Brat 2 (Brother 2)
Sinopsis de la película
Segunda parte de la película realizada por Balabanov en 1997. Con el motivo de aparecer en un programa televisivo, Danila Bagrov tiene un encuentro en Moscú con un ex-compañero del ejército durante la guerra de Chechenia. Su viejo amigo le informa de que su hermano gemelo, que se dedica a jugar al hockey profesional en la NHL estadounidense, está sufriendo en sus carnes un expolio de manos del dueño de su equipo, un hombre de negocios de la ciudad de Chicago. Una cadena de acontecimientos conducirá a Danila y a su hermano Viktor a poner rumbo a América para intervenir en el asunto, dispuestos a enfrentarse con quien les impida avanzar en pos de su objetivo.
Detalles de la película
- Titulo Original: Brat 2 (Brother 2)
- Año: 2000
- Duración: 122
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Opinión de la crítica
6.6
57 valoraciones en total
Brat 2 es una película de Aleksei Balabanov. Es la segunda parte de Brat (1998), la mítica película que tomó por asalto a Rusia, posicionándose entre las más famosas y queridas del cine ruso contemporáneo. ¿Está a la altura de su precursora o se queda a medio camino? Averigüémoslo.
Una vez más, la trama sigue los pasos del carismático Danila Bagrov. Algunos meses después de los acontecimientos de la primera película, el protagonista está viviendo en Moscú y se reencuentra con sus viejos compañeros de la guerra de Chechenia. Es así que Danila se entera de que el hermano de uno de ellos, un jugador de hockey sobre hielo en un equipo de Estados Unidos, está siendo extorsionado por la mafia rusa y un empresario norteamericano que aprovechan su condición de extranjero para apropiarse de sus cuantiosos ingresos. Entonces, Danila se embarca en un viaje al país del norte para enfrentar al corrupto empresario y ayudar al hermano de su compañero.
En esencia, Brat 2 tiene la misma estructura que su precursora. El provinciano Danila Bagrov se encuentra fuera de su elemento nuevamente, esta vez en Estados unidos. Su viaje y aventuras nos servirán de excusa para embarcarnos en un safari. Mientras recorremos este legendario país conoceremos a los más variopintos especímenes de la fauna norteamericana que nos ayudarán a examinar y, finalmente, desmitificar a la tierra de las oportunidades.
El mayor problema de esta película es su ambición desmedida. Dada la duración de dos horas y la trama, exponencialmente más compleja que la de su precursora, da la sensación de que en este guión hay material para dos o tres películas. La pequeña sinopsis del párrafo anterior peca de escueta, se le escapan una infinidad de detalles que plagan la trama y la complican en demasía. El fuerte de Aleksei Balabanov nunca fue la sutileza, esto ya se podía apreciar en el estilo desordenado de la primera película y se ve amplificado por la ambición y el tamaño de esta segunda parte.
Algunos detalles que me gustaría resaltar son el cambio de tono con respecto a la primera parte, mucho más liviano y cómico que el de su precursora. También se nota un aumento en la espectacularidad de las escenas de acción, directamente proporcional al presupuesto. El realismo y el drama de la primera parte son parcialmente reemplazados por fantasía y levedad.
Una vez más, el apartado técnico tiene poco digno de reproche. Las actuaciones son buenas, la acción está bien filmada y la película tiene buen ritmo.
En conclusión, Brat 2 es una película muy ambiciosa que peca de enredarse en sus propias ideas. Por desgracia no superó a su hermana mayor, pero es entretenida y sus fallas no son motivo suficiente para dejar de verla.
Puestos a ver películas exclusivamente del género, recomendaría sin duda ésta. Más emocionante que la primera, pero con menos sustancia, se nota que se metieron los americanos en la producción.
A mí personalmente me gustó, pero oye, nada del otro mundo. Desde luego mejor que el típico thriller americano de turno con sus explosiones y demás virguerías.
Lo bueno: entretenimiento y conversación con cualquier ruso sobre la película, muy popular allí.
Lo malo: no encontré subtítulos en español
La trama no se entiende claramente. Se corta la acción, con tomas anexas, que alejan la dinámica. Buenas escenas terminadas con el esfumado. Lo mejor, la música!!! y la defensa del natural ruso. A pesar de que lo quisieron americanizar , no pudieron. Sergey Bodrov Jr., el antihéroe Bodrov falleció el 20 de septiembre de 2002, junto con 27 miembros del equipo de producción, mientras grababan la película El mensajero, en las montañas de Karmadon en el norte de Osetia, tras un desprendimiento de hielo y rocas del glaciar de Kolka, a la edad de 30 años. Las operaciones de rescate a gran escala duraron varios meses, un grupo de voluntarios y familiares de desaparecidos se mantuvo en el glaciar hasta febrero de 2004. Nunca encontraron el cuerpo sin vida de Bodrov. Hasta la fecha, hay más de un centenar de personas desaparecidas. Los científicos y los geólogos aseguraron que el glaciar se derretiría en doce años.
En la primera Brat (Brat, 1997 ) nos encontrábamos con una película que poco tardaría en convertirse en una cinta de culto. El filme del cineasta Aleksey Balanov se dedicaba a retratar la transición de la Unión soviética y del socialismo al capitalismo y la nueva Rusia, mediante una historia llena de entresijos culturales que tenían siempre un sentido concreto en la historia. Rusia se hacía pedazos y el personaje de Sergey Bodrov Jr. interpretaba uno de esos supervivientes que para lograr el nuevo éxito formulado por los nuevos tiempos, era capaz de asesinar, de vender su alma al diablo, porque toda moral había caído. Es necesario ver la primera parte de Brat para entender porque tres años más tarde el mismo cineasta dirigiría una película similar, Brat 2 (Brat 2, 2000) una secuela que en realidad disecciona más los problemas del nuevo país, y que además toma el espejo americano para comparar y disertar.
La película nos vuelve a presentar a nuestro protagonista, interpretado por Sergey Bordrov Jr. (quien al morir trágicamente en el 2002 se convertiría en un actor de culto en Rusia) que se encuentra acomodado en Moscú. Después de diversos problemas, nuestro protagonista deberá embarcarse hacia América, en busca de una vendetta personal. La película adopta el género del thriller, y encontramos bastantes coincidencias con el cine americano de los noventa (como ya sucedía en la primera entrega) aunque con una singularidad inexplicable. Si es cierto que podemos palpar la aparente banalidad de algunos diálogos, dejes de postmodernidad que evocan a un lejano Tarantino, pero en honor a la verdad, el cineasta construye su propio camino, bastante más reivindicable que otros directores que son incapaces de construir un discurso detrás de la violencia.
Y es que lo más grandioso de Balanov es que es capaz de realizar una secuela sin repetirse, sino precisamente al contrario, expandir su universo de manera brillante. A lo largo de la película escuchamos en varios momentos la canción del célebre grupo ruso, Nautilus Pompilus, Goodbye America. No es casual. En dicha canción, se recoge uno de los estereotipos más evocados de la Rusia soviética, la relación de idealización que existió en gran parte de la sociedad rusa, que veía América como una tierra de libertades (el sueño americano, a la postre). Precisamente, lo que hace Balanov con la película es lo mismo que había hecho con su primer filme, derribar mitos. Si en la primera película había derribado el mito de una transición idílica, en esta segunda parte se dedica a derribar (eso sí, con muchísimo respeto) el mito americano, y a la reiterada idealización a la que la canción de Nautilus Pompilus hacía referencia.
Los elementos de esta ruptura con América, y en el fondo, como veremos más adelante, con el capitalismo, son más que evidentes. Para empezar, los malos de la película no son sólo rusos, sino también americanos. Pero donde más se explaya el cineasta es en el viaje de los protagonistas en América. Al principio, cuando nuestro protagonista se encuentra con el personaje de Ben, un camionero corriente, el sueño parece funcionar, todo es correcto y las postales fotográficas que nos presenta la película van acorde con lo que sucede. Hasta que el sueño se hace añicos. Y sucede precisamente en un lugar concreto del filme, como es el momento en que nuestro protagonista observa como un chulo le quita el dinero a una prostituta, que para más inri, es rusa. Y posteriormente, el cineasta irá desmontando el mito, siempre de una manera sutil, pero concisa: el racismo, la codicia, el materialismo…
Hay que escuchar con atención el discurso que realiza el personaje principal, concluyendo su experiencia vital en América. El dinero, no lo es todo. El dinero es capaz de corromper todo lo que toca, como es el caso de la prostitución o de los múltiples cadáveres que se han dejado. Su hermano no lo creerá y acabará convirtiéndose en una pequeña alegoría de los nuevos ricos rusos (magnífica secuencia final, por otra parte). El sueño del capitalismo se ha roto. La mierda aflora en todos los sitios y sólo existen las buenas perdonas (como Ben, como su amigo Kolya). Lo demás son paparruchas.
A diferencia de la primera parte, Brat 2 es una película que abandona ligeramente la introspección (aunque en realidad la película toca diversos temas que han sido poco tocados por la crítica occidental) para abrazar más la acción y el thriller. Aún así, Balanov mantiene la esencia de su cine.
La estética de la película, al igual que con la primera secuela resulta más que adecuada para lo que se está narrando. Sucia, decadente…también la iluminación del filme está bien ideada. El único problema de Brat 2 es un montaje irregular (¿Fruto quizá de las disputas entre cineasta y productoras?) que hace que el filme tenga en ocasiones cortes demasiado bruscos, que rompen con la lógica de la película.
https://neokunst.wordpress.com/2016/12/09/brat-2-2000/