Boeing Boeing
Sinopsis de la película
El playboy Bernard Lawrence (Tony Curtis), un corresponsal destacado en París, engaña a tres azafatas haciéndole creer a cada una de ellas que es su novia. Consigue mantener esta situación porque tienen un horario de trabajo diferente y en distintas líneas aéreas. Los problemas surgen cuando las chicas empiezan a trabajar para líneas aéreas que tienen potentes jets, lo que les permite pasar más tiempo en París.
Detalles de la película
- Titulo Original: Boeing (707) Boeing (707)
- Año: 1965
- Duración: 102
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Opinión de la crítica
Película
6.3
49 valoraciones en total
Cuando, de pequeños, mis hermanos y yo hacíamos alguna trastada mi madre nos reprendía diciéndonos: y es que siempre estáis ja ja ji ji, ji ji jo ju… y, así, nos lo repetía varias veces. Pues eso pasa con Boeing Boeing , uno no puede parar de reir con el triángulo maravilloso que forman Tony Curtis, Jerry Lewis y Thelma Ritter.
El periodista Bernard Lawrence tiene un precioso apartamento en París y tres encantadoras novias que trabajan de azafatas en compañías aéreas diferentes. Todo se le va a complicar con la llegada de otro periodista que descubre el pastel y, sobre todo, por los cambios horarios que sufrirán las azafatas debido a la aparición de un nuevo modelo de avión mucho más veloz.
Película extraordinaria llena de genialidades, llena de buenas ideas y llena de alegría. Y John Rich no desaprovecha nada. Imprime a la cinta un ritmo trepidante de principio a fin, sin descanso. Así, funcionan a la perfección los ácidos, punzantes e ingeniosos diálogos, funcionan milimétricamente las puertas que se abren y se cierran, funcionan correctamente esas persecuciones propias del cine mudo.
Sí, todo lo dicho está muy bien. Pero con otros tres actores la película hubiera sido un desastre. Curtis y Lewis representan la pareja perfecta de sinvergüenzas. Bordan sus dificilísimos papeles y realizan un trabajo de comedia digno de admiración. Y, sin embargo, esta es la película de Thelma Ritter. Mi madre me decía que yo era una mujer débil repite hasta la saciedad. Mi madre me decía que Thelma Ritter era una secundaria magnífica y divertidísima me repetía también hasta la saciedad.
Entretenida comedia, que comienza muy bien y poquito a poco se va repitiendo aunque nunca deje de resultar amena.
A ello contribuyen los excelentes intérpretes, todos ellos muy simpáticos, como lo son sus personajes.
La gran Thelma Ritter, una vez más está imponente y pone el contrapunto a un cada vez más enloquecido argumento.
Bernard Lawrence es un hombre notable y un verdadero cúmulo de energía: es apuesto, trabaja como corresponsal en París para International Press, tiene un atractivo apartamento de soltero y cada semana intercambia su lecho con tres atractivas azafatas de diferentes nacionalidades. Las chicas: Vicky (inglesa), Lise (alemana) y Jacqueline (francesa) trabajan para British United, Lufthansa y Air France respectivamente, y cada que aterrizan en la capital francesa, buscan a su prometido convencidas, cada una, de que tienen para sí al más fiel de los enamorados.
Bernard tiene a una ama de llaves –una estupenda Thelma Ritter- que se encarga de acomodar el apartamento para que cada chica piense siempre que es Su apartamento: cambia el porta-retratos, coloca en la cómoda la ropa interior de la que está en turno, y prepara la comida típica que a cada una le atrae… además, le sale adelante a cada escollo cuasi-delator que surge en los intercambios.
Y después entrará en escena Robert Reed, otro corresponsal de prensa que llega a París por un par de días y, a la caza de nuevas emociones, se encuentra con su viejo amigo, el apresurado Bernard. Con este equipo, representado con gran soltura por todos sus intérpretes, tiene lugar una de las más divertidas comedias que se hayan hecho en los años 60’ y que ahora, cuarenta y cinco años después, se preserva tan fresca como entonces. Colmada de jocosas situaciones, con diálogos muy efectivos donde abunda el tono mordaz, la picardía, el doble sentido y la salida astuta, y con un sartal de enredos que deben sortearse con la mayor rapidez mental, BOEING BOEING se luce como una historia alegre y encantadora con la que se pasa de maravilla.
Tony Curtis en toda su salsa, da lo mejor de sí como comediante. Y Jerry Lewis le hace un par pletórico de gracia, dispuesto a tomar parte de sus preciosos trofeos.
El director John Rich, de gran trayectoria en la pantalla chica, sale triunfante con una comedia que tiene mucha altura y que divierte a toda clase de público con su desenvoltura y su comicidad.
El filme está basado en la farsa teatral del escritor francés Marc Camoletti, la cual estuvo en escena, en el teatro Duchess de Londres, durante ¡siete años! contínuos. Y, en 1991, entró en el Libro de los Record Guinness como la obra francesa más representada alrededor del mundo.
¡Que se diviertan!
Una soberbia comedia de enredo, basada en una comedia teatral, eso se nota mucho, que no da respiro al espectador, donde un guion soberbio construye una trama rápida y loca con gags milimétricamente construidos, en perfecta coreografía y donde sus principales intérpretes ( Tony Curtis, Jerry Lewis y la maravillosa Thelma Ritter), nos van a ahogar de la risa.
La pareja formada por Tony Curtis y Jerry Lewis, conforman un dúo muy parecido al que formaron Tony Curtis y Jack Lemmon en Con faldas y a lo loco de Wilder.
Curtis, en su eterno papel de ligón, cree haber encontrado la cuadratura del círculo.
Convive con tres azafatas a la vez, las cuales, como tienen horarios de vuelo diferentes no sospechan de la existencia de las otras.
Es brillante. Curtis puede practicar su poligamia con total tranquilidad y beneficiarse de sus ventajas sin ningún inconveniente.
El problema vendrá cuando se presente su compañero y amigo en una inesperada visita y, al descubrir cómo se lo ha montado su socio, le entre una envidia terrible y quiera un pedacito.
Lewis en esta ocasión, aparca el personaje que interpretó en tantas ocasiones y se muestra más comedido, menos cómico pero más comediante, algo que, yo personalmente, agradezco. No soy muy admirador del personaje que creó, aunque sí me gustan mucho las películas en las que participó. Digamos que me gustan sus comedias pero no consigo apreciar mucho al cómico que, reconozco, fue único.
Así que, en esta ocasión, lo aprecio mucho más. Le hace una perfecta réplica a Curtis como compañero sinvergüenza que ayuda a su amigo por interés y del que espera obtener réditos.
Y, claro está, Thelma Ritter. Esta secundaria, fue tan, tan, grande, que cualquiera de las películas en las que participó, invariablemente alcanzan un rango de primera categoría. No sé qué sueldo se llevaría por su participación en éste y otros films, pero, sin duda, era demasiado poco. Es GIGANTESCA.
El problema en esta trama la traerá el progreso.
Cada vez construyen aviones más rápidos y los viajes alrededor del mundo requieren menos tiempo. Tony Curtis se empezará a cagar en la tecnología cuando sus novias comiencen a llegar a casa antes de lo previsto.
A la manera del teatro, que es de donde procede esta obra, comienza un enredo en un apartamento que se verá inundado de personas a las que es preciso esconder sin que ellas mismas lo sospechen.
Thelma Ritter, la pobre, la criada muy mal pagada para todo lo que se le exige, tendrá que ser cómplice malhumorada de este lío.
Una sincronía perfecta de puertas que se abren y se cierran y un ritmo rapidísimo, así como algunas escenas de exterior tipo slapstick, nos van a hacer partirnos de risa.
Una gran, gran comedia.
Comedia de intensidad creciente y generosa en momentos brillantes, en situaciones disparatadas y en vistosos lances de humor que juguetean con el enredo.
J. Rich se las arregla para que la parte sustancial de la acción se desarrolle entre las cuatro paredes de una habitación pero el espectador tiene la sensación de que medio mundo se asoma a la pantalla.
El trabajo técnico es impecable, la narración resulta muy dinámica y eficaz mientras que la ambientación y el perfil de los personajes cierran el círculo de una película bien hecha.
Hay que destacar que la interpretación de T. Curtis y de J. Lewis es excelente y que también lo es la de T. Ritter, en su sempiterno papel secundario.