Colombo: Rescate por un muerto (TV)
Sinopsis de la película
Una abogada lleva adelante un plan para asesinar a su esposo. El Teniente Colombo, un aparentemente lento y despistado investigador, es asignado al caso, pero no es ni de lejos tan incompetente como aparenta. Primer telefilm de Colombo, presentado como piloto para el desarrollo de la saga.
Aunque Colombo tiende a ser definida o considerada como una serie de TV, nunca fue una serie propiamente dicha. Exceptuando la presencia recurrente del personaje principal, no presenta ninguna de las características de una serie tradicional (episodios semanales, de duración regular, con cast, dirección y equipo de producción fijo). Pensados como telefilms (de hora y media como promedio de duración), cada episodio cuenta con una historia independiente y con un director y un equipo de producción distinto. Los films tuvieron una transmisión irregular, pero con un mínimo de tres o cuatro producciones por año hasta 1978. Más de diez años después, Falk retomó su personaje por dos años (1989-1990). A partir de 1990, Columbo dejó de emitirse con regularidad, y los siguientes films fueron estrenados como especiales. Por estas razones, los 68 episodios de Colombo se dispersan irregularmente a lo largo de 35 años (1968-2003).
Detalles de la película
- Titulo Original: Columbo: Ransom for a Dead Man (TV)
- Año: 1971
- Duración: 95
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Opinión de la crítica
6.8
92 valoraciones en total
Excelente episodio que destaca por el ingenio e intensidad de su argumento pero también -y sobre todo- por la magnífica capacidad para elaborar un guión y planificar una puesta en escena que facilitara la labor de dirección de R. Irving.
La presencia del inefable, patoso y desaliñado teniente proporciona ese contrapunto ideal que desconcierta en parte al espectador y le implica en una evidente sensación de complicidad no exenta de cierto toque morboso.
La interpretación de P. Falk es magnífica pero también L. Grant realiza un sobresaliente papel y brilla con luz propia.
La película resulta equilibrada, severa pero cordial, fluida, desenvuelta y emocionante.
Es cierto que algunos detalles de la trama restan parte de credibilidad al relato pero, en su conjunto, el capítulo posee enorme vigor y un gran atractivo.
Ransom for a dead man (Rescate por un muerto) (1971) dirigida por Richard Irving, es la segunda entrega piloto del despistado y lógico Teniente Colombo (Peter Falk). Su idiosincrasia, hace visible la peculiar actitud ante las diferentes situaciones, con un grado de adaptabilidad total, proporcional y adecuada a la situación en cualquiera de sus vertientes, incluida la personal no implicada en los asuntos profesionales, siendo así como nuestro personaje hace su aparición, en lo que finalmente se gestará como serie largamente aplaudida, buscando algo entre los cuidados matorrales a la entrada de una casa.
Leslie Williams (Lee Grant), es abogada, de clase social acomodada pero insatisfecha en su matrimonio y en su afán codicioso por lo material, dos circunstancias que se unen en el entramado plan que utiliza contra su marido Paul Williams (Harlan Warde) que, con todo lujo de detalles se nos muestra al inicio del telefilm, convirtiendo al espectador en cómplice de los hechos que revertirán en el proceso de investigación por amenazas, secuestro y asesinato de su esposo Paul.
El Agente Carlson (Harold Gould) es el encargado de lo que inicialmente es considerado como un secuestro y su posterior botín para conseguir la liberación de Paul, sufrida y perversa situación que Leslie vive desde su disimulada aflicción y falso patetismo, teatralizando la normal inquietud de la ‘dolorida esposa’, mostrado en los diálogos que el guionista Dean Hargrove escribió partiendo de una historia de Richard Levinson y William Link ( responsables igualmente del guión en primer piloto de la serie).
Tanto en Rescate por un muerto, como en futuros guiones, se utilizarán a menudo el sufrimiento familiar y su entorno como elementos aglutinadores de los oscuros deseos de posesión y dominio sobre los considerados débiles, en este caso el esposo, convertido en víctima oficial después del descubrimiento del cadáver, por lo que el caso pasa de secuestro a asesinato. El elemento perturbador que da un vuelco en la investigación del caso lo aporta la inesperada aparición en escena de Margaret Williams (Patricia Mattick) hijastra de Leslie, dispuesta a desenmascarar a la farsante madrastra.
Un volcán de incontenibles enfrentamientos entre la supuesta cordura de Leslie y el imperioso deseo de venganza de Margaret sobre su madrastra por el asesinato de su padre, atrapa a Colombo entre dos realidades enfrentadas, solo la deducción, los pequeños detalles, la persistencia y la intuición lógica, llevarán al Teniente a solucionar el caso, con la ayuda o complicidad necesaria para provocar la actuación que pondrá al descubierto la trama de Leslie Williams entre las notas de dos melodías que de alguna manera irán de la mano de Colombo: una musicaliza la escena, la otra, identifica al personaje.
Complemento genealógico: Colombo cita a su esposa en tres ocasiones y a un primo suyo en una ocasión.
Sublime episodio, quizás uno de los mejores de toda la serie.
Tengo la impresión de que, cuando se aborda la valoración de la serie, pasan dos cosa: 1) se la valora como serie, en su conjunto, 2) al considerársela serie, no se entienden los capítulos como telefilmes separados. Es decir, sucede que Colombo tiene una nota global como serie y, que, en tanto que serie, tiene que estar sujeta a lo que se espera de su conjunto. Vamos, que poco importa que haya capítulos que estén por encima de otros: Colombo y sus episodios de hora y media sólo unidos por un personaje común, son simple y despectivamente, serie.
No tiene ninguna importancia que tenga capítulos muy inteligentes en los que haya hasta montajes que, en otras cinematografías o en otros autores independientes (de los que Colombo fue granero, por cierto, y ahí están los episodios rodados por Casavettes o Ben Gazzara) hubiesen causado furor, como es este caso. No debe interesar que se haga un completo estudio de personajes, que supera, en mucho y con mucho, a buena parte de otras películas mejor consideradas que ésta. Tampoco tiene importancia que haya actores buenísimos, como Peter Falk, en su reparto, o que el guión sea de los de descubrirse. No, Colombo es una serie, y debe de vivir con ese estigma. Incluso cuando Peter Falk murió, hace mucho, fue despachado, aunque en este caso con elegante y reverenciada justicia, como un actor de series.
Lástima, porque estaba considerando muy seriamente votar al primer capítulo de Boardwalk Empire, ese que dirige Scorsese, como una de las mejores películas sobre gangsters recientes. Pero claro, olvidaba que era simplemente eso. Una serie.
Magnífico capítulo, ningún amante de Colombo, y del cine de suspense, con la mente abierta, debería perdérselo. La resolución final es el mejor truco que se saca el detective despistado junto con el del Asesinato más inteligente del mundo.