Conversaciones con otras mujeres
Sinopsis de la película
Un hombre y una mujer próximos a los cuarenta se conocen en una boda en un hotel neoyorkino. Mientras ella fuma un cigarrillo tras otro y él bebe también sin pausa, entablan una conversación llena de ingenio y dobles sentidos en la que cada uno va cercando al otro con la precisión de un felino. Cada uno despliega hábilmente su estrategia con habilidad: ella es especialista en mantener a distancia a los hombres al tiempo que atrae su atención con sus ocurrencias y su acento británico, él, por su parte, sabe asediar a una mujer desde diversos frentes, una táctica que al final resulta irresistible.
Detalles de la película
- Titulo Original: Conversations With Other Women
- Año: 2005
- Duración: 84
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Opinión de la crítica
6.6
65 valoraciones en total
Conversaciones con otras mujeres es una notable película de Hans Canosa (2005) que cuenta una historia en apariencia cotidiana, valiéndose de largas sesiones de interesantes e inteligentes charlas entre los dos protagonistas sin nombre: un hombre y una mujer. Presenta una escena común de dos personas conociéndose y coqueteando entre el ruido de una boda que está a punto de terminar.
A medida que transcurre la conversación, el director nos muestra con cortes bruscos de cámara, los destellos a manera de recuerdo, que nos ilustran una posible relación entre ambos personajes en el pasado, lo cual se convierte en el hilo conductor de la narrativa de la historia y por supuesto, de la temática en la conversación.
Los personajes llevan la conversación al plano romántico y sexual, revelando detalles de una moral muy libre de parte de ambos, lo cual se convierte en el fundamento principal para entender el subsecuente clímax de la historia. El guión maneja tono sarcástico, es inteligente y describe una relación inusual e interesante. Así mismo, brinda al espectador una amplia posibilidad de interpretaciones. Sin embargo a medida que la historia avanza y los motivos se van conociendo, la historia pierde lo inusual del principio, para convertirse en una película romántica, con excelente e innovador trabajo de fotografía.
El manejo de las tomas divididas en dos partes es un apoyo excelente al momento de comprender lo que ocurre en la mente de los personajes, pues las reacciones y sentimientos de uno, de acuerdo a los impulsos generados por la conversación, van ligados de forma muy importante a las mismas reacciones y sentimientos de la contraparte en el diálogo. Es fundamental si se pretende entender la relación por completo. Ambos esperan obtener algo producto de la conversación, que se va develando a medida que transcurre la historia, y usan todos los medios retóricos a su disposición para lograrlos, y armonizan sus líneas de manera sutil y fluída.
En términos generales, considero que es una película innovadora en el aspecto técnico, pero que su narrativa llega a su fin después de haber perdido una buena parte de su espontaneidad y realismo del inicio.
Un director desconocido, dos buenos actores y una sinopsis atractiva aunque no inquietante me llevaron a ver esta película que aparecía en mi autotour de FA. Al principio me resultó algo estresante por tener dos planos a los que mirar, la mayoría de las veces no complementarios, así que sientes que si no abarcas ambos te estás perdiendo partes fundamentales de la historia. Sin embargo vas cogiendo la mecánica según avanza la narración, a pesar de que en ningún momento hay un común denominador para esa tercera mirada, esa que añade el director además de la suya y la mía. A veces corresponde al otro protagonista que no habla en ese momento, otras veces es un flashback que expresa gráficamente los recuerdos que nos narra el que está hablando, algunas otras parece ser una fantasía más loca que la realidad prosaica a la que intenta ceñirse el personaje: como si a un doble plano pudiéramos ver lo que desea hacer más profundamente y lo que se impone a si mismo. Pocas veces, como he mencionado, los dos planos resultan complementarios, lo que también expresa lo difícil que resulta un encuentro emocional entre dos seres humanos, sea por los diferentes sentimientos o por los distintos momentos vitales.
El guión, con un diálogo chispeante, de una profundidad emocional muy placentera y a veces dolorosamente real, deja ocasionales dudas sobre la historia anterior de la relación que no suponen ninguna pega sino que, al contrario, acaban siendo un punto de libertad para el espectador a la hora de leer la historia que nos cuenta Canosa, casi como la decisión de a qué plano mirar. En cuanto a los dos actores protagonistas consiguen dar a sus dos personajes anónimos toda la fuerza de alguien real. Helena Bonham Carter está exquisita en esa mezcla de cinismo y ternura, de sentido práctico e impulsividad con las que define a la dama de honor de repuesto. Aaron Eckhart por su parte compone de forma genial al abogado que pretende vivir el momento sin culpas pero al que constantemente interfieren sus amargos fracasos personales, su permanente nostalgia de lo que no ha podido ser. Los dos brillan a doble plano en esta película, con la difícil naturalidad que dan las buenas actuaciones.
Después de verla encontré una entrevista a Hans Canosa en la que cuenta que hasta sus 17 años no pudo ver ni una película por prohibición de sus padres, ambos cristianos fundamentalistas dice él, en mi opinión con toda la razón. Respecto a Conversaciones dice, además de otras cosas, que su intención con el doble plano no era hacer pirotecnias visuales , sino facilitarle al espectador el identificarse con los dos personajes. Su guía, dice, era la historia que quería contar. He de decir que en lo que a mi respecta, consiguió muy bien sus objetivos. Y que espero que los siga consiguiendo en muchas otras películas que le compensen a él de ese pasado sin cine, y a nosotros de tantas historias que no cuentan mucho … o que cuentan demasiado.
Esta es una de esas películas que se encuentran por casualidad, o te recomienda un amigo, que se ve sin saber que esperar de ella, pero con cada minuto te atrapa y te deja con la sensación de querer saber más.
Todo es sencillo: la historia, el decorado (interiores, prácticamente), pero el guión es inteligente, y el montaje, a doble pantalla además, también.
Los diálogos son ágiles, chispeantes. Desde el encuentro de la pareja protagonista y la fase del cortejo se vuelven luego más profundos, muestran heridas y decepciones. La manera en que se revela el pasado de los protagonistas es también digna de elogio.
Tal vez recuerde un poco a Antes del atardecer (2004), pero en el interior de una habitación de hotel.
Helena Bonham Carter está espléndida, aunque Aaron Eckhart también (ya mostró luego su gran talento en Gracias por fumar).
En resumen una buena película, con una historia muy bien contada, lo que no es poco.
Para empezar tengo que decir que vi esta película en TCM Autor mientras caía una terrible tormenta, y cuando faltaban 5 minutos para el final la conexión se perdió e inexorablemente salió el letrerito de No hay señal . Aporreé el mando con todas mis fuerzas, le chillé como una loca, clamé a los cielos y me cagué en la puta madre de la tormenta de los cojones, pero nada de eso me sirvió para enterarme del final, que en el momento en el que escribo esta crítica sigo sin saber.
Me había montado una maravillosa noche cinéfila con programa doble, a ésta le seguía El leñador de Nicole Kassell. En realidad Conversaciones… era una especie de abrebocas porque la peli que de verdad me interesaba era la otra, pero resultó que Hans Canosa consiguió encandilarme hasta el punto de que me da igual perderme El leñador porque lo que de verdad me jode es haberme perdido el final de ésta. MECAGOENTOSUNASIÓNNNNNNNNNNNNNNNN!
Y una vez desfogado mi cabreo por la vía del aullido feroz, diré que me he perdido el final de una historia apasionante, efervescente y sorprendentemente auténtica. Sólo adelantaré que hay sorpresa y que casi a la mitad del metraje te das cuenta de que lo que creías estar viendo no es lo que veías, sino que estabas viendo algo totalmente diferente. Y como no puedo contar más, ahora que lo tengo fresco, intentaré recrear algunos de los diálogos, especialmente las partes Bonham Carter:
1. El cuerpo? Todas las mujeres se lo trabajan. Y las que dicen que no se lo trabajan y que comen de todo y que jamás engordan son las que más se lo trabajan. Aparentar que estás buena sin esfuerzo requiere un enorme esfuerzo.
2. Me horroriza la perversidad de la mente humana: nunca recuerdas lo que quieres recordar pero siempre recuerdas todo lo que quisieras olvidar.
3. Por qué dudas al decir tu edad? Porque es una cifra sorprendentemente alta y no suena bien.
Sé que a muchos les costará creerlo, pero Helena Bonham Carter está maravillosamente encantadora, guapa y estilosa en esta película, lo prometo palabritadelniñojesús, jarrrrrlllll mematennnn!!!
Y Aaron Eckhart simple y llanamente es ese tipo adorable con el que sueñas encontrarte en las bodas para que aderece con su conversación la pesadilla de tartas nupciales, vivanlosnovios, el ramo, la corbata, la liga, el vals, los pasodobles… Aaaaargggg!!!!
Diossssss, hay algo más cutre y hortera en el mundo que una boda????? Y algo más maravilloso que encontrarte en una boda a ese alguien especial con quien nunca te puedes encontrar en otra parte? De hecho… no es por esa ilusión por lo que todos vamos a las bodas?
Por cierto, al final la señal volvió y pude ver El leñador , aunque me perdí el principio.
Si quieres saber lo que me pareció busca mi crítica.
Completamente olvidada en el Palmarés de la SEMINCI, como tantas otras, en mi opinión Conversaciones con otras mujeres ofrece una inteligente e irónica reflexión acerca de las relaciones sentimentales y sexuales, abordando igualmente el tema de las segundas oportunidades. En el aspecto visual, la pantalla dividida a la mitad que a veces ofrece escenas del pasado junto a las que suceden en el momento, y otras veces dos planos diferentes de la misma secuencia actual, creo que resulta muy eficaz.
Helena Bonham Carter resulta muy convincente en un papel que se le ajusta a la medida, como el vestido que luce como dama de honor suplente, y lo mismo puede decirse de Aaron Eckhart, un actor al que desconocía, que lleva a cabo desesperados esfuerzos dialécticos muy poco habituales en los hombres de su edad para conseguir a la mujer a la que acaba de encontrarse en la boda de su hermana. Junto a escenas de gran comicidad que provocan en más de una ocasión la sonrisa e incluso la carcajada, (no perderse la de la grabación del vídeo de felicitación a los contrayentes, y también la del ascensor del hotel) la película presenta una hora y media de diálogos muy ingeniosos acerca de la dificultad de que hombres y mujeres coincidan en deseos y necesidades en la misma época de su vida, sin que por ello dejen de intentarlo.