Blue Collar
Sinopsis de la película
Tres obreros de la industria del automóvil deciden atracar la sede de su sindicato. Pero en la caja fuerte, en lugar de dinero, encuentran documentos comprometedores para la organización, que no dudará en usar todo su poder para recuperarlos.
Detalles de la película
- Titulo Original: Blue Collar
- Año: 1978
- Duración: 114
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Opinión de la crítica
Película
6.9
35 valoraciones en total
Zeke (Richard Pryor), Jerry (Harvey Keitel) y Smokey (Yaphett Kotto) trabajan como operarios fabricando coches en una cadena de producción que les lleva horas de trabajo sin descanso. Pero como trabajadores tienen sus derechos aunque no están contentos con el Sindicato que les representa. Así que deciden tomar cartas en un asunto que les huele a corrupción por lo que deciden robar la caja fuerte. Su plan les llevará a ser objeto de varias manipulaciones por parte de las altas esferas del Sindicato y ellos mismos tendrán que decidir por su suerte al tener en sus manos un cuaderno de anotaciones que puede comprometer a los que deberían defender los derechos de los trabajadores.
Primera película del guionista Paul Schrader (que contó con su hermano Leonard para coescribir el guión) y que dio como resultado un film del que vale la pena hablar aunque estemos en tiempo de crisis. La floreciente producción de la industria del motor no impide que sus peones trabajadores se vean sometidos bajo una constante presión que les acaba convirtiendo en objeto de manipulación por sus propios intereses. Incluso en las épocas de vacas gordas pero absorbidos por los impuestos y los gastos en la economía doméstica, los tres personajes interpretados notablemente por Pryor, Keitel y Kotto (aunque éste último un exfuera de la ley de armas tomar y de dudosa reputación) representan el perfil del trabajador frustrado, descontento e inconformista con la vida que le ha tocado vivir.
264/16(18/10/10) Interesante debut en la dirección del guionista Paul Schrader, habitual de Scorsese (‘Taxi Driver’, ‘Toro Salvaje’, ‘La última tentación de Cristo’ y ‘Al límite’). Un film en el que nos habla de los oscuros y manipuladores sindicatos americanos y de cómo manejan a los trabajadores a su antojo, de cómo escarban en sus miserias para dominarlos a su capricho. La dura historia está contada con un tono de humor que conforme avanza se va tornando cruda y nos damos cuenta del sibilino poder que detenta esta organización supuestamente de ayuda a los trabajadores. La puesta en escena es marcadamente setentera, sabiendo sumergirnos en este convulso tiempo. El trío protagonista, Richard Pryor, Harvey Keytel y Yaphet Kotto, rayan a gran altura, demostrando una gran compenetración entre ellos, describiendo un increscendo dramático enrarecido. El relato no nos cuenta algo original, pero el resultado es una amena denuncia social, eso sí con un tufillo maniqueo. Recomendable a los degustadores de denuncias sociales. Fuerza y honor!!!
Película histórica situada en los tiempos en los que EE.UU. era capaz de producir coches. Está ambientada en Detroit y se centra en las condiciones de vida de los trabajadores de las fábricas de automóviles. Los trabajadores, debido a su desclasamiento, el egoísmo, la falta de solidaridad y la lucha entre ellos son explotados por un sistema corrupto y racista en el que los patronos y los líderes sindicales conviven en los mismos intereses.
La película es interesante como todas las ambientadas en el mundo del trabajo y puede tener conexiones con otras interesantes películas europeas de la época como La clase obrera va al paraíso (1972) de Petri con G.M. Volonté, Todo va bien (1972) de Godard y Gorin con Y. Montand, Themroc (1973) de Faraldo con M. Piccoli o El viaje a la felicidad de mamá Kuster (1975) de Fassbinder. La fealdad formal de La clase obrera va al paraíso no es un impedimento para denunciar el trabajo a destajo y fatiga física y mental que produce el trabajo repetitivo y alienante (extendida al hogar familiar) y, al mismo tiempo, el difícil encaje del trabajador entre la lucha sindical, con posiciones pragmáticas, y la de los estudiantes con una posición demasiado teórica. Themroc plantea la deserción de un trabajador de una fábrica que acumula ira destructiva e incestuosa aunque hay que entenderla más en la figura de su director que después de trabajar desde los 13 años desertó de la rueda laboral y se puso a hacer cine de manera autodidacta. Todo va bien, muy influenciada por el 68, incide, además, sobre los distintos intereses de los trabajadores y sus representantes sindicales y sobre la aproximación que hacen de estos conflictos los medios de comunicación. El viaje a la felicidad de mamá Kuster también habla de la manipulación de los medios de comunicación, además de las propias organizaciones de izquierdas y es una actualización sobre la dificultad de vivir con dignidad, la lucha individual y colectiva de la película El viaje a la felicidad de la madre Krausens (1929) de Jutzi centrada en los padecimientos de una mujer mayor.
En Blue collar la trama se establece cuando tres trabajadores se apoderan casualmente de información sobre la corrupción en sus fábricas. La rabia y las dudas entre ellos sobre lo que hacer constituye la base fundamental del drama.
Blue Collar , de Paul Schrader (1978), primera película del guionista de Taxi Driver y Toro Salvaje e inicio de una de las carreras cinematográficas más irregulares y eclécticas de las últimas décadas. Schrader decidió guardarse este sabroso guión para sí mismo en vez de ponerlo en manos de Marty, pero no se trata de un descanso ni un alejamiento de la temática común de su trilogía con Scorsese, sino una vuelta de tuerca más, seguir indagando en la decepción al ver el imposible cumplimiento de los valores tradicionales del sueño americano. Historia de corrupción y de decadencia, de traición y de amistad destruida por la ambición. El comienzo costumbrista con ligero tono cómico y ligero estilo documentalista (de forma explícita y muy didáctica asistimos a funcionamiento interno del sindicato de trabajadores en una fábrica de coches) va dando paso a un tono sombrío y pesimista a la vez que se van sucediendo los acontecimientos. Sobre todo muy acertadas interpretaciones de Richard Pryor, Harvey Keitel y Yaphet Kotto, cuya relación de amistad, humor y complicidad interracial se va deteriorando conforme surgen los problemas y van apareciendo fantasmas…
Los sindicatos, la cadena de montaje, el compañerismo, la dirección…todo esto se mezcla con acierto en el debut como director de Paul Schrader. Es una de esas historias que marcan y no deja indiferente a nadie. Se reconoce al guionista feroz de Taxi Driver , al que cuenta su verdad y al mismo tiempo la de tantos. Todos los caminos son humanos porque es nuestro sino, ser humanos. Sólo uno es el que se elige, para bien o para mal
J.L.Danaq