Caza bajo el sol
Sinopsis de la película
El tiburón de las finanzas Madec (Michael Douglas), un hombre de negocios sin escrúpulos, y Ben (Jeremy Irvine), su joven guía, se embarcan en el juego más peligroso en el que se han podido involucrar: un viaje de caza en el desierto de Mojave, donde comienza una persecución tan peligrosa como adictiva.
Detalles de la película
- Titulo Original: Beyond the Reach aka
- Año: 2014
- Duración: 90
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Opinión de la crítica
Película
4.3
97 valoraciones en total
La premisa de Caza bajo el sol no es que sea original ni el desarrollo tampoco es un prodigio de originalidad (en realidad no da para mas) pero esta versión forzada del género caza al hombre tiene algunos puntos que la alejan de la mediocridad. El primer punto fuerte es sus protagonistas: Michael Douglas y Jeremy Irvin quienes resuelven sus papeles con solvencia (en especial el segundo) y aunque no hay mucha química entre ellos (no es necesaria en una película de antagonistas) la verdad es que se complementan mejor que bien. Otro punto fuerte es la excelente fotografía de Russell Carpenter (ganador del Oscar por Titanic ) quien consigue una luz y unos tonos espectaculares para muchas escenas, lejos de falsos filtros y otorgando una fuerte naturalidad a cada escena (es genial como trabaja con la luz natural) aunque desde luego el impresionante paisaje del desierto de Mojave también ayuda. Caza bajo el sol es de esas películas donde casi todo es previsible aunque ofrece algunos momentos de buen entretenimiento (como todo cuanto sucede en la mina). aunque también un final tópico y forzado. Eso si, si os aburren las películas de este estilo, mejor ni os acerquéis. Caza bajo el sol no tiene la menor sorpresa, va a lo seguro y entretiene razonablemente, como un telefilme de sábado por la tarde hinchado a película de cine.
Esta Caza bajo el sol no tiene virtuosismo, ni genialidad, ni siquiera esas dosis de experiencia que se requieren para que una película sea calificada como medianamente decente. Léonetti cuenta con un experimentado Michael Douglas que se reinterpreta en esta ocasión a sí mismo como ese tiburón financiero que parodia a aquel Gordon Gekko de los ochenta, con mucho dinero para gastar y para comprar las voluntades y los deseos de otros. Aquí se nos presenta como un excéntrico millonario que quiere cazar en el desierto del Mojave, equipado con lujo y con un guía que está encarnado por Jeremy Irvine. Un accidente propiciará que toda la historia dé un vuelco y se parezca más a una copia insana de Blanco humano que a un thriller moderno y original.
Los fallos son muchos, y algunos de ellos imperdonables. El hecho de la perspectiva o de las distancias que se saltan a la torera son inconcebibles. Los movimientos del malvado financiero a través de una furgoneta-tanque no tienen explicación, así como el aguante del guía que escapa por todo el desierto sin agua ni alimentos a través de un día que parece tener algo más de 24 horas.
Por último, ese final absurdo e innecesario, fútil e infantiloide, que desgrana y resume los 85 minutos anteriores. Decepcionante y para nada recomendable.
Los paisajes y personajes de Beyond the reach , tienen muchas similitudes con No es país para los débiles de los hermanos Coen: una atmósfera crepuscularmente decadente, poblados al borde de la extinción en medio del desierto, sheriff envejecidos, impotentes y desencantados. También la situación de los jóvenes que emigran para estudiar y buscar otros horizontes o los que eligen quedarse a sobrevivir con el oficio de baqueano y cazador, en permanente duelo con la hostilidad del terreno. El joven Ben (Jeremy Irvine) es de estos últimos y precisamente el film se inicia cuando despierta de una pesadilla en la que corre, escapando de algo. Lo primero que percibimos es ese jadeo traspasado de cansancio y adrenalina, luego suena el teléfono con el pedido de su jefe, porque se ha presentado un nuevo trabajo que promete ser bien pago: guiar en el desierto a un cazador adinerado que busca distraerse de sus negocios internacionales persiguiendo ganado silvestre.
-¿Osos o venados?, pregunta Ben rutinariamente, al iniciar la entrevista con su flamante cliente y el otro contesta -cimarrón… (justo la especie más escasa y protegida, la más autóctona). Entonces, el joven le pide las autorizaciones pertinentes, pero un cruce de miradas con su jefe le basta para inducir que previamente ya han acordado allanar todo tipo de dificultades legales.
No del todo convencido y bastante contrariado, el joven Ben sube a la poderosa camioneta de seis ruedas quipada como un hotel cinco estrellas y cargada de municiones para el poderoso rifle de Madec, el personaje encarnado por Michael Douglas. A poco de andar, un suceso inesperado, aunque provocado por la incontinencia del precipitado cazador, imprime un giro de sucesos que tuercen lo que había comenzado como una costosa y caprichosa distracción para convertirlo en un despiadado y desigual enfrentamiento de gato y ratón.
Esta es una película donde el espectacular paisaje del desierto tiene un enorme protagonismo, con valiosos antecedentes en la historia del cine, que ha sabido registrar tanto su inhospitalidad como sus posibilidades infinitas. En este punto, difícilmente uno puede dejar de pensar en los westerns de John Ford, con su homenaje al desierto americano, la quintaesencia del lejano Oeste.
Léonetti es consciente de esa marca registrada en los orígenes y aunque por momentos no muestra gran experiencia respecto de dónde colocar la cámara (la escena donde el joven se esconde tras la camioneta, no tiene mucha coherencia espacial), en general, cada plano rinde un homenaje a ese legendario paisaje tan propicio para la aventura.
Michael Douglas, el veterano actor y productor, hace una caricatura esperpéntica de uno de sus personajes más famosos, el Gordon Gekko de Wall Street, agregando sadismo y crueldad al perfil de millonario obsesionado con su poder de dominación. El cazador inescrupuloso que en plena cacería se hace un tiempo para seguir con su teléfono satelital complicadas negociaciones internacionales. Su cínica frialdad y permanente malhumor lo definen como un villano plano despojado de toda ética rechazada por su culto al capitalismo salvaje de sus negocios. Madec es capaz de alternar un acuerdo pendiente con los chinos, mientras persigue a su presa humana como si fuera un animal. Su accionar es reiterativo, cuando no puede sobornar, busca destruir con todo su arsenal a mano en un circulo que estira la anécdota minimalista de una persecución implacable, donde el joven actor Jeremy Irvine se limita a esquivar cómo puede los embates. Construidos a pura contraposición, Ben y Madec se internan en las profundidades del desierto reviviendo la lucha de David y Goliat, en un enfrentamiento que resulta entretenido, con pequeños y breves destellos en que suceden cosas interesantes.
Una buena historia, bien realizada y actuada, acerca de cazador y presa acorralada, en el que el primero es un aristócrata despiadado y su víctima un principista idealista te mantienen alerta y en suspenso.
Yo no la sentí predecible, pude disfrutarla pero sin embargo no sé qué pasa últimamente con los thrillers en que los guionistas pretenden encontrarle la quinta pata al gato y la c… macanean. Antes de que me apliquen la consabida censura, te invito a acompañarme en el spoiler .
Ves el trailer y dices wow que interesante y entretenida pelicula, pero pasas a la realidad y te encuentas con una pelicula que va de paso A -> B continuamente, no impresiona, no sorprende… el final… predecible y perverso.
Mejor dicho un cheque mas para Michael Douglas porque no sorprende su itinerado papel de ricachon. Facilmente Jeremy le roba pantalla.
Puede verse pero no vale una boleta de cine.