Caídos del mapa
Sinopsis de la película
Cuatro chicos de séptimo grado planean ratearse en el sótano de la escuela. Pero lo que ellos no imaginaron era que se les colaría una compañera francamente indeseable: la olfa y buchona del grado. Mientras transcurre de todo allí abajo, en la planta baja, en la superficie, se desarrolla otra historia: la de las profesoras, la directora y los padres quienes reaccionan de diferentes modos frente a la acción de los chicos.
Detalles de la película
- Titulo Original: Caídos del mapa
- Año: 2013
- Duración: 95
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Opinión de la crítica
Película
5.6
77 valoraciones en total
Hace casi veinte años, la escritora María Inés Falconi iniciaba una exitosa saga nacional con personajes preadolescentes y sus aventuras, que al presente suman diez exitosos libros. El primero de ellos es el que adaptan a la pantalla grande los directores Nicolás Silbert y Leandro Mark. Se trata de un relato con un pequeño grupo de jovencísimos amigos embarcados en desaparecer brevemente, desde el interior mismo del colegio, escondiéndose en el sótano, hasta que finalice la clase más insufrible a cargo de una docente que llaman La Foca, una profesora llena de tics espanta-alumnos, interpretada por Karina K.
Federico, el líder de séptimo grado, simpático y transgresor, pertenece al cerrado grupo integrado por Graciela, la chica linda pero incomprendida, un genio sabelotodo, la típica sobreprotegida que lucha contra sus propios miedos y una odiosa e infaltable tragalibros, delatora de los planes urdidos para escapar de los momentos más aburridos en el colegio.
El conflicto estalla cuando la alumna más insoportable de la división se inmiscuye en la travesura y los cuatro aventureros iniciales deben compartir su tiempo de voluntario confinamiento con esta indeseable compañera. En la forzada convivencia, cada uno de los chicos mostrará alguna faceta oculta: ni el más cancherito es totalmente feliz (sufre por el divorcio de sus padres), ni la más popular del colegio es amada como anhela o la más resentida oscila en la contradiccion del perdón al odio.
Si los libros de Falconi lograban construir un mundo complejo y verosímil, con personajes que zafaban de los estereotipos, a los cineastas les falta trascender la medianía que nunca abandonan. Ya desde el comienzo caen en el esquematismo de la música incidental y un montaje que pocas veces sale de lo televisivo. Igualmente hay escenas de acción y suspenso: el submundo (más lúdico) tiene un inframundo peligroso, y desde allí se conectan con las cañerías que alimentan al colegio, esa estructura invisible y simbólica de sus propias hormonas que están siempre al borde del estallido. Este tópico está presente desde el comienzo y permanece hasta la última imagen, unida a los gags del simpático plomero interpretado por Osqui Guzmán.
Las acciones suceden en un marco de atemporalidad, notorio en su ambientación, aunque la distancia entre 2013 y 1995 (cuando la saga literaria se inició) es muy grande y el preadolescente actual no es el mismo de casi dos décadas atrás, cuando irrumpieron las creaciones televisivas de Cris Morena que impusieron la imagen de un adolescente naif, conflictivo, con una impronta de picardía pero también de ingenuidad. Siguiendo este modelo, las actuaciones de los chicos son muy elementales, siendo la más creíble la de Brenda Marks Cobas, que interpreta al personaje más odiado: Miriam Reynoso. El espacio rutinario del colegio se resignifica alojando dos realidades diferentes: los juegos y aventuras de los jóvenes en el sótano versus la caricaturesca búsqueda simultánea, organizada por las autoridades del colegio y los padres.
Caídos del mapa es una película que tiene mucho de humor físico, con unas cuantas citas al cine mudo, donde manda el lenguaje corporal (Karina K y Osqui Guzmán parecen salidos de una historieta). En la trama, hay comedia pero también melodrama, acción y aventuras inofensivas. La película no busca más allá de lo previsible: el descubrimiento del primer amor, el trabajo en equipo, conviven en este film musicalizado por el grupo Miranda. Y todo apunta a que sea el inicio de una saga, por lo que al final de los créditos de cierre, la palabra FIN aparece entre signos de interrogación.
Así llaman, y no sólo en una canción de Chiquititas, a ese tumultuoso paso entre ser niño y adolescente. Cuando uno ya no es tan chico como para unas cosas pero todavía no está preparado para tantas otras. Caídos del mapa , basada en la primer entrega de una saga de libros escrita por María Inés Falconi tiene que ver con esa etapa.
Estos chicos están por terminar la primaria y en este curso encontramos bien definidos los estereotipos de estudiantes: el inteligente y tímido a.k.a. nerd, la inocente y enamoradiza, la linda y provocativa, el problemático, y la marginada, la gordita, que por ser marginada cree que eso nunca va a cambiar y no se molesta en integrarse (al menos de manera normal, sino forzada) al grupo de amigos.
En Caídos del mapa , todo empieza como un juego. Ratearse del colegio, mejor dicho, ratearse de clase, porque la idea es esconderse en un sótano que tiene el edificio, tras robarle la llave al portero. Lo que empieza como una simple travesura, deriva en algo mucho más grande. Este sótano funciona como una especie de mundo aparte, como un lugar que uno crea cuando es chico jugando, donde todo puede pasar, todo lo que la imaginación permita. Por eso no sorprende que sea allí donde se viva la gran aventura de estos chicos.
El sótano termina siendo el lugar donde enamorarse por primera vez, y por qué no donde casarse, enfrentarse en un juicio y decirse las cosas más hirientes (aunque muchas verdaderas, porque al fin y al cabo la verdad es lo que más duele), escalar muros y, sobre todo, fortalecer uno de los vínculos más importantes que tendremos en nuestras vidas, el de la amistad.
Y como Caídos del mapa , es un poco como un cuento de hadas, aunque no haya hadas en ella, la película toma un tono absurdo, por momentos medio kitsch, se aleja del tono realista y por momentos se vale de un humor físico que hoy en día poco se usa. Y si bien tiene calidad cinematográfica, también se percibe las influencias televisivas que han alimentado las tardes de los niños.
Una película simpática, con mucho corazón, sí, dedicada más que nada a un público bien joven, a aquellos que ya empiezan a comprender un poquito de qué va a ir eso que llaman vida.
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