¡Cómo está el servicio!
Sinopsis de la película
Vicenta, una pueblerina que llega a Madrid para trabajar de sirvienta en casa de un médico, se enamora locamente de su hijo. El muchacho, para evitar que se vaya, sigue los consejos de su padre y finge estar enamorado de ella. Mientras tanto, Manolo, un primo de Vicenta que trabaja como enfermero, embauca a varias chachas que le entregan su sueldo todos los meses porque les ha prometido comprar un piso antes de casarse con ellas.
Detalles de la película
- Titulo Original: ¡Cómo está el servicio!
- Año: 1968
- Duración: 88
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Opinión de la crítica
Película
4.7
62 valoraciones en total
¡Cómo está el servicio! pertenece a la amplia filmografía de Mariano Ozores, uno de los directores españoles con mayor cantidad de películas y rentabilidad en taquilla. Un amplio panorama donde se alternan trabajos muy interesantes con otros muy víctimas de su tiempo, hasta el punto de causar sonrojo (y no por las ligerezas de ropa) en las audiencias de hoy en día por sus atavismos.
Aquí cuenta con una pareja que rara vez falla, la formada por Gracita Morales y José Luis López Vázquez. Ambos, como siempre, cumplen sus papeles a la perfección, aunque la cinta no deje de ser una sucesión de gags y cierta indefinición de géneros, especialmente en el extraño capítulo relativo a la pareja formada por Irene Gutiérrez Caba y Antonio Ferrandis, que casi podría ser de terror pero, claro, en este contexto de españolada, pues le encaja francamente mal al resto de la trama.
Junto con este elenco de importantes primeras espadas de la actuación, hay lujos como tener secundarios de la talla de José Sacristán (todavía lejos del impresionante nivel interpretativo que cogería con el tiempo) o Margot Cottens.
Solamente apta para fans de esa camada de actores y actrices.
A mí es que Gracita Morales me cae de puta madre y, aunque nunca tuvo mucha suerte en su vida privada y estuvo tan terriblemente encasillada en papeles de tonta, no me deja de seducir y era de lo mejor de un cine español triste y en muchas ocasiones patético. López Vázquez era un actor formidable y junto con Gracita formó un dúo predilecto para Ozores. La película se deja ver y hace un retrato acertado de una época ya pasada y que nunca se volverá a vivir. Machismo, burla a lo rústico, incultura y una oda a la sinverguenzeria propiciada por el personaje de López Vázquez. La peli es un poco patética en ocasiones y se nota un ambiente un poco casposo. A pesar de todo es un film estimable de la época sin ser una gran comedia, a mí Gracita Morales me gusta y la actuación de Gutiérrez Caba como mujer adinerada con la cabeza ida es muy buena.
Recomendable, pero ten en cuenta que es una españolada pura. Todavía hay frikis esaderos que disfrutan con este tipo de cine… Yo, por ejemplo.
Es una comedia divertida y entretenida, y destaca la secuencia de los créditos iniciales, bastante original. La historia que se cuenta es muy parecida a la de la previa película de Mariano Ozores Chica para todo (1963), sólo que ésta última tiene una fotografía en blanco y negro, y aquí Gracita Morales vuelve a su pueblo, mientras que ¡Cómo está el servicio! tiene una fotografía en color, y Gracita Morales se queda en Madrid. Morales iba perfeccionando su papel de ingenua de película en película. José Luis López Vázquez, cómo no, interpreta a un sinvergüenza.
A través de situaciones más o menos jocosas, Ozores va pintando y describiendo diversas realidades de la España del momento y del mundo en 1968: la presencia de bases militares estadounidenses, la Guerra del Vietnam, la música pop y los happenings , la importancia social de la televisión y las series de TV, la obsesión por comprar un piso, la obsesión por el pasado de algunas personas, el ascenso social por medio del matrimonio…
Sin llegar a ser una gran comedia el valor de la película es, aparte de la interpretación de la inmerecidamente relegada Gracita Morales, la cantidad de información que ofrece sobre una sociedad y un mundo absurdo y anclado en el pasado que, como el propio régimen que lo propiciaba, estaba destinado a desaparecer. Se nota que la historia es de Alfonso Paso en la crítica mordaz que inspiran gran parte de sus fragmentos. Merece la pena.
Gracita Morales fue durante los años 60, una de las mayores actrices de la época. Se decía que incluso ganaba cerca de un millón de pesetas por película.
En esta ocasión, la actriz realiza un remake de una película en blanco y negro que ya estuvo protagonizada por ella. El guión es muy simple, pero como en todo film de la época, los actores logran sacar hacia adelante el proyecto de una forma digna.
El largometraje tiene que ser visto como un retrato de la época, ya que muchas de las situaciones que nos muestran, a día de hoy, serían impensables.
Lo mejor del film es encontrarnos a una Gracita en la cúspide de su carrera. Con el tiempo sus problemas personales acabarían interfiriendo en su vida profesional, provocando que su estrella se apagara para siempre a los 66 años de edad.