Callejón sin salida
Sinopsis de la película
Charles Saggers, un artista callejero algo pícaro y poco agraciado físicamente, contrata como ayudante a la bella Libby, una muchacha que sobrevive a duras penas como bailarina y carterista. Juntos crean números originales y consiguen atraer a numerosos viandantes, entre los que se encuentra un avispado productor teatral llamado Harley, que decide contratar a Libby para su espectáculo. Así, mientras la carrera de ella avanza hacia el estrellato, Saggers queda relegado al olvido, teniendo, además, que superar el amor imposible que siente por Libby.
Detalles de la película
- Titulo Original: St. Martins Lane aka
- Año: 1938
- Duración: 85
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Opinión de la crítica
6.5
78 valoraciones en total
Aprovechando el recurrente espíritu del nacimiento de una estrella, tan del gusto de Hollywood, y contando con la facilidad narrativa de un T. Vhelan que domina los resortes de la comunicación, la historia adopta en pantalla una fuerza extraordinaria.
Conjuga las aristas del dramatismo con la suavidad de unos toques de humor bien elegidos y distribuidos a lo largo de todo el metraje hasta componer una película seria, intensa y ocurrente.
La presencia imponente de un C. Laughton que borda su papel y la participación V. Leigh, en su delicado personaje, marca un contraste atractivo y seductor.
Largometraje bien construido, elocuente y entretenido.
Casting excelente: Charles Laughton, Vivien Leigh y Rex Harrison dando vida a artistas callejeros en busca de una deseada fama. Tim Whelan también da forma a un drama romántico donde la musicalidad cobra vida en las calles.
Destacan los títulos de crédito iniciales, la elipsis en forma de programas para ver el ascenso de Vivien Leogh aka Liberty y la secuencia prácticamente final en la que Vivian, tras seguir a Charles, es cerrada por su conflicto (ese callejón sin salida) al salir por la ‘stage door’. La fama en forma de petición de autógrafos y camino cerrado al pasado.
Bella historia de amor imposible, sobre la fama y sus dos lados: el del que lo alcanza y de los que seguirán superándose a si mismos en las calles, utilizando la acera como escenario, sin un reconocimiento superior al de una moneda en un sombrero, en ese eterno porvenir y devenir de las Sidewalks of London.
Es una película que muestra los talentos de la joven Vivien Leigh, Rex Harrison y Charles Laughton. En la película de Tim Whelan, todos cobran vida en esta historia muy bonita.
Vivien Leigh en la película es simplemente increíble. No solo podía actuar, sino que también era una bailarina consumada.
Charles Laughton es perfecto como el hombre que es un actor fracasado que malvive en la calle y no admite su propia edad debido a su amor a Libby – Vivien Leigh.
Hay otras buenas actuaciones deliciosas de otros actores de teatro ingleses de esa época.
Esta película debería verse en televisión alguna vez, es una joya olvidada…
Cuando una película, casi tan real como imposible, pone a sus protagonistas en su sitio. Ella demasiado joven, demasiado bella y fuera de contexto por las calles de Londres, él feito, algo gordito, treinta y nueve años o cuarenta. Esos mundos se juntan para divertir, o no, al transeúnte. Charles quiere calle, recitar, cantar, bailar. Libby quiere calle, cantar, bailar, pero busca más. Es una oportunista, y los acontecimientos le van abriendo caminos al andar. Charles siente que de allí no debe salir y ella lo complementa. Y fueron más allá en la amistad, en el consuelo, y en la atracción. Pero siempre latente en Libby vivir lo que siente que debe vivir. Los caminos se bifurcan, se enredan, se oscurecen. Ella quería estar del otro lado para triunfar, él se vuelve vagabundo. El éxito de uno parece la desgracia del otro. Pero el mundo enseña que el espectáculo debe seguir, en donde la libertad y el talento de cada uno encuentre su lugar.
Poco antes de que Vivien Leigh pasara a la historia del cine por su papel en Lo que el viento se llevó, tuvo la ocasión de trabajar con Charles Laughton en St. Martins Lane, producida por el mismo actor. La actriz, descarada, alegre y temperamental, en el papel de Libby, ya ponía las bases para el papel que la hizo famosa.
Terenci Moix en su libro Los inmortales del cine, calificó a la película como entrañable y eso es debido principalmente al papel tierno del protagonista encarnado por Laughton, un hombre culto que se gana la vida con pequeños trabajos y actividades artísticas callejeras. Cuando conoce a la joven carterista Liberty (Libby), ve pronto sus posibilidades y la capta para sus números en la calle, apartándola del delito. También se enamora de ella, y en su empecinamiento no querrá ver la realidad.
Era una historia simpática, que mostraba el contraste entre la riqueza y el lujo de los espectáculos y la miseria de la calle. Pero era bastante previsible de principio a fin, tenía algunos baches de ritmo y Charles Laughton se ponía algo pesado con sus recitados clásicos.
Tiempo después fue adaptada como musical, y es que sus posibilidades en este campo eran evidentes.