Casanova, su último amor

4 comentarios en «Casanova, su último amor»

1. La figura de Giacomo Casanova, el famoso seductor no termina nunca. Federico Fellini llevó su historia al cine en 1976 con Donald Sutherland, Ettore Scola lo hizo en 1992 junto a Marcelo Mastroianni y en 2005 fue Lasse Hallström eligiendo a Heath Ledger como protagonista. Ahora la historia del famoso seductor que a mediados del siglo XVIII se hizo conocido en los ambientes nocturnos de París, llega al cine de la mano de un director versado en el cine de época como Benoît Jacquot.
   
   Jacquot director de títulos como Sade y Adiós a la Reina, entre otras películas, realiza un biopic a dos tiempos que aporta un rayo de luz sobre la oscura biografía de Casanova, un personaje fascinante que él mismo ayudo a encumbrar y convertir en mito con sus memorias, escritas durante su retiro en Bohemia. El guion enlaza estos dos periodos de su vida para crear un paralelismo entre su exilio en Londres y su retiro final que cuenta con el exilio constante, forzado o voluntario, en el que Casanova vivió su vida.
   
   La película se centra sobre todo cuando Casanova llega a Londres exiliado, Allí no conoce la ciudad, ni el idioma, ni sus gentes, tan solo un burdel que un amigo le ha recomendado y de cuyo dueño termina haciéndose rápidamente amigo, el incansable seductor se abandona al juego, la aventura y el placer. Su vida cambiará cuando conoce una prostituta llamada Marianne de Charpillon, por la cual se siente completamente atraído. La negativa de ésta, aumenta su deseo de poseerla más y más. Pero Marianne le desafía como nadie ha hecho nunca. A partir de ese momento comienza un juego de seducción, un juego de poder y de dominio que ninguno sabe cómo acabará.
   
   Uno de los aspectos que más destacan de la cinta es el continuo juego de luces y sombras, donde destacan sobre todo las escenas de interiores, con continuas escenas donde las velas y el fuego son protagonistas en casi toda la película. La fotografía y la música también son muy destacas. Como punto negativo, la película no aporta gran cosa la verdad. Las actuaciones tanto de Vincent Lindon como de Stacy Martin son correctas sin más.
   
   Es poco creíble que un hombre tan seductor y mujeriego como Casanova pierda la cabeza por está joven prostituta. Era un hombre completamente obsesionado con las mujeres, incluso a pares. Estamos ante el Casanova menos reconocible, menos maquillado que otras veces. En definitiva la cinta va a trompicones, donde los pequeños detalles son lo mejor de la película. Eso sí si no estras en la historia se te puede hacer eterna.
   
   Lo mejor: Las actitudes de los habitantes de aquella época
   
   Lo peor: No aporta nada nuevo.
   
   Pueden leer esta crítica con imágenes y contenidos adicionales en: http://www.filmdreams.net

2. El mito de Casanova, basado en sus memorias y más en particular con su relación con la prostituta Marianne de Charpillon, una de las pocas mujeres que escapó de él, hasta el punto de que ve en ese fracaso el comienzo de su decadencia amorosa.
   
   El director francés Benoit Jacquot (Diario de una camarera, 3 corazones) describe a un hombre  ya mayor, sincero, que descubre la pasión por el amor y el deseo, algo que nunca tuvo en su juventud de amante espontaneo, sin relaciones románticas más allá del sexo.
   
   El guion de Chantal Thomas crea una atmósfera de aburrimiento continuo, con escenas y diálogos que no aportan nada y con poquísimo interés. Destacaría la delicadeza de la protagonista Stacy Martin (Nymphomaniac), porque Vincent Lindon está acartonado, inexpresivo y ridículo con esas pelucas blancas. También tenemos en el reparto en un papel pequeño a la simpática Valeria Golino.
   
   Poco real y convincente resulta este Don Juan, muy lejos de la imagen que se ha dado del el en diferentes films. Aunque la idea de darle una lección a este seductor empedernido y hacerlo sufrir encontrando la horma de su zapato siempre se nos ha pasado por la cabeza.
   
   La película no da para mucho aparte de mostrarnos la decadencia de sus años libertinos, ya que no destaca tampoco en ambientación, vestuario o fotografía como nos tienen acostumbrados este tipo de films, quedando algo austero y poco recordable.
   
   Destino Arrakis.com

3. A todo cerdo le llega su sanmartín, y al mismo Casanova le tomó el pelo una señorita de pago. Pues muy bien.
   
   Con esta anécdota, un puñado de casacas y pelucas y una par de desnudos de doña Stacy y compañeras M. Jacquot monta un film. ¿Para qué? No lo sé. Quizás esté torpe yo… o quizás él no haya andado muy fino.
   
   Esta, estimado filmaffinitista, es una de las películas más vacías y aburridas que he visto últimamente. Si la ves (confiando en la valoración de los críticos más que las opiniones del público), allá tú.

4. Los últimos días, también llamados la última primavera o el último invierno de una figura legendaria.
   
   Eso es lo que pretende retratar, el último apogeo de un seductor de leyenda, el maestro de la seducción, el más sublime de los amantes jamás existido, estudioso de todas las estrategias de conquista, de rendición, de acometida, de resistencia.
   
   Cassanova cuenta a una joven noble a la que pretende educar, sus últimos avatares, su gran última seducción, la mujer definitiva que marcó su vida, Madame de Marianne de Charpillon una joven prostituta que se vende al mejor postor y que con el seductor juega el juego del coge-que-te-pillo sin muchos resultados para el espectador.
   
   Tres actos llenos de un vestuario exquisito, de unos interiores del siglo XVIII que más quisiera más de una producción histórica, en la que la joven perseguida pasa a ser supuestamente la depredadora convirtiendo a Cassanova, viejo y libidinoso, en una especie de hombre desarmado ante su deseo y víctima de él.
   
   Pero lo único que resulta es un ejercicio de pasión mal administrada llevada a la pantalla por el actor equivocado para este papel, Vicent Lindon, en donde toda proposición desaparece diluida entre idas y venidas, puertas que se abren, llegadas inesperadas, cartas que no van a ninguna parte, carruajes que van y vienen y hombres haciendo recuerpo en los jardines de las grandes mansiones.
   
   Seducción sin ningún resultado, más que movimientos provocativos de las piernas de Stacy Martin, subiéndose las faldas, carente de un guión que haga a su personaje siquiera relevante, siendo principal y siendo relegada a un secundario por la falta de cuestión. Toda la parafernalia legendaria de Casanova se hunde ante unos actores que parecen de piedra, una dirección que no sabe a donde va, y un final increíble.
   
   El resto de personajes….¿quiénes son? Salvo el amigo viejo verde de Casa, no hay nadie, ese es el problema. No hay más historias, no hay actores, no hay guión.
   
   Es una película invisible.
   
   Es una pérdida de tiempo, no aporta nada al genero casanovesco, si triste era la de Alain Delon también madurito cuando hizo de este personaje nulo es Vicent Lindon.
   
   Me siento como si no hubiera visto nada, y tu tampoco lo verás, te lo aseguro. Y nadie te devolverá tus dos horas.