Child of God
Sinopsis de la película
Adaptación de la novela homónima de Cormac McCarthy, que narra la historia de Lester Ballard (Scott Haze), un hombre violento que se va a vivir completamente solo a una cueva en las montañas de Tennessee.
Detalles de la película
- Titulo Original: Child of God
- Año: 2013
- Duración: 104
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Opinión de la crítica
Película
5.7
80 valoraciones en total
La venganza es, sin lugar a dudas, uno de esos temas que casan de maravilla con el cine. Quizás porque la justicia divina y legal no existe, tan solo la justicia de los hombres debe tener cabida en un mundo psicótico y enloquecido en el que el individuo se siente uno cuando nadie parece ayudarle a redimirse de la injusticia y la tragedia. Desde arquetipos icónicos del cine acción hasta anónimos cotidianos, el vengador se ha identificado con un ser triste, abatido y ausente de condura ante el desequilibrio que le ha provocado las embestidas de dolor personal. Si a esto añadimos la lírica desgarrada y siempre cruel del novelista Cormac McCarthy, el resultado es un nuevo triunfo en la faceta más versátil como director de James Franco y un relato que continúa respetando los códigos clásicos de la susodicha categoría.
Movida por unas interpretaciones de altura, principalmente gracias al excelente y arriesgado trabajo de Scott Haze, el director exprime toda la sangre existencial que se derrama por las páginas del escritor y funde su filosofía en un relato tosco, violento y salvaje sobre personas violentas y salvajes en un entorno fronterizo y rural que casi se ha convertido en icónico dentro del cine de este género. El actor, en su trabajo tras las cámaras, suaviza bastante su vertiente experimental en relación a sus anteriores películas, pero sigue quedando en esta un rastro de sus ademanes particulares, donde sigue caracterizando de forma especialmente críptica y ecléctica los estados de abandono y represión sexual en el hombre, que continúa vagando solitario en busca de un rumbo que tomar.
Sin concesiones a la platea, su rudeza y su fuerte acabado son intachables. A menudo, a Franco se le va la mano en la concisión y descuida un tanto su narrativa. Sin embargo, resulta destacable que sortea con facilidad las caídas de tono y ritmo hacia el lado melodramático, que pueden resultar cliché en este tipo de historias, y trata de introducir un salvoconducto justificador ante la amalgama de rabia y furia incontenida expuesta durante todo el metraje. Por momentos, la puesta en escena de Franco nos puede llegar a retrotraer a esos ecos de la vida rural que se acercan más bien a la corriente del western. Evolución espiritual de horizontes y campos de barro y gravilla donde la tranquilidad de las costumbres se ve azotada por la tragedia más imprevisible y desata el animal interior aletargado en el ser humano.
Bien como ejercicio de estilo o bien como análisis antropológico, James Franco es consciente de la cantidad de grandes matices, y también pequeños, que esconden las novelas de McCarthy. Por ello, su gusto por los detalles y por la radiografía de las costumbres y rutinas de estas gentes podría pasar desapercibido en primer término. Sin embargo, son precisamente esos detalles y miniaturas los que apuntillan un crescendo en el clímax que resulta del todo satisfactorio si se cuentan, como espectador, con referentes sólidos e importantes. Su diseño de producción aboga por la concisión y el minimalismo, dejando a un lado la sobreabundancia y el exceso de elementos que, por el mero hecho de despistar, a Franco nunca le han interesado. Prefiere introducirse bajo la piel, llegar a la raíz y atacar los nervios a través de un retrato de alguien que sufre, que siente y que odia con la misma razón y el mismo motivo que cualquiera de nosotros en su situación. La venganza siempre es un lenguaje universal.
Crítica para http://www.magazinema.es
@WeisGuerrero @MagaZinema_
En el inicio de la película, el protagonista, Lester Ballard, se dispone, culo al aire, a soltar un mojón como preludio-metáfora de lo que a continuación y a lo largo de 104 minutos hará el director.
…El otro gran defecto de la película, en mi opinión, es la calidad de la imagen, la fotografía, cubriendo Franco su película con esa pátina tétrica propia del patético cine de sobremesa de fines de semana y fiestas de guardar de antena 3. Si algo destaca entre los grandes autores literarios, a los cuales Cormac McCarthy pertenece, es el poder de las imágenes que narran, esperándome yo en su adaptación, iluso, una proporcionalidad…
http://porlasbarbasdelvelloso.blogspot.com.es/2015/12/child-of-god.html
Adaptación de la novela de Cormac MacCarthy, James Franco ofrece la historia de Lester Ballard, un hombre solitario, cruel y perverso que representa el crecimiento y la vivencia en aislamiento extremo, los estragos inquietantes de una soledad y arinconamiento continuos en el tiempo, la deleznable perversidad que mata toda compasión, corazón y toca ansiosa a la puerta, el salvajismo puro de quien pierde la conciencia y la razón de ser y la decadencia de una violencia y brutalidad en una experiencia humana llevada al límite de su supervivencia, un animal enloquecido sin apenas raciocinio en su más bajo estado cavernícola, desahuciado, acorralado y huido, desastroso ejemplo de existencia al margen del orden social, del entendimiento comunicativo, un ser privado de hogar y familia, de cariño, ternura o posible educación personal, sin ataduras ni lazos emocionales que llega a la perturbación sexual más horripilante amén de una atroz combinación macabra de necrofilia con pedofilia, subsistencia primitiva obscena y desagradable al precio que sea, tristeza de desperdicio de un alma desaparecida aniquilada por las condiciones de partida y los retrasos, carencias y desajustes sufridos durante el juego de la vida.
Impresionante, brillante, fantástica interpretación de Scott Haze que asombra, fascina y acojona en su manifestación de la marginalidad, la dureza, el horror y el primitivismo de una limitación mental en un cuerpo golpeado, vapuleado que se defiende, ataca y es mortal como el que más, enojado, cabreado, desechado, confuso llega a la cúspide de una locura espeluznante de agotamiento visual, toda una delicia de papel protagonista para cualquier actor que tenga el valor y coraje de aventurarse en tan explosiva, detestable y humillante expedición.
No es una visión agradable, no es una lectura ligera y cómoda, revuelve al estómago más resistente e indigesta a todos y cada uno de los sentidos, rechazo instintivo ante tanto dolor, pesadumbre y dureza, recogimiento natural que lleva a vapulear y refutar un filme que, visto técnica y objetivamente, es un atractivo y soberbio ejemplo de excelente realización sobre un estado salvaje de perfecta comunión con la naturaleza donde sobrevive el más fuerte, el más sádico y el que dispara primero, cosa distinta es la repulsión y asquerosidad de la vida en los bajos fondos del fango más espeso y corrosivo.
Ellos llegaron como caravana de feria popular, por los surcos de paja y pasando la colina con el sol de la mañana
No te dejes engañar por esta introducción de suave advenimiento, no vas a ver un cuento de hadas, clara tendencia a dejar la película por la mitad y pasar a otra cosa.
Se puede afirmar con poco margen de error que a este, aún novel, director le apasiona toda forma de nihilismo y anarquismo y el reto de poder plasmar en imagen la sublime hermosura del horror más indigno y mezquino, fotografiar al hombre en su debatido virgen estado de naturaleza donde las normas, la convivencia y el respeto no existen más allá de uno mismo.
http://lulupalomitasrojas.blogspot.com.es/
Adaptación de una novela homónima de Cormac McCarthy con guion del propio director en conjunto con Vince Jolivette. Se centra en Lester Ballard (Scott Haze) un hombre solitario con evidentes problemas de sociabilidad y que no concibe la diferencia entre lo bueno y lo malo, un chiflado, un chalado, un maniático, un loco, como quieran llamarlo.
El filme se aventura en los desmanes de este individuo, en lo que respecta a su exacerbada vida, hasta llegar a un punto de no retorno terrible. Durante los primeros minutos algunas voces en off nos cuentan un poco sobre este tipo, lo que nos ayuda a entender algo de su pasado y el por qué está donde está.
Child of God es una película estéticamente muy bien manejada, en ese aspecto Franco se luce, una hermosa fotografía y música muy acorde, además de otros aspectos visuales llamativos. Quizá abusa un poco del recurso de la cámara en mano en algunos momentos.
Es un trabajo con un contenido fuerte, tosco, agresivo, que puede llegar a asquear, dañino, pesimista, que no le da respiros al espectador menos a su protagonista, la interpretación de Haze es por mucho lo mejor, valiente y arriesgado logra retratar a la perfección lo que su papel ameritaba.
Eso sí, argumentalmente se puede sentir que queda corto, hay un avance en la locura del personaje principal pero este se vuelve repetitivo, lo que puede llegar a cansar, por lo que el resultado final no es tan positivo y queda un dejo de un cierre un tanto insatisfactorio.
Comenzaré por aclarar que no he leído la novela de Cormac McCarthy (una pena), por lo que mi crítica no ahondará sobre la mucha o poca fortuna de James Franco en la adaptación del libro a la pantalla grande. Hecha esta salvedad, comienzo por escribir que Child of God es una cinta que despliega crueldad, violencia y maldad superlativa. Lo más sorprendente de todo es que lo hace a partir de la inocencia de su protagonista, Lester Ballard (Scott Haze), un infeliz demente que no diferencia lo permitido y lo no permitido por la sociedad, lo bueno y lo malo, la vida y la muerte.
Scott Haze realiza una interpretación esplendida, fabulosa, por lo que no me sorprendería si desde ahora lo veo más a menudo en las grandes carteleras de Hollywood. Él, en su rol de demente, acapara toda la trama del filme. Él y sólo él, aporta lo necesario para que te enganches emocionalmente a un filme de un hombre absurdo, violento y antisocial que hace cosas estúpidas solo en la pantalla (recuerda la performance de Tom Hanks en Náufrago).
La película mantiene altos momentos de emoción. Yo me pasé la película intrigado por la causa y consecuencia de las acciones del lunático. Igualmente, queda un sinsabor por cómo finaliza la película, tal vez James Franco haya sido fiel a la novela de McCarthy y haya renunciado a rodar un final más épico.