay que echar una breve mirada al western para descubrir lo mucho que se ha hecho y dicho partiendo de esa base argumental.
Pero situémonos. Copper se ubica durante la Guerra Civil, y Nueva York dista mucho de lo que fue a partir de la primera mitad del s.XX. En las décadas de 1860 y 1870, la Gran Manzana es una población caótica y sucia, cuyas calles son de barro y sus distritos meros bloques hacinados, una acumulación de caseríos pobres de madera, gentes atiborrando las calles con sus mercaderías y caballerías y carruajes, un Central Park salvaje y peligroso, unos muelles con una actividad frenética y algunos barrios, como Five Points, que albergan construcciones algo más nobles para los burgueses adinerados de la ciudad. El resto se puede adivinar: las calles neoyorkinas están llenas de criminalidad, burdeles, trabajadores, rateros, nuevos negocios, bandas rivales, guetos, etc. Nueva York refleja bien lo que significó América: un lugar de oportunidades y de decepciones, un crisol de gentes venidas de diversos puntos en busca de una nueva vida, donde se podía hacer fortuna o caer en la más absoluta miseria.
Copper se sitúa a caballo entre el western y el género policíaco. En medio de esta ciudad esperanzadora y a la vez infernal, Kevin Corcoran será el detective honesto, lacónico y racional que nos recuerde a los viejos sheriffs del Oeste. Veterano de la guerra contra los rebeldes confederados, Corcoran tratará de averiguar la misteriosa desaparición de su esposa y la muerte de su hija. Entretanto, él y sus ayudantes lucharán día tras día contra el crimen, colaborando con unas jefaturas de policía corruptas y a la sombra de unas altas esferas que guardan secretos oscuros y que conspiran más que servir a la ciudadanía.
Pero, dicho esto, estoy seguro de que el profundo interés de Copper no reside tanto en sus tramas detectivescas como en su temática social. Como es bien sabido, miles de irlandeses emigraron a Norteamérica durante el s.XIX y primera mitad del XX, dejando atrás una tierra mísera y cruel, en la que la riqueza jamás estuvo justamente repartida y en la que Inglaterra ejercía una soberanía nunca aceptada. La verde y húmeda Irlanda, en los albores de la Contemporaneidad, ya no daba más de sí, no había un nivel de recursos proporcional a los índices demográficos, y de no haber sido por la introducción de la patata unos siglos antes, las hambrunas habrían sido absolutamente desastrosas para la población de la isla. En este substrato, es fácil imaginar lo que suponía América para los proletarios y campesinos irlandeses: un horizonte en el que prosperar, pues era imposible vivir en peores condiciones. En efecto, América fue la salvación para la inmensa mayoría: tierras extensas y fértiles que cultivar, una industrialización imparable, nuevos negocios, comercio floreciente, una administración nueva para un país cada vez más poblado, y un crimen organizado creciente que daba ingentes beneficios en una tierra llena de recursos. Copper quiere acercarse a esta masa de población a menudo ignorada. Hombres y mujeres que recordaban con nostalgia su lejana Irlanda, y que trajeron consigo sus costumbres, su devoción católica, sus músicas, su acento, su carácter, su intolerancia racial, etc. La serie está plagada de referencias a la añorada Irlanda, y hasta la banda sonora está sumida en una constante inspiración gaélica.
[sigo en spoiler sin desvelar nada]
Esta serie parece querer hacer de lo anacrónico su bandera.
¿Alguien que se preocupa por una pobre puta muerta en ese Nueva York emergente? ¿Un forense colaborando con palicía en pleno siglo XIX… y además negro?
Mmmm… Le he puesto un 6 sintiéndome generoso porque aún no he visto ni la mitad de la serie.
No se puede comparar ni por asomo a Deadwood. Aun así, sirve para pasar un rato entretenido y no es peor que la inmensa mayoría de series que vemos habitualmente.
Se notan influencias de Gangs of New York y de Deadwood aunque quizá la calidad de los actores no sea tan alta como en los nombrados casos anteriores. Pero con una ambientación muy conseguida, con todo ese nivel de oscuridad y suciedad en una Nueva York del siglo XIX punto de choque de diferentes culturas y razas, con una trama bastante trabajada y fácil de seguir, hace que esta serie sea algo más que interesante. Todos tienen sus demonios atormentándoles, acompañados de la reciente Guerra, y no escatiman en tocar varios temas difíciles a la hora de preparar la historia.
Lo mejor, desde mi punto de vista, esa inquietante niña representada por una actriz que cree en lo que hace. También, como ya he dicho, la ambientación y la facilidad de expresar el contenido.
Bastante recomendable, sobre todo para cambiar un poco ya que no es una serie policial al uso.