Capitán Conan
Sinopsis de la película
En noviembre de 1918 se firma en París el armisticio que pone fin a la Primera Guerra Mundial. Sin embargo, la noticia de la desmovilización no llega al frente oriental, donde una fracción del ejército francés sigue actuando a las órdenes del expeditivo Capitán Conan.
Detalles de la película
- Titulo Original: Capitaine Conan
- Año: 1996
- Duración: 129
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Opinión de la crítica
Película
7
74 valoraciones en total
El director francés Bertrand Tavernier, conocido por sus films de carácter más bien social, nos sorprende de alguna manera con un film ambientado en la Primera Guerra Mundial, aunque centrado en el prácticamente desconocido Ejército de Oriente que Francia mantuvo a orillas del Danubio para combatir contra austríacos, búlgaros, turcos alemanes en un segundo frente que fue menospreciado y que para postre se alargó al verse obligados a luchar contra la propagación del bolchevismo una vez finalizada la contienda.
El film no habla tanto de la guerra como de sus consecuencias, de lo absurdo de los conflictos bélicos. Las primeras imágenes del último fim de Tavernier son sumamente impactantes. Nunca antes se había mostrado desde la pantalla con tanta verosimilitud la vida en unas trincheras donde no se puede comer porque apesta a éter o se bebe para combatir la diarrea, y al mismo tiempo reflejar la desorientación del soldado que no sabe hacia donde avanza, por dónde llueve la metralla o cuál es su objetivo inmediato. Y no contento con ello, el director nos explica la dura vuelta casa de los protagonistas principales, Conan y Norbert ( interpretados por Philippe Torreton, Samuel Le Bihan), ya que después de varios años convertidos en máquinas de matar, la adaptación a un mundo en el que parece que no tienen sitio es tremendamente dura.
El director francés consigue componer una película tremendamente antibélica, en la que no ahorra al espectador momentos realmente duros, que conviven con los aspectos más rutinarios de la guerra de trincheras, dando una escabrosa imagen de cotidianeidad que incluso da más escalofríos que las escenas de batallas, las cuales tampoco nos ahorra el director.
En Capitán Conan, Bertrand Tavernier (La muerte en directo, Alrededor de la medianoche) adapta la novela homónima de Roger Vercel y por la que ganó el César a la mejor dirección y una mención especial en el Festival de Cine de San Sebastian. Por su parte, Philippe Torreton (La espuma de los días), a quién dirigió en Ley 627 y con quien repitió en Hoy empieza todo, da vida de forma espléndida (ganó el César a mejor actor en la edición de 1996) al intrépido capitán, rudo, expeditivo y parco en palabras pero de una sublime inteligencia que dirige un pelotón compuesto, en su mayoría, por exconvictos y desarrapados cuya máxima consiste en golpear y desparecer.
Ayudados por la orografía escarpada del terreno, los hombres de Conan son los primeros en entrar en combate. Armados con puñales, hondas, hachas, granadas y pistolas de corto alcance, emulando el sigilo y la destreza que caracterizó a los guerreros sioux, atacan al enemigo utilizando el factor sorpresa, limpiando la zona para la posterior llegada del grueso del batallón.
La violencia y la crueldad de las acciones caracterizan las escenas de guerra en Capitán Conan. Tavernier capta a la perfección la velocidad de unas maniobras bélicas efectuadas con destreza y rapidez. En este sentido, imitando la habilidad del rey David, destacan los momentos en que los soldados del capitán lanzan granadas con las hondas a sus enemigos, pillándolos totalmente por sorpresa y causando el revuelo entre las tropas rivales. Sin duda, tomas espectaculares, dotadas de un gran realismo y con unos escenarios bien escogidos que levantan del asiento a cualquier amante del género.
Pero si las escenas de acción son uno de los principales atractivos de esta cinta, no menos es el trasfondo antibelicista sobre el que se desarrollan. En este apartado, el cineasta francés bebe de otros filmes como Sin Novedad en el frente o Senderos de Gloria y pone en cuestión aspectos como la lealtad, la amistad y las bajas pasiones que levanta la guerra en el ser humano, tiñendo la película de una esencia dramática que el director galo acostumbra en sus películas.
Cada guerra es una destrucción del espíritu humano , apuntaba Henry Miller y así, Travernier ralentiza la cámara para captar mejor esa desgracia y mostrar el conflicto personal entre dos amigos como el teniente Norbert (Samuel Le Bihan) y el propio Conan.
Una trama que Tavernier resuelve, como si de una coctelera se tratase, mezclando la tensión, el drama y la violencia que poco a poco y por pasos ha ido desgranando a lo largo de la película. En definitiva, una cinta trágica con un guión bien adaptado que, en la medida de lo posible, se degusta mucho mejor en versión original.
Más datos sobre esta y otras películas en el blog: http://argoderse.blogspot.com.es/
Los Balcanes 1918. Las tropas aliadas (francesas en este caso) se enfrentan a los búlgaros y a los alemanes. El teniente Conan dirige un grupo de asalto ( formado por lo mejor de cada casa, pueden imaginarse) que lucha cuerpo a cuerpo, con cuchillos y granadas, se infiltra, hace ataques nocturnos… Conocemos al teniente Conan a través del teniente Norbert, tras una importante ofensiva ( en el monte Sokol) finaliza la 1º Guerra Mundial y se firma el armisticio. Entonces empiezan los problemas. La gente de Conan, los ex-convictos, son unos inadaptados que no encajan en la vida civil, pronto comienzan los problemas, los robos, los asesinatos. La guerra ha creado unos hombres que eran útiles en la matanza pero en la paz, son despreciados por el mando, que los ha utilizado y cuando no les sirven los encarcela. A Norbert le nombran abogado defensor de los soldados que se meten en líos y, mal que bien, los logra sacar de los marrones en los que se meten. Mientras, a los mandos no les importan estos hombres, les da igual condenar a inocentes. Conan también se mete en líos y se enemista con Norbert a causa de un atraco llevado a cabo por sus hombres. El ejército de Salónica sigue dando vueltas por media Europa aunque haya acabado la guerra, los hombres están más que cansados y no entienden por qué aún no los han desmovilizado. Al final, acaban luchando contra los bolcheviques en el Danubio. Un final oscuro para los que allí mueren, que no son pocos, el último combate de Conan.
Es una gran película, una historia olvidada la del Ejército de Salónica, olvidado tras la Gran Guerra. Una gran adaptación del libro de Roger Vercel. Los mejores momentos en el Spoiler. Acertada banda sonora que le da un toque triste y olvidado a todas las escenas. Los combates muy logrados.
No se la pierdan.
Capitan Conan conforma junto con La Vie et rien dautre un excelente fresco antibelicista apoyado y ambientado en la Gran Guerra. En ambos casos, la acción se sitúa durante el final o en la inmediata postguerra, de manera que Tavernier expresamente intenta concienciarnos de que la guerra no acaba con un simple papel firmado en un palacio por cuatro generales y tres ministros sino que sus consecuencias se prolongan en el tiempo a lo largo de toda una generación.
El Teniente Conan es el comandante de un grupo de acción directa a mitad de camino entre el pelotón disciplinario (hay muchos expresos) y un grupo de operaciones especiales. Tras la firma del armisticio que pone fin a la guerra, parte del ejército francés que se halla en el frente oriental mantendrá las operaciones armadas, en este caso, para rechazar las revueltas bolcheviques.
La guerra de los últimos años ha convertido a unos, la inmensa mayoría, en soldados deseosos de volver a ver a los suyos a sus familias y de volver a reemprender su vida civil, viendo con desesperación como la guerra se prolonga oficiosamente meses y meses interminables, sin embargo Conan y sus hombres han convertido a la guerra y a la lucha en una forma de vida, de sentirse importantes, nada les espera en la vida civil salvo la inadaptación, y por lo tanto se aferrarán a la lucha hasta el final.
Extraordinaria película antibelicista, las mejores de la historia casi siempre ambientadas en la Gran Guerra, en donde se refleja el abismo entre las élites militares y los soldados. Gran ambientación, un poco excesivo el ritmo en las escenas y los movimientos de cámara, grandes subrayados musicales e interpretaciones magníficas, me encanta la del general.
De visión necesaria.
296/03(02/09/09) Brillante film bélico situado en el final de la Primera Guerra Mundial en la frontera búlgara, en el que seguimos las andanzas de un carismático oficial francés, el teniente Conan (Philippe Torreton) que está al mando de un pelotón que realiza las misiones más peligrosas en la batalla, son los que van en vanguardia, los que se enfrentan cara a cara contra el enemigo, cuando termina la guerra no los desmovilizan si no que los tienen esperando otra posible contienda contra los bolcheviques, en esta espera vemos como estos bravos soldados en la vida civil son unos inadaptados, en los que el pillaje, las borracheras, las peleas, etcétera, es lo único que saben hacer. No entiendo como a cualquier cinta sobre una guerra los críticos la tildan de cine antibélico, debo ser muy lelo pues eso no es lo que me ha transmitido, me ha llegado que hay héroes que lo son en determinadas circunstancias, pero que en otras son unos macarras de cuidado, que los acontecimientos y el entorno condicionan nuestra personalidad, asimismo es reseñable la mordaz crítica que se hace a los altos estamentos militares a los que les importaba bien poco lo que les pasara a la tropa, preocupados de la hora de la comida y queriendo ejecutar de vez en cuando a un soldado para que haya disciplina, lo de menos es el delito. La cinta posee escenas de una fuerza brutal como son las de las batallas, repletas de dinamismo, de veracidad, rodadas en planos abiertos magníficos, o en las que Conan despliega su comunión con su gente. Philippe Torreton realiza un trabajo colosal transmite pasión, entusiasmo, personalidad, está inmenso, traspasa la pantalla, coronado con una secuencia final maravillosa que es el contrapunto a todo lo visto hasta esos momentos, era un desconocido para mi, ya nunca lo será. Recomendable a los que gusten de dramas bélicos realistas. Fuerza y honor!!!