Closed Curtain
Sinopsis de la película
Un hombre esconde a su perro de las autoridades islámicas. Una chica llega a la casa de este huyendo precisamente de las autoridades. No salimos de la casa y el exterior parece una amenaza. Un arranque contundente para una película crítica y tensa, en la que hay espacio para lo autorreferencial, para la aparición de un Jafar Panahi que, aunque recluso en su casa, sigue haciendo cine.
Detalles de la película
- Titulo Original: Pardé (Closed Curtain)
- Año: 2013
- Duración: 106
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Opinión de la crítica
Película
5.9
22 valoraciones en total
Panahi sigue con el tema de su situación en Iran. No está en prisión, pero tiene prohibido filmar.
La película no es una película al uso, Panahi mezcla la realidad, su realidad y la ficción, su ficción. Y para acabar de complicar el juego de metáforas y mundos paralelos, el protagonista es el codirector de la cinta y su guionista habitual, Kambozia Partovi, que hace de escritor, como no.
Todo sucede en su casa, donde se pueden ver carteles de las anteriores películas de Panahi y un cartel del festival de Valladolid. Esa casa es una prisión, su prisión, igual que el siente en su país, donde no le dejan trabajar ni donde su guionista puede tener ni un perro. Se tienen que esconder, evitar ser vistos para poder hacer lo que quieren.
La cinta es complicada y no sé si alguien, que no conozca la situación de su director y de Iran, lograría entender y valorar la película.
Vaya por delante que no soy el tipo de espectador que se desespera cuando una película tiene un ritmo más lento que el de una típica película comercial americana, pero es que el visonado de esta película es como tirarte hora y media viendo crecer una planta dentro de un cuarto de baño y preguntarse por sus ocultos simbolismos.
CLOSED CURTAIN viene a ser el particular HOLY MOTORS de Jafar Panahi, el imprescindible cineasta iraní que permanece confinado en su casa cumpliendo una condena por actuar contra la seguridad nacional y hacer propaganda contra el régimen tras padecer un dramático calvario de detenciones, acosos y encarcelamientos, nada más que por haber acudido al entierro de una joven activista asesinada durante las protestas electorales en 2009. El creador de EL CÍRCULO, desde su confinamiento, ha sido capaz de realizar dos largometrajes: el magnífico THIS IS NOT A FILM y el presente, que el realizador no ha podido venir a defender ante la prensa.
CLOSED CURTAIN tiene la misma vocación confesional que impelía el mentado film de Leo Carax. En ambos, la implicación del propio cineasta en calidad de elemento que reflexiona y manipula el film desde dentro forma parte esencial del devenir significativo del mismo. Sin embargo, mientras el galo, tras aparecer en la escena prólogo de su obra, proponía una torrencial fábula de escenificaciones de distintos géneros cinematográficos, todos ellos enhebrados entre sí por el desesperado pesimismo de un actor superviviente a la desidia espectadora de un futuro en el que el acto de mirar se ha degradado hasta cosificados extremos , el iraní se debe a la inatacable premisa de la carencia de medios de producción que padece, de ahí que la confesión de su malestar deba someterse a la de una fábula modesta en la que el factor subjetivo sea voz, parte y todo.
CLOSED CURTAIN nos propone de manera frontal al hombre de cine que, enclaustrado, no cesa de sentir las ansias por ejercer su oficio. El guión del film diserta sobre ese empeño, sobre esa situación y sobre la posibilidad de solucionarla. Un hombre trata de escribir un guión en una casa solitaria frente a la playa a la que no entra un solo rayo de luz. El morador de la casa no solo ha echado todas las cortinas, sino que ha forrado todas ellas con un papel oscuro. El motivo de este severo aislamiento es su perro. El régimen iraní ha dictado orden de extinción de todos los perros: éstos son animales indignos de pasearse por una calle.
De súbito, un hombre y una mujer irrumpen en la casa escondiéndose de una persecución. El hombre se va al poco tiempo y le ruega al primero que la cuide pues tiene tendencias suicidas. Las constantes apariciones y desapariciones de ésta pondrán sobre aviso al espectador de que todo el discurso tiene visos de estar ocultando algo. La realidad parece impelida a disolverse en un ente mayor que la está pensando.
La película es un asombroso ejercicio de cine experimental que, por un lado, sabe incorporar a su significación ficcional las circunstancias reales del rodaje del film (Panahi no puede abandonar la casa y tiene orden de no rodar un solo plano), y, por otro, concluye dirimiendo una arrolladora puesta en escena que hace que nos olvidemos de aquellas. CLOSED CURTAIN supone la consagración de un cineasta total que aprovecha la facultad de su oficio de cineasta para clamar por la angustia existencial que lo está consumiendo en vida. El film es un hipnótico juego de reflexiones creadoras involucrado en una narración minimalista, despojada, que, pese a esa (falsa) simpleza, termina evidenciando un portentoso encadenamiento de recovecos metacinematográficos, de deslices retóricos y de símbolos abruptamente subjetivos.
El cine dentro del cine convirtiéndose en parte del cine que bulle en la cabeza de un cineasta apresado. La necesidad de la creación alimentando la creación necesaria para que el cineasta preso siga fugándose de la vida. La vida como una cárcel (las rejas de la puerta del balcón, las cortinas, los trozos de papel cortados) y la ficción como única verdad en cuanto que es pensada libremente. Y, finalmente, el arte cinematográfico al servicio de esa libertad. Erase una vez un nombre preso que quería ser libre contando como el hombre preso imaginaba la vida del hombre libre… Insólita, pura, inagotable, sobresaliente.
La necesidad vuelve a hacerse virtud en el caso de Jafar Panahi. Confinado a seis años de arresto domiciliario y a veinte sin poder ejercer libremente su profesión por parte de las autoridades de su país, el cineasta iraní se ha visto obligado desde el inicio de su condena a reinventarse en cada nuevo trabajo, explorando nuevas vías de expresión para su cine. Cine clandestino que paradójicamente no debe traspasar los muros de su propio domicilio. Domicilio que desde hace seis años para Panahi se ha convertido en su cárcel.
Por supuesto que hay que tener en cuenta las circunstancias en las que nacen las películas de Jafar Panahi. Ya por el simple hecho de nacer alcanzan el grado de proeza artística. Cloused courtain es una película compleja, como no podía de otra forma, surge poco menos que de la improvisación de un artista obligado a crear a contracorriente, a burlar la censura imponiéndose la menor autocensura posible. La película exige paciencia al espectador, como ya presagia ese plano sostenido, y explícito (sofocante también) con el que se abre y se cierra el film. Un nuevo círculo en la filmografía de Jafar Panahi.
Mucho más críptica de lo que fue This is not a film (2011) y de lo que posteriormente seráTaxi Teherán (2015), sus otros dos films en la clandestinidad, Closed courtain comienza desconcertando al espectador para después atraparle y sorprenderle definitivamente. Conviene no saber mucho más de su escueta sinopsis para que esa sorpresa sea aún mayor. De atmósfera opresiva, polanskiana –el escenario recuerda mucho a La muerte y la doncella- el film va evolucionando hacia otros territorios. Panahi juega con todo, con la realidad- su realidad- , con la ficción, con sus fantasmas, y naturalmente con el espectador. Dueño de su obra y de su libertad creadora, ésa que jamás nadie podrá arrebatarle.