Bloqueo
Sinopsis de la película
En la guerra civil española, un campesino se rebela ante la idea de abandonar su tierra para incorporarse a filas. Cuando es trasladado al cuartel general para entrar en combate, conoce a una hermosa mujer, que resulta ser una espía del bando contrario. Durante un ataque aéreo, buscan cobijo refugiándose en una casa que resulta bombardeada, quedando ambos bajo los escombros. El campesino intentará convencer a la mujer de que sus ideas representan la opresión…
Detalles de la película
- Titulo Original: Blockade
- Año: 1938
- Duración: 85
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Opinión de la crítica
Película
5.5
43 valoraciones en total
La película hay que comentarla desde el momento histórico en que se hizo, y los valores en juego. Naturalmente el cine, y Hollywood, tienen sus intereses comerciales que no necesariamente deben coincidir, en el presente caso, con las ideas que tenemos de nuestro propio desastre golpista históricamente sufrido. Me sirve de testimonio vivido como hijo de la posguerra: miseria y hambruna, pese a los opinadores fascistas que asoman por este balcón cultural.
Aunque siempre quedarán candorosos pipiolos dispuestos desde su púlpito a intentar convencernos de lo contrario, las mejores intenciones, en arte, no siempre se corresponden con unos resultados formales a la altura de su bondad ética o ideológica. Juzgar negativamente las colosales películas de Griffith o Riefenstahl sólo porque (legítimamente, faltaría más) nos repugnan el ideario político que defienden o su función propagandística de valores que, con todo el derecho del mundo, nos pueden parecer inmundos y despreciables, no sólo es injusto y poco respetuoso con el gran talento de sus autores, sino tramposo y abiertamente hipócrita.
Dando por sentado que nuestras creencias son una vara de medir legítima a la hora de enjuiciar una película y loándola o aborreciéndola sólo (ojo con el sólo) en función de su fidelidad a la rectitud moral o ideológica que predicamos, no hacemos sino abrir la puerta a que cualquiera pueda, a su vez, hacer lo mismo desde su propio sistema ético, por discutible o directamente repugnante que éste sea. No hay, en el fondo, demasiada diferencia entre el racista extasiado ante El nacimiento de una nación sólo (de nuevo el sólo) por su angelical visión del KKK o el nazi que aplaude con lágrimas en los ojos El triunfo de la voluntad por su exhibición del poderío ario, y quienes excomulgan a Ford, Fuller o Peckinpah bajo la peregrina acusación de fascistas mientras ensalzan, a la vez, auténticos truños, únicamente porque masajean su recta e incontrovertible (o eso creen ellos) concepción del mundo.
Nada más fácil que sentir admiración por ese puñado de artistas e intelectuales que desafiaron el silencio de las pusilánimes democracias occidentales y se posicionaron abiertamente a favor de la legítima República española. No sólo eso: financiaron de su bolsillo proyectos como éste, que denunciaban la situación de indefensión de la población civil ante las salvajes tácticas militares empleadas por el bando franquista y las tropas del Eje. Qué más noble que luchar contra el código Hays, contra organizaciones tan siniestras como la Legión de la Decencia o los Caballeros de Colón, que montaron piquetes ante los cines, o la misma Iglesia católica, que instó a los feligreses a que la boicotearan. Qué intenciones encontraríamos mejores y más dignas de encomio.
Y sin embargo, los resultados son más bien pobres. Apresurada, confusa, maniquea y panfletaria, Bloqueo contiene tópicos y dislates a mansalva y es, a pesar de sus aciertos parciales, una peli mediocremente construida y realizada, que nada a la deriva entre la denuncia, la intriga y el romance. Algunos de sus males son perfectamente explicables por las circunstancias en que fue rodada (*), pero lo cierto es que su escaso interés es hoy puramente testimonial: es un estupendo y descorazonador documento de la inutilidad de los buenos sentimientos, del arte como arma cargada de futuro. Aviones, no películas, eso necesitaba la República: el celuloide no mata fascistas.
Dejando de un lado su calidad cinematográfica, lo que realmente valoro de esta película es el compromiso por defender una República democráticamente votada por el pueblo, e ir en contra del fascismo que representaba Franco y sus aliados, nada más y nada menos que Hitler y Mussolini. También me parece una advertencia sobre lo que se avecinaba: la II Guerra Mundial.
Creo que sólo por eso merece la pena verla.
Nos encontramos ante un film de escasos valores cinematográficos, pero a la vez de gran valor histórico, ya que en él, y creo que por primera vez Hollywood trata, y además de una manera muy militante, el conflicto de la Guerra Civil española, mientras esta aún se estaba desarrollando en nuestro país.
La película es mediocre, a pesar de sus mimbres, con un director como Dieterle, y protagonizada por Henry Fonda. Sin embargo todo es muy ingenuo, el relato demasiado básico, y la historia de amor inverosímil. Todo parece al servicio de lanzar un mensaje claro que culmina en el alegato que Henry Fonda hace al final de la película pidiendo de forma dramática al mundo apoyo para la causa republicana.
Henry Fonda está regular, y su tendencia a cierte sosería aquí es evidente. La dirección de William Dieterle es rutinaria, algo que quizás podamos justificar por la urgencia del momento para realizar este film. Sólo salvo a Madeleine Carroll, muy guapa y con personalidad, actriz de algunos films de Hitckcock, y que aquí desarrolla su papel con solvencia.
En cualquier caso, insisto, más allá de su interés cinematográfico, escaso, creo que es toda una curiosidad histórica que nos afecta y que describe un estado de ánimo en la intelectualidad americana sobre un conflicto que es historia reciente de nuestro país.
Qué pena esta película. Primero el director. De William Dieterle he visto cosas mejores que este Bloqueo, cinta ambientada en la guerra civil española y de argumento… en fin, no me vale que uno de los guionistas sea James M. Cain, porque el guión, la ambientación, la dirección artística, muchas cosas, hacen aguas por todos los lados.
Luego, Henry Fonda, el cual pocas veces habrá sido tan desaprovechado como en esta película. No es el protagonista absoluto de la película, ¿honor? que cae en Madeleine Carroll, pero cuando aparece lo es para decir su parte de diálogo y hacer mutis por el foro. Y no, evidentemente, no pega como aldeano español de los años 30, con esos ojos que le dio Dios.
Luego la ambientación que he dicho. Madre mía, mal disimularon algunos detalles, como los extras mexicanos que cantan a la legua que no tienen nada de peninsulares. O un cartel anunciador del nombre del pueblo (spoiler*). O músicas sospechosamente intrepretadas con aires charros…
En fin, una película caótica que salvo porque comienza bien, al estilo Hollywood de la época, con la historia de amor entre Fonda y Carroll. Rodada en plena contienda (se rodó en 1938 y la guerra civil duró de 1936 a 1939), lo cual le da el mérito de posicionarse en contra el fascismo cuando no había dado comienzo la 2ª Guerra Mundial y algunos todavía miraban con buenos ojos al que venía de Alemania.
Y el spoiler**.