Bushwick
Sinopsis de la película
Cuando Lucy sale del metro en Bushwick, el último barrio de moda de Nueva York, no encuentra ni hipsters ni rastros de la gentrificación, sino un grupo de hombres armados, que no dudan en disparar a matar. En medio del caos, Lucy hallará un aliado en un fornido vecino (Dave Bautista, Guardianes de la Galaxia), que la acompañará hasta la casa de su abuela, a través de unas calles que se han convertido en un campo de batalla.
Detalles de la película
- Titulo Original: Bushwick
- Año: 2017
- Duración: 94
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Opinión de la crítica
Película
4.5
67 valoraciones en total
En esta historia, una sociedad armada parece verse justificada para preservar la integridad del sistema. Plantea cómo la sociedad estadounidense hace frente a los cambios, en un escenario que tiene a la segunda enmienda y la cultura de las armas (o su ausencia) como protagonistas.
Destacaría el uso constante y testarudo del travelling para acompañar a los personajes. Los cortes son ingeniosos y funciona muy bien durante la primera mitad creando suspense, hasta que deja de hacerlo rotundamente y cae en picado.
Una pena que esa sensación de incertidumbre y tensión no durasen hasta el final, como en Southern Comfort
https://www.filmaffinity.com/es/film844270.html
Parece un panfleto conservador pro-armas un poco torpe, salvo por un detalle…
Es una pena que tenga que leer críticas de supuestos profesionales tan tristes, la gente no sabes colocar cada película donde le corresponde. Hay que empezar diciendo que es una serie B, en este caso por presupuesto porque la película con dos caras de moda y algo más de chicha sería un taquillazo que todos los haters que ponerle a parir esta película alabarían, así que compararla con otras producciones es absurdo. El argumento es sencillo con lo que puedes comprarla con cualquier otra película bélica si hace falta, pero siempre que sea de tiros. Y por último no solo hay que centrarse en que el guion tiene que ser el mejor o que la trama tiene que ser la mejor, esta película aporta mucho más de lo que la gente snob puede ver.
El tema que tratan es una especie de guarra de secesión moderna, vamos que de lo que va es de ver como las calles se convierten en zona de guerra y para ello ha escogido Bushwick, un barrio de Brooklyn, que podía haber sido cualquier otro sitio que quedara cerca de una ciudad importante. Pero esto, amigos, es lo de menos, no hace falta saber ni el por qué, ni el cómo, ya que es así como se sienten los protagonistas, la chica llega a su barrio natal a ver a su familia y se encuentra con este percal. El caso de Stupe es ligeramente distinto ya que se encontraba allí cuando empezó pero está igual de pez que el resto de la gente que muere en las calles. Con esa premisa ¿para que tenemos que estropear una película intentando explicar algo que no es necesario? porque siempre se termina intentando demostrar algo y al final queda menos creíble.
La técnica para construir la acción podría decirse que es puro arte al estar montada como si de una única escena se tratara yendo la cámara siempre pegada a los protas mientras se ven envueltos en variopintas circunstancias sin que decaiga la acción, porque al estar rodada así, la tensión no cesa ni cuando paran para charlar. Además está rodada con gusto porque la cámara no marea aunque se metan por escaleras angostas o los protas busquen cobertura detrás de un coche, se mueve menos cámara en mano de lo que suelen hacer hoy día y eso es muy de agradecer. Me parece una idea muy buena que me recuerda a algunas escenas de acción de Heat. El pionero de este sistema de montaje es el gran Alfred Hitchcock cuando creo La soga en 1948, no había tanta acción, claro está, pero me parece algo muy creativo porque hay que tener el trabajo previo muy bien hecho y tener muy claro el montaje antes de rodar, luego no vale arreglar los desperfectos en postproducción y esto los críticos profesionales tendría que valorarlo.
La actriz Brittany Snow, pese a que tiene bastantes filmaciones a sus espaldas, no es muy conocida, pero le echa ganas y hace un buen papel, pero Dave Bautista está genial con esa punta de hombre normal que le han puesto con la barba, vestido completo, no hace del típico matón y se le da bien hacer de tipo atormentado, creo que su actuación es muy correcta para el papel que le ha tocado, no ganará un Oscar al mejor drama pero de ahí a decir que lo hace mal…. La única que no me encajó muy bien es la hermana, es un personaje complicado que siempre parecía que estaba de más.
Sobre la trama, me recuera mucho a los videojuegos donde te van poniendo pruebas en las que tiene que hacer una cosa para conseguir otra, ya sea una aventura gráfica como un juego de acción, por ejemplo el Dead Island que al final eres un recadero pató. Tiene sentido y además engancha.
Es una película muy correcta, muy entretenida y con un final poco holliwoodiense que le sube mucho la nota, no veremos banderas de franjas y estrellas ondear, no veremos al típico héroe que puede con todo, no veremos escenas desmesuradas que no se cree nadie, solo tendremos mucha tensión y un buen ritmo de película.
Puedes hacerte una mala idea de esta película leyendo todas estas malas críticas y unirte al club para ponerla a parir o puedes abrir tu mente y si eres un devorador de películas de todos los géneros ya tendrás un historial para comparar, pero si estás encasillado en un par de géneros, es difícil que sepas valorar cintas como esta.
Fue a mediados/finales de la década de los 70, y principios de los 80 del siglo pasado, en la que, principalmente, un par de directores, el maestro John Carpenter, y el habilidoso Walter Hill, crearon un subgénero dentro del cine de acción, al que se añadían tintes distópicos, e incluso influencias declaradas de pura tensión, más propias del cine de terror, que bien se podría denominar como obras de caos urbano, en la que 1997, Rescate en Nueva York , figura como título más destacado dentro de tan peculiar universo.
La llegada del nuevo milenio, ha sabido sacar partido gracias a vibrantes capítulos de la excelente y televisiva Black Mirror, que seguramente, animaron a los responsables de La Purga, esa interesante Noche de las Bestias, a recuperar, sobre todo desde Anarchy, su segunda película de lo que hasta el momento, se configura, – junto a Election – como una trilogía, ese tono de luchadores callejeros, sumidos en el horror de un peligro constante, en la que resulta imposible obviar The Warriors , de Walter Hill, la referencia más obvia.
Bushwick es un barrio de la parte nordeste del distrito de Brooklyn, en Nueva York, que de la noche a la mañana despierta en estado de ley marcial, su ambiente cosmopolita ha sido sustituido por una cruenta batalla campal entre militares y civiles. Con enorme incertidumbre, una joven huye por las calles hasta encontrarse con un conserje, con el que forma alianza para encontrar una salida, al tiempo que buscan a los familiares de la chica.
Con un comienzo abrumador, que contempla un ritmo frenético, y un buen puñado de esforzados planos secuencia sin cortes, que sirven para atrapar al espectador en su particular vorágine de caos y destrucción, los directores Jonathan Milott y Cary Murnion, responsables de aquella simpática locura llamada Cooties , oscurecen el tono en esta, su segunda película tras la cámara, buscando alcanzar un tono memorable, dentro de un estilo propenso a empatizar con el espectro cinéfilo más popular.
El uso del sintetizador como recurso musical, es otro de los aspectos que conectan el film con el espíritu Carpenter, indiscutible maestro de la Serie B, lástima que tan buenas intenciones acaben por difuminarse por culpa de un desarrollo argumental muy pobre, al que acompañan una serie de decisiones estéticas del todo erróneas, y unos personajes planos y mal dibujados, que en suma, deslucen lo que bien podría haber sido un trabajo digno de añadirse al catalogo de buenos ejemplos dentro del mencionado subgénero.
Para terminar, y como aliciente, la presencia masiva de Dave Bautista, repartiendo mamporros de lo lindo, podrá animar a muchos a acercarse a un film que desaprovecha su potencial, olvidando que no todo se reduce a darle forma adecuada a un producto, descuidando el resto de factores, que componen toda producción de calidad que se precie.
Con un bajo presupuesto, hoy por hoy, pueden hacerse cositas técnicamente interesantes gracias a los efectos digitales. La idea tras Bushwick era, precisamente, aprovecharse de eso para ver si, con la cara conocida de un Dave Bautista emergente en el mundillo comercial (metido aquí a productor también), daban la campanada. No coló, pero podría haber colado perfectamente, ya que tiene ingredientes comunes a muchos éxitos recientes: es una viguería técnica en torno a una idea mínima que cabe en una servilleta… y aún sobra espacio. La única diferencia con un videojuego de disparos es que el videojuego dura un poco más.
Sólo cabe, por tanto, analizarla estéticamente. Los efectos (sobre todo de sonido) y la fotografía, es justo decirlo, son bastante competentes. Pretenden apuntarse también al reto del plano secuencia (debe haber un long take challenge circulando por Hollywood), pero, curiosamente, no consiguen transmitir sensación de realismo debido a la limpidez de la imagen, a la suavidad del movimiento de la cámara y a un montaje torpe en muchos tramos (se hacen muy evidentes los cortes falseados). Tampoco ayuda que el personaje de Bautista, o, mejor dicho, él como actor, esté metido con calzador (¿un indigente con aspecto de Mister Universo?).
Si de mí hubieran dependido, muchas cosas habrían sido diferentes. Los motivos del ataque, por ejemplo, no se habrían desvelado hasta casi el final. Eso habría permitido mostrarse más juguetón con el espectador, ponerle la miel en los labios y luego quitársela (ej.: atrapan a uno de los enmascarados, lo interrogan, parece que va a cantarlo todo sobre la invasión, pero… ¡zas!, se toma una píldora de cianuro, o algo así). También habría cerrado el final mostrando imágenes de noticiarios, avanzando un poquito en las consecuencias políticas y sociales de todo lo que se ha visto, más que nada para que lo argumental no quedara tan famélico.
Les ha salido un producto de género no nefasto, no deslucido, pero sí completamente irrelevante. Como esta humilde reseña.
Un comienzo intrigante cargado de acción, misterio y con un ritmo feroz sustenta la mitad de esta película que llegados a un punto se limita a repetir lo mismo una y otra vez: correr, huir y esconderse con tiroteos y muerte de fondo.
Una estructura sencilla muy de los ochenta a la que le falta un poco de originalidad en el desarrollo de los acontecimientos, aunque hay que reconocer que la pareja protagonista se complementa a la perfección. Por suerte en el epílogo recupera las buenas sensaciones iniciales compensando de este modo algunas de las carencias anteriormente mencionadas.
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