Cita en San Luis
Sinopsis de la película
Año 1903. El matrimonio Smith, afincado en San Luis, tiene cuatro preciosas hijas. Una de ellas, Esther, de 17 años, se enamora de un vecino que acaba de instalarse en la ciudad. Sin embargo, la familia, y especialmente Esther, tienen un enorme disgusto cuando su padre les anuncia que deben trasladarse a vivir a Nueva York por motivos de trabajo.
Detalles de la película
- Titulo Original: Meet Me in St. Louis aka
- Año: 1944
- Duración: 112
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Opinión de la crítica
Película
7
27 valoraciones en total
Es la tercera película musical dirigida por Vincente Minelli y la primera que realizó en color. La producción corrió a cargo de Arthur Freed, director entonces de la Unidad Freed de la MGM, encargada de la producción de musicales. Se basa en los doce relatos de Sally Benson, referidos a cada uno de los meses del año, en los que evoca los recuerdos de su estancia en San Luís entre 1903 y 1904. Obtuvo cuatro nominaciones a los Oscar. A Margaret OBrien se le concedió un Oscar especial a la mejor actriz infantil.
La narración cuenta la historia de una familia acomodada, compuesta por los padres, cuatro hijas, un hijo y el abuelo, que vive en una mansión de estilo victoriano/eduardiano en San Luís. La acción se presenta dividida en cuatro secuencias o cuadros, referidos al verano y otoño de 1903 y al invierno y primavera de 1904. Cada secuencia viene precedida de una postal con la imagen de la casa familiar ambientada con los colores y los signos propios de la estación del año que introduce.
La música ofrece composiciones orquestales que incluyen cuerdas, viento, percusión y piano, de aire moderno (en términos de 1944), alegre, dinámico y optimista, con algunos toques country y folk . Las canciones aportan títulos de gran solidez como The Trolley Song (nominada al Oscar a la mejor canción), The Boy Next Door , Meet Me In Saint Louis , Under The Bamboo Tree y otras. La música, las canciones, la coreografía y el baile se integran en el desarrollo de la acción, de modo que le dan continuidad y la hacen avanzar. Los escenarios, especialmente los de interior, se presentan muy cuidados, bien trabajados y dotados del aire de elegancia y lujo que tanto gustaba a Minelli. El color se viste de gala para ofrecer un espectáculo visual espléndido de colores puros, intensos, variados y bien contrastados, que valió a George Folsey una nominación al Oscar a la mejor fotografía en color.
Proporcionó a la MGM el mayor éxito de público después de Lo que el viento se llevó . Es un musical clásico, de referencia obligada, que inició la época dorada del género y contribuyó a su auge, prestigio y aceptación. Minelli y Garland contrajeron matrimonio un año después del estreno de la obra.
La historia de una familia unida, apegada a sus ritos, a su naturaleza, permisible y generosa, una historia de ciudad, del apego a una ciudad, de la existencia referente a una ciudad pequeña y dentro de ella, la magia absoluta de Judy Garland y las canciones que la hicieron famosa.
No es una película musical como The Band Wagon o Cantando bajo la lluvia, sino una obra de argumento simple que sirve de fondo para el lucimiento de una sensibilidad pura y milagrosa, la de Judy Garland en la plenitud de su voz y su fraseo.
En el Zen se dice que la iluminación consiste en la obtención de la conciencia cotidiana. No esperar milagros, sino ver todo, hasta lo más simple, como un milagro. Así, tal vez, este cine nos devuelve al milagro mismo del hecho cinematográfico, cuando el objetivo se pierde en el subjetivo y el disfrute aparece como la raíz misma de su florecimiento.
Películas pasadas de moda, que casi nadie critica en esta página, películas que no excitan la imaginación ni la mente, sino que se limitan a mostrarnos un trozo desnudo de algo que podríamos llamar vida, pero cuyo verdadero nombre ya no poseemos.
No voy a discutir que Minnelli sea un genio (ahí está para atestiguarlo Cautivos del mal ), ni que sus musicales sean una maravilla ( Brigadoon , Gigi ), ni siquiera voy a discutir que Cita en San Luis tenga una factura exquisita, una fotografía magnífica (inundación de color y tal) y hasta una música curiosa. Pero todo ello no evita, lo siento, que la película me resulte verdaderamente insufrible. Dos veces he empezado a verla y dos veces no he sido capaz de terminarla.
¿Las razones? En parte, la insustancialidad del argumento, pero películas con un argumento igual o más intrascendente he visto y disfrutado, en parte, el azúcar que satura todos y cada uno de sus fotogramas, pero películas más ñoñas que esta he visto y disfrutado, en parte, su ideología subyacente, esa especie de cántico a la felicidad doméstica de la clase adinerada del Medio Oeste, pero películas mucho más cursi-reaccionarias he visto y disfrutado también. Lo malo es que aquí han mezclado todos estos ingredientes, y además, anda por ahí la niña repipi Margaret OBrien, una auténtica provocación para Herodes. Lo dicho: insufrible.
Película exquisitamente frívola, ñoña y superficial. Pero más allá de su argumento, lo que resulta realmente fascinante es el uso del color, jamás había experimentado un placer visual semejante. La explosión de colorido, el estilo rococó de los decorados, la exquisitez en cada detalle, todo ello es realmente digno de ser contemplado y admirado.
Por lo demás, su argumento es un simple ejercicio de frivolidad, pero muy alegre y entretenido. No obstante, en mitad de toda la ñoñería que inunda la película, hay ciertos toques algo inquietantes, como la noche de Halloween o el apaleamiento y decapitación de los muñecos de nieve a manos de la hermana pequeña del personaje de Judy Garland.
En definitiva, creo que Cita en San Luis es de obligado visionado aunque sólo sea por su enorme calidad artística.
Mientras que el resto de territorios del mundo se alfombraba de cadáveres, la fábrica de sueños sabía que no todo podían ser hazañas bélicas en la gran pantalla. El rearme moral sobre una sociedad que fruto de la guerra empezaba a quedarse sin referencias de todo tipo también era necesario y cada cual se aplicaba a ello. El lobby cristiano ya había conseguido el Oscar (7) ese mismo año con Siguiendo mi camino (Leo McCarey).
En este marco se encuentra este delicioso y acaramelado musical basado en los relatos semiautobiográficos de Sally Benson a la que representa la notable actriz infantil Margaret O´Brien en su papel de la tierna y repipi Tootie Smith que a la postre fue la única que se llevó un Oscar especial de las 4 nominaciones con que contaba la cinta. Sally Benson llegó a ser una reputada guionista con algunas nominaciones.
Meet me en St. Louis es ante todo un buen musical, brillante y divertido en su primera hora sobre todo con momentos notables sobre el amor adolescente en los que Judy Garland ejerce con convicción su papel de estrella total, bien arropada por un reparto muy eficaz.
Pero sobre todo esta película tiene su lugar en la historia gracias a que Minnelli consiguió liberar al género de su encasillamiento en los teatros. A partir de ahora en cualquier lugar y acorde con la situación de la trama cualquiera de los personajes podía cantar y bailar. El molde estaba creado.
El diseño de producción es notable en atmósferas y vestuario de un St. Luis en el estado de Misuri, considerado la puerta al Oeste, un lugar a mitad de camino entre los polos opuestos de Nueva York San Francisco. Un San Luis que en 1904 albergó no solo la Exposición Universal sino los Juegos Olímpicos de los que curiosamente no se habla en la cinta.
La malograda Garland tras un aborto el año anterior se divorció de su marido e inicio un relación con Minnelli que acabaría en boda el año siguiente en una historia personal muy alejada del mundo de colores idílicos de los musicales de Minnelli.