Colombo: Asesinato, Un autorretrato (TV)
Sinopsis de la película
Colombo investiga el aparente ahogo de la primer esposa de un pintor famoso. Episodio Nº49 de Colombo.
Aunque Colombo tiende a ser definida o considerada como una serie de TV, nunca fue una serie propiamente dicha. Exceptuando la presencia recurrente del personaje principal, no presenta ninguna de las características de una serie tradicional (episodios semanales, de duración regular, con cast, dirección y equipo de producción fijo). Pensados como telefilms (de hora y media como promedio de duración), cada episodio cuenta con una historia independiente y con un director y un equipo de producción distinto. Los films tuvieron una transmisión irregular, pero con un mínimo de tres o cuatro producciones por año hasta 1978. Más de diez años después, Falk retomó su personaje por dos años (1989-1990). A partir de 1990, Columbo dejó de emitirse con regularidad, y los siguientes films fueron estrenados como especiales. Por estas razones, los 68 episodios de Colombo se dispersan irregularmente a lo largo de 35 años (1968-2003).
Detalles de la película
- Titulo Original: Columbo: Murder, a Self Portrait (TV)
- Año: 1989
- Duración: 92
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Opinión de la crítica
6.4
54 valoraciones en total
Murder, a self portrait (Asesinato, un autorretrato) (1989) dirigido por James Frawley, es el primer telefilm de la novena temporada y cincuenta de la serie, anteriormente había dirigido A que no me coges (1977), Hazme un asesinato perfecto (1978), Asesinato por teléfono (1978), Asesinato, tabaco y sombras (1989) y, Sexo y el detective casado (1989). Convertido en uno de los directores más prolíficos de la serie, James Frawley nos plantea en esta ocasión la extraña relación entre un pintor y sus mujeres.
Algo exagerado el retrato psicológico de nuestro pintor protagonista… perdón, ¡artista!, según el propio Barsini (Patrick Bauchau), es mostrado por el realizador Frawley como endiosado, arrogante, polígamo, celoso defensor de sus egos, un falso y débil autarca necesitado permanentemente de amor afectivo cotidiano real y emocional que difícilmente puede aceptar ser rechazado, a pesar de lo cual no le faltan admiradores de su obra.
El exagerado derecho de pernada del excéntrico artista, según el guionista Robert Sherman, lo sobrepasa todo, siendo consentido por tres hermosas mujeres: la discreta Louise (Fionnula Flanagan), la acaparadora Vanessa Barsini (Shera Danese) y la nueva inspiración Julie (Isabel García Lorca), situación radicalmente distinta para una de ellas, después de un delicioso ‘cioppino’ el manjar preferido del endiosado artista del pincel.
Tras los primeros contactos directos sobre el terreno, Colombo percibe arrogancia y excesiva falacia con la que Barsini intenta atraer la carismática figura del teniente quien, conociéndose más que a su propia gabardina, le sigue el juego al pintor, dejándose convencer entre un buen conjunto de planos contra planos ser retratado por el maestro mientras duran sus investigaciones enfrascado entre continuas interrogantes que le presenta el caso.
Para ‘el informe’ de Colombo sobre su nuevo caso es fundamental la colaboración de Vito (Vitto Scotti), gran secundario en la serie, y del psicólogo Sydney Hammer (George Coe). El primero aporta la suficiente información como para ubicar el pasado del afamado pintor con la incidental aportación de datos que se refiere a una vieja causa no resuelta, el segundo aporta datos sensibles sobre la evolución del tratamiento a la desafortunada fallecida.
Así pues, los nuevos datos ofrecidos por el psicólogo con grabaciones en las que Louise manifestaba su preocupación por los sueños que no la dejaban dormir, son escuchados e interpretados por el circunstancial modelo y su retratista, lo que lleva a James Frawley a rodar pesadillas imposibles envueltas entre oníricas escenas y dramáticas angulaciones, yendo más allá de cualquier interpretación lógica entre lo soñado y la realidad vivida por la fallecida. Solo las posteriores interpretaciones de Colombo entre pinceladas de vivos colores al oleo, podrán solucionar el caso Barsini.
Complemento genealógico. Colombo cita a su mujer en cuatro ocasiones y, a un tío suyo en una ocasión.
Bonito ejercicio de recreación de lo bien que se vive en la Costa Oeste de Estados Unidos, concretamente del norte de Los Ángeles, en donde un pintor epicúreo y engreído que tiene una casa de cojones al lado del Pacífico, mata a una de las mujeres de su harén en plena playa de Paradise Cove, famosa para los entendidos por haber sido marco de la portada del primer LP de The Beach Boys en 1962, Surfin Safari, y por haber albergado la resurrección de K.A.R.R., el alter-ego maligno de K.I.T.T., el Coche Fantástico.
Curiosidades históricas aparte, que siempre interesarán a los que somos fanáticos de todo lo que tenga que ver con el entorno en el cual los grupos de música surf y los geniales Beach Boys, con Brian Wilson al frente, crearon algunos de los mejores sonidos de la historia del rock, resulta curioso observar el contraste del desgarbado y desastrado Teniente Columbo y su coche cutre entre tanto glamour y escenarios de sol y playa. Seguro que lo hubiesen echado de la misma tienda de Rodeo Drive en la que trataron tan mal a Vivian, la inolvidable Pretty Woman…
Este episodio está aderezado por algunas influencias de películas como Recuerda , en la cual la imaginería onírica jugaba un papel fundamental en el devenir de la trama. Columbo no tiene a Salvador Dalí para incentivar su imaginación (ni falta que le hace), lo que es suplido mediante un acertado tratamiento de las secuencias de los sueños.