Bread of Happiness
Sinopsis de la película
La joven pareja casada formada por Rie (Tomoyo Harada) y Sang (Yo Oizumi) se mueven desde Tokio hasta el lago Toya, en la Prefectura de Hokkaido para iniciar un restaurante y panadería llamado Mani. Sang hornea el pan y su esposa Rie hace los alimentos que se complementan con el pan. Primavera, Verano, Otoño e Invierno, los clientes los dejan en un estado de felicidad.
Detalles de la película
- Titulo Original: Shiawase no Pan (Bread of Happiness)
- Año: 2012
- Duración: 114
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Opinión de la crítica
Película
6.9
86 valoraciones en total
Una joven pareja decide abandonar su vida en la capital y se instala en un pueblecito a orillas de un lago para regentar un establecimiento a medio camino entre un hotel rural, una panadería y un restaurante. Ella, nacida en Tokio, es una delicada cocinera que aprovecha las verduras de estación para elaborar deliciosos manjares. Él, de Sapporo, es un panadero vocacional. Juntos ven pasar las estaciones y ayudan, con sus exquisitos modales y su refinada cortesía, a una serie de visitantes/huéspedes que pasan por allí: la chica urbanita con mal de amores, la niña que no acepta la separación de sus padres y la pareja de ancianos que aguardan la llegada del fin.
Estamos ante una de aquellas películas cuya misión esencial es levantar el ánimo del espectador, a través de una equilibrada dosis de amabilidad y gastronomía, en la línea de Comer, beber, amar o Chocolat. La particularidad de este film estriba en la voluntad de crear en Hokkaido una historia de aroma francés. Los detalles japoneses comparecen (los viejecitos no acostumbrados al pan piden su cuenco de arroz, los silencios están cargados de mensajes, la inevitable ausencia de contacto físico entre los personajes), pero no suponen un peso excesivo para el espectador occidental. Es más, parece que esta película ha sido hecha pensando precisamente en él, o en un espectador japonés que reniegue de sus costumbres y prefiera el tenedor a los palillos, el café al té verde o la crema de calabaza a la sopa de miso. Llama la atención, por tanto, cómo el guion ha sido elaborado uniendo innumerables elementos de la comedia costumbrista europea, que, sin embargo, no resultan reiterativos, ya que pasan por el tamiz de la cultura japonesa, por lo que nos parecen en parte novedosos. De ahí que el fluir de las estaciones acompase estas pequeñas historias, y nos recuerde films memorables como Primavera, verano, otoño, invierno… y primavera. Algunos toques de realismo mágico (la excéntrica vecina que tiene un oído asombroso) y la música de acordeón, se unen en un ambiente gratamente ecológico.