Conociendo a Matsuko
Sinopsis de la película
Matsuko fue asesinada a los 53 años cerca de un río próximo a su apartamento. Un sobrino suyo investiga el caso y va reconstruyendo los episodios de la desgraciada vida de su tía. Estuvo nominada a nueve premios de la Academia de Cine Japonesa (director, actriz, sonido, banda sonora, iluminación, dirección artística, guión, montaje y fotografía) y obtuvo tres: mejor actriz (Miki Nakatani), mejor montaje (Yoshiyuki Koike) y mejor BSO (Gabriele Roberto & Takeshi Shibuya).
Detalles de la película
- Titulo Original: Kiraware Matsuko no isshô (Memories of Matsuko)
- Año: 2006
- Duración: 130
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Opinión de la crítica
Película
7.1
88 valoraciones en total
Está basada en una novela de Muneki Yamada.
La película comienza con la muerte de Matsuko (Miki Nakatani, Jin), asesinada a sus 53 años. Su propio hermano (Teruyuki Kagawa) había renegado de ella durante años ocultándole su existencia a su hijo Shou (Eita, The foreign duck, the native duck and God in a coin locker). Pero el sobrino de Matsuko es quien se encarga de investigar y recoger pistas del apartamento de su tía, sus conocidos y demás para reconstruir la vida y aprender quién era realmente y cómo murió.
La película no tiene desperdicio. Un repaso a la vida completa de un personaje desde la infancia, pasando por la adolescencia, cómo es expulsada de la familia con 23 años hasta que muere 30 años después tras vivir un sinfín de historias. Si se analiza una por una cada etapa de la vida de Matsuko, nos encontramos ante un dramón impresionante de esos que hacen llorar. Es así, pero el modo en que está contada, con un sentido del humor muy particular y ante todo con inteligencia, hacen que esta cinta sea un título imprescindible.
Para empezar, la protogonista, Miki Nakatani. Sencillamente maravillosa. Una de las mejores actuaciones que he tenido el gusto de disfrutar. Capaz de hacernos sonreír o emocionar sin necesidad de decir una sola palabra. Matsuko es un personaje muy completo y complejo, que recuerda ligeramente a Amelie. Por un lado es frágil e inocente, por otro demuestra una gran fortaleza y capacidad de superación. Esta actriz ha recibido unos cuantos premios por su interpretación de Matsuko. Y por si fuera poco, además canta y lo hace estupendamente.
Y es que esta película tiene algo de musical. La banda sonora, soberbia, es un elemento fundamental que juega un papel importante a lo largo de toda la cinta, unas veces como música de fondo, pero otras como auténticos números musicales. Debo decir que el género del cine musical es algo que nunca he entendido bien y no me gusta, salvo excepciones. Y ésta es una excepción: divertidos, originales y llamativos.
No quiero desvelar ningún detalle de la interesante trama. Sólo mencionaré que no tiene desperdicio y que a medida que pasan los minutos engancha más y más. A todo esto ayuda el hecho de que visualmente es todo un espectáculo. la fotografía, algo barroca y sobrecargada en su paleta de colores, ayuda a crear una atmósfera que encaje con la personalidad de Matsuko. Sin duda, una gran película.
Aparte de la genial protagonista, el resto de personajes está a la altura y entre otras muchas caras conocidad, podemos ver un pequeño rol de Shosuke Tanihara (Mioka) que casi podría decirse que hace de sí mismo, y también aparece Asuka Kurosawa (Cold fish), no demasiado conocida pero que es una de las actrices fetiche de Sion Sono.
Cuando parecía que todo estaba inventado llegó la fabulosa Amèlie de Jeunet, un drama con elementos de comedia realmente precioso, con una fotografía, guión e interpretaciones de auténtico lujo, llega ahora desde el lejano Japón un drama que reúne los mismos ingredientes que aquella, le añade algunos elementos de musical y lo mezcla tan, tan bien, que casi consigue eclipsar aquella cinta francesa. No llevemos a error tampoco: Memories of Matsuko no es un clon, un plagio o una adaptación del mundo de Amèlie, en absoluto. Sólo comparten el hecho de estar protagonizadas por una joven despreocupada, algo alocada e infantil, tierna y muy fantasiosa.
La historia nos narra la vida de Matsuko, una mujer de 53 años encontrada muerta en un parque cercano a su casa. Su sobrino será el encargado de ir descubriendo su vida a lo largo de flashbacks continuos que nos narran la vida de la fémina, desde sus 23 años hasta que 30 más tarde es encontrada sin vida. Por el argumento, leyéndolo, podría pensarse que Memories of Matsuko es un dramón. Tenemos la vida de una mujer amargada, maltratada por todos, expulsada de su casa por múltiples razones, etcétera.
El punto diferenciador de la película, inteligentemente introducido cabe añadir, es intentar animar un poco estas desgracias haciendo uso de una imaginería única. Así, la fotografía totalmente animada, con colores muy vivos, pasteles en contraposición de fondos oscuros y decadentes, el uso de la luz, etcétera, hacen total contraste con las palizas y demás cosas a las que es sometida la preciosa Matsuko. Entre todo esto, encontramos además números musicales muy animados y escenas surrealistas totalmente, oníricas incluso.
La construcción de los personajes es magnífica. Las interpretaciones, destacando la de Miki Nakatani como Matsuko, son sublimes. En el caso de esta última hay que quitarse el sombrero. La tía es capaz de conseguir que se nos salten las lágrimas mientras ella también las tiene en las mejillas, capaz de arrancarnos sonrisas, también canta -y tiene una voz maravillosa, cabe añadir-… impresionante. Su inocencia, su fortaleza… hay muchos contrastes y todos están llevados con total maestría. La psicología del personaje es también digna de elogio, su constante búsqueda de ese calor de hogar, uniéndose a los tíos más hijos de puta la ciudad sólo por el hecho de no estar sola , la liberación del mal que la rodea con su gesto facial…
Es tontería seguir hablando de la que probablemente sea la mejor película japonesa de 2006 y una de las mejores de lo que llevamos de siglo de todo lo venido de Asia. Vedla, disfrutadla, emocionaros. Memories of Matsuko es una auténtica obra de arte cuyo mayor mal es ser japonesa. En el hipotético caso de que los directores americanos tuviesen tanta imaginación, si ellos hubiesen hecho esta película, seguramente habría estado -al menos- nominada a media docena de Oscars. Lástima.
¡Qué preciosidad!
Acabo de disfrutar, pañuelo en mano y mocos colgando, de un dramón como la copa de un pino y, enfermedad o deformación profesional, no he parado de cuestionarme el distinto devenir que habría tenido la cinta dirigida por cualquier modernillo americano y con la Kidman por ejemplo, de prota.
Haciendo un uso barroco, abusivo, excesivo y salvaje de la imagen, los filtros y los planos imposiblemente perfectos, mi nuevo director favorito nos cuenta un drama en el que los guiños cinéfilos arrancan ya en unos títulos de crédito a lo D.O.Z. de Lo que el viento se llevó, los pajarillos cantores de Disney, los numerazos musicales entre el telephone gaguiano y el Lady Marmalade original, encuadres y corte de pelo a lo Amelie, pero con la mitad de azúcar glass y el doble de ingenio, y uno no puede acabar la peli sin adorar a la tal Matsuko, esa pequeña hormiga del hormiguero que ha marcado uno a uno a todos quienes se le han ido cruzando accidentalmente en el camino, ese Via Crucis doloroso y escarpado como escaleras que se derriten hacia lo alto.
Una hermosura, una preciosidad, una joya, un lujo, un privilegio encontrarse esta peli y poder verla desprovisto de prejuicios.
Obra maestra.
Lo mejor: Entre todo, todo, todo, todo… La prota, maravillosa.
Lo peor: Nada en absoluto, es perfecta.
El excesivo epílogo y la inconsistencia del personaje que hace de hilo conductor, el sobrino de Matsuko, son de las pocas disconformidades que tengo respecto a esta película. Por otro lado, la prodigiosa y ampliamente alabada actuación de la hermosa Nakatani Miki (también destacaría a mi idolatrada Ichikawa Mikako), no es el único argumento para disfrutar de esta deslumbrante cinta.
Se hace recurrente la comparación con Amelie. Cierto que se dan paralelismos en el personaje principal y que comparte un cierto tono naíf en el personal universo que crea, en el preciosismo feísta de su estética. Pero hay una diferencia fundamental entre ambas, el uso del humor. Si bien en las dos cintas se recurre a un cierto humor poco convencional, Jeunet parece divertirse haciendo un poco el gamberrete, la trama pergeñada por Nakashima (y entiendo que por Yamada Muneki en la novela original) gasta una autentica mala leche. El realizar este filme narrando a una historia trágica de un modo tan irreverente, exagerando lo cómico hasta la saturación sin caer en el ridículo no es una simple genialidad. El hiperbólico contraste que se crea lleva al extremo más absoluto la compasión que podemos sentir por Matsuko.
Pues si la cosa va de comparar, ¿por qué no comparar con Dancer in the dark? Comparten ambos filmes la obstinada abnegación de su heroína, y una evidente vocación de destruir los tópicos del cine musical, pero divergen en el método. Si Von Trier acentuó el aspecto trágico, eliminó todo resto de dulzura y dibujó una nueva estética, Memories of Matsuko se apropia con descaro de los recursos habituales del género para pervertirlos absolutamente con su sombrío humor macabro.
Una tragicomedia en tecnicolor que puede irritar a algunos, aquellos menos predispuestos a asimilar que el estancamiento del canon cinematográfico norteamericano está siendo superado ampliamente y desde hace muuuucho tiempo por otras cinematografías. Si no nos dejamos desconcertar por unos primeros minutos de metraje aparentemente inconexo, frívolo y en busca del impacto fácil sobre el espectador, descubriremos que hay mucho más que eso en Memories of Matsuko. Si nos dejamos llevar por su deslumbrante narración disfrutaremos de dos horas de buen cine, que nos conducirán a un devastador final.
El mundo del Plastidecor oriental es un misterio: a unos nos repelen cintas como
My Sassy Girl (estrenado en el 2008 su remake americano para suicidio de sus numerosos fans) pero nos cautivan otras propuestas, que ya sean a golpe de la numerosa paleta de colores del Photoshop, con rotuladores Carioca o lapiceros Alpino, nos atraen como si fuésemos víctimas de un Blandi Blub abducido por The Blob.
A la espera de que veamos la nueva de Tetsuya Nakashima, la llamativa Paco and the Magical Picture Book, en Memories of Matsuko queda constancia de un torbellino visual sin importar las consecuencias de credibilidad del melodrama que se plantea. Es así, la antítesis de 300 utilizando sus recursos estilísticos y texturas visuales: un encuentro de un colorista videojuego y Lo que el viento se llevó engalanado de muchas dosis de comedia y musical.
Por un lado se busca el humor rocambolesco y por otro el musical vía clip, dejando una extraña fascinación y/o repulsa hacía lo cargante y bizarra (de osada) que puede resultar su propuesta. Aunque lo verdaderamente interesante es la manera con la que Nakashima adorna con un lazo y envoltorio muy Disney una historia trágica con asesinatos, sexo de pago, soft porn, violencia de género y redenciones.
Para algunos una mala, hipersaturada, sobre-pigmentada y pésima reproducción de Amélie, para otros una auténtica joya del cine oriental moderno. A mí no me ha enamorado ni más ni menos que su prima francesa, pero casi se me cae una lágrima en su tramo final. Cosas de esnifar demasiado en la infancia los restos del Plastidecor.