¡Biba la banda!
Sinopsis de la película
En 1938, en plena guerra civil, los músicos de la banda militar están muy preocupados por su próximo concierto. Agustín recibe una carta de su novia, que le cuenta los apuros que está pasando con la recogida de la cosecha de arroz. Decide entonces pedir permiso para ir a ayudarla, pero como el teniente Urquiza se lo niega, se escapa. Dos compañeros enviados para hacerlo volver, finalmente, se quedan con él. También el sargento Pérez y varios músicos que van en su busca se quedan con ellos.
Detalles de la película
- Titulo Original: ¡Biba la banda!
- Año: 1987
- Duración: 95
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Opinión de la crítica
Película
5.6
32 valoraciones en total
Esta pelicula cayó en mis manos cuando tan solo era un niño, fue de las primeras veces que empecé a escuchar eso de rojos y fachas . Algo ironico, que lo primero que aprendiera de la Guerra Civil, fuera una visión comica de la misma. Al visionarla años después llego a la conclusión de que es una de las mejores españoladas y sobre todo una de las mejores interpretaciones del genio de los genios, Alfredo Landa.
Sí señores, por extraño que parezca, es amable porque no entra en polémicas, apenas existe violencia y es antimilitarista porque los militares aman la música por encima de todo, además de ser su profesión, la de los soldados cuando eran civiles. Película sin excesivas pretensiones, más allá de entretener y divertir, que se postula como simpática y desenfadada, pero que no termina de conseguir sus nobles objetivos. Le falta el talento, la genialidad, la astucia y el sarcasmo de otras comedias que abordaron la Guerra Civil, se nota la bisoñez de su director y su descontrol en su puesta en escena, algo desmañada desde el absurdo y el esperpento, aunque tiene algunos gags ocurrentes y jocosos. En ese contexto pero alejado del frente y las sangrientas batallas, un pequeño regimiento compuesto por músicos, hace prácticas bajo las órdenes de un comandante-director de banda (Antonio Ferrandis) que, cuando pierde las gafas no distingue a quien tiene delante, además de no satisfacer a su descarada esposa (Florinda Chico).
Los problemas surgen cuando algunos de sus subordinados acuden para ayudar a la novia de uno de ellos (Pepe Sancho) y a su apetecible futura suegra (Fiorella Faltoyano), con la sana finalidad de que éstas puedan conservar sus fértiles tierras.Con las dos situaciones básicamente expuestas se urde la trama del film, que intentaba salirse mediante el humor, de los moldes trágicos con que se solía abordar el tema, igual que lo había hecho Berlanga con La vaquilla pero con desigual acierto. Como en la del maestro valenciano, hay un intento por mirar a los personajes desde el lado más humano, eludiendo toda posible esquematización política y huyendo de los maniqueísmos tan proclives por parte de algunos otros films. Lo mejor de la película son las peripecias de los ensayos, la agradable música con que nos obsequian mediante la banda y las situaciones absurdas que se plantean.
Los actores cumplen sobradamente representadando un variado grupo de personajes reconocibles en nuestra sociedad. Aunque encuentro a un Alfredo Landa como sargento chusquero, muy desbocado y poco dirigido, demasiado histriónico, una caricatura de personaje con gesticulaciones y gritos. Ricardo Palacios, su director, en cambio, sabe distinguir entre los soldados que se vieron involucrados en la guerra por los azares de la coyuntura y los miliares de carrera con su afán arribista. En todo caso, mira a sus personajes con ternura y sabe transmitir su cariño por ellos. La película se deja ver como una farsa llena de momentos disparatados, otro acierto es su equidistancia sin tomar partido por ningún bando, pero no aporta nada nuevo que no conociéramos pese a su éxito en su lejana exhibición en televisión. Desde luego de no haber existido previamente La vaquilla , este film no existiría.
Para empezar, decir que esto no es una crítica en cuestión sino mera información que he encontrado por casualidad navegando por la red y que me ha sorprendido enormemente. Y es que esta película figura en la lista de los espacios más vistos en la historia de la televisión en España desde que se instalaron los audímetros allá por 1990. Concretamente, el día 5 de marzo de 1991 la película, que se emitió por La 1 de TVE, consiguió unas cifras de audiencia de ¡¡¡10,6 millones de espectadores!!! Así como lo leéis. Una auténtica bestialidad, y más teniendo en cuenta el tipo de película que es y que pasó por los cines sin pena ni gloria. Sinceramente nunca hubiera podido imaginar que una película fuera cual fuera pudiese llegar a unas cifras más propias de partidos de fútbol importantes o acontecimientos históricos. Pues si hasta ahora había desconocimiento o dudas sobre qué película había sido más vista en la historia de la tele ahí está la respuesta. Juzgar vosotros si las cifras hacen justicia…
¡Biba la banda! Es una película guionizada y dirigida por Ricardo Palacios en 1987. En ocasiones nos quedamos gratamente sorprendidos con los resultados obtenidos por atrevidos actores en la dirección. Ricardo Palacios es uno de esos ejemplos que no deja de sorprender por el resultado de ¡Biba la banda! Se trata de una película amena, cómoda, adaptada a los tiempos que se narran aunque descargada de tensiones armamentísticas y sí musicales de un puñado de intérpretes algo conflictivos enfrentándose a frágiles situaciones, en unos tiempos donde el desacato puede acarrear graves consecuencias.
La música de Miguel Asins Arbó (‘Los peces rojos’, ‘El cochecito’ o Plácido, entre otros títulos) engalana las diferentes escenas junto a la destreza musical que se nos muestra con algunos altibajos en los resultado interpretativos perdonables entre aficionados y banda. Nadie tan eufórico con sus músicos como el comandante director Bonafé (Antonio Ferrandis), siempre animoso cuando sobre todo se interpreta con garbo poniendo en pie los ánimos del respetable, incluida la señora Marcelina (Florinda Chico), fiel esposa de Bonafé con algún que otro inconfesable arrebato…llamémosle… emocional.
La interesante fotografía manejada con profesionalidad por Domingo Solano, logra atrapar el ambiente necesario de interiores y exteriores con un lenguaje ágil, fruto de su experiencia cosechada con títulos como ‘Carlota, amor es…veneno’, ‘Violines y trompetas’ o, ‘Moros y cristianos’ de Berlanga, con el que colaboró además, en otros títulos, experiencia que, junto a la del realizador, nos relata el eterno dual como aventura de riesgo emocional antes que ideológico, donde la excepción se convierte en el mejor mensajero para solucionar enfrentamientos estériles frente a las necesidades reales que presenta Encarna (Fiorella Faltoyano), situación a la que se unen personajes que en algunos casos esconden su pasado ideológico para salir adelante aun fingiendo lo que no se es.
El teniente Campos (Oscar Ladoire) siempre está del lado favorable para solucionar las cosas, el buenazo del sargento Pérez (Alfredo Landa) enrabietado aunque animoso satisface como puede las necesidades de la banda. Otros personajes participan necesariamente de esta comedia coral como el intolerante teniente Urquiza, el amable Don Joaquín (Manuel Alexandre) o Morales (Rafael Hernández) entre un largo elenco que hace las delicias de esta narración donde los enfrentamientos se convierten en amable colaboración (como las primeras figuras de la escena y de oficio junto a Ricardo Palacios). Se trata pues de una puesta en escena colectiva, convirtiéndolo todo en amistad a causa de una situación que obliga al entendimiento, lo que nos deja un buen trabajo del realizador en lo que fue su segunda incursión en la dirección.
Si queréis ver una comedia ingeniosa que transcurra en la Guerra Civil, visionad directamente La vaquilla , de Luis García Berlanga. No sólo porque es mejor que Biba la banda , sino porque ésta bebe claramente de las fuentes de aquélla que triunfó dos años antes (da la impresión de que fue un intento por continuar ese éxito). En ambas la música es de Miguel Asins Arbó y coinciden Alfredo Landa y Rafael Hernández. De hecho, el primero prácticamente repite el personaje. El problema es que el humor brilla por su ausencia si las comparamos. La vaquilla tiene momentos de auténtica carcajada, mientras que Biba la banda te hace esbozar alguna sonrisa nada más (ver spoiler)
Además, tanto algunas elecciones en el reparto como el argumento son bastante descabelladas. Para empezar, seleccionar a Fiorella Faltoyano como suegra de Pepe Sancho choca bastante (su edad casi es similar), así como que éste pueda encandilar a su hija (cuando la rodó, Sancho tenía ya 43 años).
Y luego está el hecho increíble de que todos los músicos de la banda acaben por escaquearse y jugársela, sólo por ayudar a la novia de uno de ellos.
En definitiva, Biba la banda es simpática, pero no graciosa.
Mi nota: 5,8