Brannigan
Sinopsis de la película
Brannigan (John Wayne), un policía de Chicago de origen irlandés, debe viajar a Londres para intentar detener a un peligroso criminal huido de los Estados Unidos. Una vez en Scootland Yard, se encontrará con más de una sorpresa.
Detalles de la película
- Titulo Original: Brannigan (Joe Battle)
- Año: 1975
- Duración: 107
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Opinión de la crítica
Película
5.4
71 valoraciones en total
Entretiene uno de los últimos film de John Wayne que sin ser de los mejores alcanza para pasar 100 minutos entretenidos especialmente por la química que logran Wayne y Attenborough como dos policías uno estadounidense y otro ingles que tienen como misión encontrar a un mafioso secuestrado. Vemos a Wayne actuar como siempre agregándole una cuota de sorna que no ha tenido en otras películas del género. Hay acción, persecuciones y alguna vuelta de tuerca hacia el final. Es de destacar los buenos trabajos secundarios de Mel Ferrer y Richard Attenborough. Para ver.
En pleno apogeo de Harry Callahan, John Wayne en una de sus últimas películas se marcó un film de acción de lo más entretenido y divertido que le hacía un poco la réplica al de Clint Eastwood. Wayne esta sobrado en el papel de rudo policía norteamericano y esgrime un sarcasmo que nos hace sacar más de una sonrisa. El film tarda un poco en arrancar pero cuando lo hace nos deja satisfechos con escenas inteligentes como la acontecida en el apartamento de Brannigan o la excelente persecución en coche que acaba con un espectacular salto de puente. El film mantiene el interés a pesar de que el guión es algo previsible. Se ameniza la función con algunos momentos humoristícos bastante acertados como la pelea en el bar.
En resumidas cuentas un film recomendable para los fans de las películas de policías y para los de John Wayne que se regala con su personaje.
En la fase final de su carrera, en los años 70, John Wayne, un auténtico mito viviente por esos tiempos, introdujo una variante a los westerns crepusculares a los que se dedicaba mayormente, decidido a retirarse lo más tarde posible. Se trató de dos thriller de acción en los que es inevitable la referencia al personaje de Harry Callaham que rechazó y que lanzó al estrellato para siempre a Clint Eastwood. Este es el segundo y, probablemente, el mejor. Sin ser un film sobresaliente, si que tiene algunos elementos que le dan un cierto empaque. Lo primero es que está dirigida con ritmo por Douglas Hickox, un artesano inglés fallecido prematuramente a los 59 años en 1988 que hizo unas pocas películas, en los 70 (antes fue ayudante de dirección y después se dedicó a la TV) que no carecen en absoluto de interés. Quizá ese ritmo tenía que ver con que estuvo casado con la legendaria montadora Anne V. Coates y aprendió de ella. Lo segundo es que está rodado (y bien ambientado) en el Londres de los 70. Una ciudad que ya no existe tras la evolución que sufrieron zonas como el Canary Wharf o el entorno del Puente de la Torre (repintado en 1977 con motivo de los 25 años de reinado de Isabel), Además se beneficia de un muy buen reparto donde destaca Richard Attemborough que ejerce de un humorístico contrapunto a Wayne y que, al contrario que este, renuncia al peluquín. Pero también Judy Geeson (no se fuerza ninguna historia de amor entre sus personajes ), y los malos Mel Ferrer y John Vernon. Hasta una muy joven entonces Lesley Ann Down.
Wayne, a través de su hijo MIchael, participaba en la producción. Otro hijo de un ilustre, Christopher Trumbo, está entre los escritores.
Brannigan representa un comienzo y un final: el comienzo del cine de acción, y el final de la carrera de su estrella, John Wayne. No es una película muy destacable porque viene a ser una variación de un filme previo como La jungla humana (Coogans Bluff, 1969), dirigido por Don Siegel y protagonizado por Clint Eastwood, y porque la confrontación entre la mentalidad británica y la estadounidense es tan tópica como trillada, pero en general es una historia entretenida, y hay una excitante persecución automovilística por las calles de Londres. La presencia física de John Wayne deja al resto del reparto en un segundo plano, pese a la vejez que aquí exhibe esta estrella de Hollywood, una vejez que por otro lado pone en entredicho a su propio personaje de policía duro de métodos expeditivos. Con todo, es una película que al menos merece un visionado.
Navegando por internet nos informamos que John Wayne rechazó el papel de Harry el sucio, estaba en su derecho y fue su decisión, papel que por cierto tuvo primero en sus manos Frank Sinatra. Vemos por Brannigan, y la anterior que hizo también policíaca: McQ (1974), que John Wayne prefirió hacer de rudo policía pero a su estilo, lejos de encuadrarlo en un poli justiciero dentro de un killer intenso.
John Wayne es aquí Jim Brannigan y no responde más que de una cosa, que tiene que llevarse a un pájaro de la city londinense a Chicago. Brannigan ofrece persecuciones, socarronería y espectacularidad con guiños a las clásicas peleas todos contra todos. Viejos trucos de asesinos y el veterano policía astuto como un zorro que no se la dan. Cómo no podía ser de otra forma, surgen piques entre Scotland Yard y los métodos de Brannigan, pintando los ingleses como mucho más civilizados y al americano más rudo. Será que lo es.
Si aparece la oportunidad, adelante con ella.