Camarada X
Sinopsis de la película
Mac Thompson es un corresponsal americano en la Unión Soviética. Sus crónicas, firmadas con el pseudónimo Camarada X , son muy críticas con el régimen comunista. Cuando el portero de su hotel le pide que saque del país a su hija, Mac se muestra dispuesto a hacerlo. El único problema es que la chica es una fiel seguidora del estilo de vida comunista.
Detalles de la película
- Titulo Original: Comrade X
- Año: 1940
- Duración: 90
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Opinión de la crítica
Película
6
31 valoraciones en total
Interesante película sobre el paraíso comunista que sin llegar a tener la calidad de Ninotchka nos presenta la imagen de la URSS de los momentos previos a la II Guerra Mundial que podía tener un ciudadano medio americano. Gable en su típico papel de truhan encantador, siempre le pasa la mano por la cara a los rusos, que se nos presentan como fanáticos y simplones en su dogmatismo de izquierdas.
El tipo de humor es parecido a la mentada Ninotchka o a la genial Un dos tres de Billy Wilder. La diferencia es que estas dos son obras maestras que siguen siendo recordadas, Camarada X no supera el aprobado justito. Aunque destacan algunos dialogos ingeniosos, especialmente del padre o el contraste entre la fria chica soviética y el cínico americano.
Recomendable para amantes de la historia y sus curiosidades. Digamos que no ha envejecido muy bien y no es muy apta para introducirse al cine clásico.
Divertida sátira política en tono de comedia que ridiculiza el régimen comunista de la Rusia de principios de los 40. Son continuas las alusiones a la censura, las purgas y la explotación que sufre el pueblo ruso. Se sitúa en la estela de Ninotchka, de Ernst Lubitsch.
El argumento gira en torno a un periodista norteamericano (Clark Gable) que trabaja en Moscú como corresponsal, el cual es chantajeado por un potero de hotel para que saque a su hija (Hedy Lamarr) del país.
La pareja protagonista funciona en pantalla. Gable demuestra una vez más sus dotes de seductor y su predisposición para la comedia y la bellísima Hedy Lamarr está estupenda como joven rusa idealista. Una pena lo de la carrera de esta actriz que no tuvo suerte con los papeles que eligió (o le ofrecieron), después de una triste convivencia en semi-esclavitud con su primer marido.
Los diálogos son sagaces, atrevidos e ingeniosos. Aunque el film no resulta redondo, pues acusa algunos altibajos de situaciones inverosímiles, es más que correcto, alcanzando momentos destacados.
Durante la II Guerra Mundial, a los Estudios Cinematográficos también les tocó jugar su parte en la motivación para que los jóvenes se enrolaran en el ejército y en levantarle el ánimo a la población civil para que no se traumatizara con las noticias que comenzarían a recibir. Así pues, cada uno se sumó a la causa estadounidense, produciendo una serie de películas para las que se convocó a los directores más representativos y a los más renombrados actores de sus planteles. Como suele suceder, algunos directores tuvieron mejor suerte que otros. Hubo quienes pusieron mayor empeño porque les gustó el proyecto que les entregaron… y otros que apenas cumplieron con su tarea, pues, sintieron que lo que rodaban no era para nada de su agrado.
King Vidor, se hallaba entre estos últimos… y cuanto le entregaron la historia que firmara Walter Reisch -un simple remedo de la, Ninotchka, que escribiera el año anterior para el director, Ernst Lubitsch-, una suerte de retortijón se le hizo en el estómago, y conste que, el guion definitivo, lo firmaron, Ben Hecht y Charles Lederer, dos renombrados talentos hollywoodenses.
Con la mayor de las penas -porque tengo en muy alta estima al director de, The Big Parade , The Crowd, Our Daily Bread, entre muchos otros memorables títulos- y con la objetividad con que acostumbro escribir, debo decir que pretendiendo con, <>, que la Unión Soviética quedase como una nación atrasada y plagada de pendejos, no son los rusos sino los estadounidenses los que quedan como unos mentecatos haciendo una parodia tan ingenuota, con frases tan monumentalmente ñoñas y con gags tan insulsos que, si uno se ríe es precisamente por la bobería de muchas de las escenas realizadas.
Incluso dentro del filme, Clark Gable, queda como un actor del montón representándose siempre a sí mismo e, Eve Arden, con su impertinencia, también da cuenta de que los hijos del tío Sam no son tan perfectos como, McKiley Thompson (Gable), pregona con arrogancia.
En cambio, Hedy Lamarr, parecería la jugada sutil de, Vidor, para equilibrar las cosas, porque, además de que pone luz en cada plano con su bellísima figura, hace que la mujer rusa luzca embelesadora como suele serlo, y sobre todo inteligente como lo ha demostrado a lo largo de la historia.
Así las cosas, voluntaria o involuntariamente, el director ha terminado escamoteando su aporte de propaganda a la grandeza estadounidense … al fin y al cabo, nunca estuvo en su mente exaltar guerra alguna o sentir, ni por un segundo, que EE.UU. fuera la cima del mundo.
Lo vergonzoso es que, 16 años después, Ben Hecht, volvería a reencauchar otra tontería a la Ninotchka , pretendiendo demostrar de nuevo que las rusas se derriten por la seda… pero lo bueno es que, Vidor, quedaría tan fascinado con la actriz vienesa (yo sigo presintiendo que, en realidad, era rusa) que, enseguida, la contrataría para protagonizar otra de sus brillantes películas: H.M. Pulham Esq. … ¡y aquí sí es un gran gusto verla!
La película se argumenta bajo una ácida y feroz crítica al comunismo que en el año 40, bajo el régimen de Stalin, había alcanzado un pacto con la Alemania nazi de no agresión. Es por ello que el protagonista alemán se muestra complaciente con los dictámenes despóticos del camarada soviético al cargo de la investigación.
Es bajo esta visión que se realiza el presente guión. No se trata de una película parcial o crítica hacia ambas partes. Se trata de una obra despiadada contra el régimen comunista de la época, que si bien es cierto que estaba regido por un Stalin que purgó parte del partido según sus intereses, también disponía de otros elementos favorables que en la película se satirizan de forma vulgar, como la igualdad entre sexos o el aspecto militar del cual después Estados Unidos se sirvó para ganar la II Guerra Mundial. La pelícua Ninotchka trata el presente asunto desde un cariz mucho más profundo y respetuoso hacia ambos bandos o satirizando a ambos. En Camarada X se muestra un mundo feliz pro-americano, aunque frívilo si atendemos al personaje de Gable, y un mundo infernal bajo el comunismo, en el que el día final está a la vuelta de la esquina.
Aparte del guión, del que se salva algún que otro diálogo divertido entre Gable y el padre de Lamarr, los actores están correctos, aunque la actriz principal está por detrás del resto del elenco.
En consecuencia, no puedo más que dar un aceptable a la presente película que en su momento dispondría de una buena crítica pero que en la actualidad aburre y no engaña. No es más que esto: un arrebato patriótico tras un hecho político no del agrado de los americanos.
Nada más que por eso me resulta pasable esta película
Está buenísima, es guapísima, no la conocía.
Cuando besa a Clark Gable siento cosquillas, como si me besara a mí ¡qué maravilla!
Me apunto más películas de Hedy, cuando las vea os comentaré.
Por lo demás, la película es una sátira un tanto estúpida (al menos hoy día, en su momento quiza tuvo más gracia para los prooccidentales) contra los soviéticos. Aunque en algunos momentos nos salga un jiji medio a escondidas.
El padre de la muchacha también tiene su sentido del humor entrañable
Clark Gable hace de gamberrete bestia, papel que siempre le va fenomenal.
No, si verás, al paso que llevo todavía le voy a subir la nota…