Berlin Calling
Sinopsis de la película
Martin Karow es Dj Ickarus, un disc-jockey y productor de electro en la cresta de la ola. Sus noches transcurren en clubs de techno alrededor del mundo y sus días de aeropuerto en aeropuerto. Le acompaña Mathilde, su manager y novia. Ambos se encuentran en plena producción del próximo álbum de Ickarus cuando, tras una de sus actuaciones, Martin acaba en los servicios de urgencia de un hospital psiquiátrico berlinés debido a los excesos con las drogas. Durante los días que deberá pasar internado, continúa trabajando en su disco, pero su situación personal comienza a resultar demasiado frustrante. La compañía discográfica no parece demasiado interesada en publicar su trabajo y, tras escaparse del hospital, se entrega a un orgiástico fin de semana en compañía de una de sus fans. La espiral autodestructiva en la Martin se ha situado parece no tener fin y, de nuevo, ingresará en el hospital, esta vez por propia voluntad. El proceso de recuperación se antoja complicado pero, finalmente, parece haber una luz al final del túnel.
Detalles de la película
- Titulo Original: Berlin Calling
- Año: 2008
- Duración: 100
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Opinión de la crítica
6.7
29 valoraciones en total
Paul Kalkbrenner es un reconocido Disc Jockey dentro del actual panorama electrónico. De origen alemán, en Berlín es el rey, cuna y epicentro mundial del sonido Techno.
Un buen día, se le ocurrió que podría hacer una pelicula, supongo que con ciertos toques autobiográficos y retratar la escena de clubes en Berlín.
La cinta como tal nos cuenta cómo Paul se ve inmerso en una espiral degenerativa a causa del elevado consumo de estupefacientes. El continuado coctel de cocaina y MDMA le lleva a dar con sus huesos en un centro de rehabilitación coincidiendo en el tiempo con la salida al mercado de su nuevo album. La historia es simplona, hay que reconocerlo, pero para ser el debut de alguien que no se dedica profesionalmente al cine he de otorgarle un merecido reconocimiento.
Los amantes de la música electrónica como yo la disfrutarán mucho más, solo por descubrir esa afamada vida nocturna berlinesa ya merece la pena pero si encima la cinta va acompañada de una descomunal banda sonora hecha para la ocasión, con ese Techno contundente en forma de cajas, bombos, trompetas y esas melodías marca de la casa, la cosa gana muchos enteros.
Hay escenas y situaciones verdaderamente cómicas cuando Paul está bajo los efectos psicotrópicos de todo lo que se mete. No es un dramón, no es una pelicula de acción, tan solo la locura de alguien que ama el techno por encima de cualquier cosa.
Grande Paul, nos vemos en la pista !!
Se edita un nuevo disco de música electrónica, el autor sufrió su inspiración y dejó el intento en tres melodías ininterrumpidas. Sobre la vida y sus vicios. Sobre el yo en ojos de otros.
Track 1: Tetas
Bum, Bum, Bum … … Ickarus prueba sus alas, lanzándose sobre la multitud que se mueve bajo su sonido. Esta es su cima, el ritmo no decae, el mundo debe conocer al fuerte Dj que soporta el ritmo a base de sintéticas emociones. Bum, bum, bum… laten fuerte los tonos bajos para un hombre perdido, la caída siempre es dolorosa. Sonido rápido, enérgico, álgido.
Track 2: Techno
Bum, bum, bum … tss, tss, tss … … Ickarus necesita un encierro personal, un psiquiátrico lleno de adictos con vidas artificiales, el caos es parte de una vida que da vueltas a una velocidad alarmante, es hora de reencontrarse con la música, con nuevas drogas que alivian la necesidad de las antiguas drogas, para dejar paso a una única fuente de recursos, tss, tss, tss … la música. Sonido perdido, desvirtuado, experimental.
Track 3: Trompetas
Bum, bum, bum … tss, tss, tss … zst, zst, zst … … Ickarus encuentra su propio sonido, tiene unas alas recicladas que surgen de las anteriores. Las vidas se renuevan como experimentos que provienen de probetas, se aceptan los cambios, se consigue avanzar, la reconciliación con el propio humano, zst, zst, zst… Dj Ickarus, la música, la vida. Sonido sereno, profundo, prometedor.
Pero Tetas, techno y trompetas no es un buen nombre para un disco, se venderá mejor como Berlin Calling , los productores también opinan, cualquiera puede opinar y meter mano en la vida de otros. Nos ofrecen una película, nos descubren a Ickarus, y pronto, en las tiendas, encontraremos sus tres temas principales, los que forman parte de cualquier punto de inflexión.
La vida de un dj no son sólo aeropuertos y festivales, la realidad es un mundo de días y noches en otra dimensión, horas de baile y derroche bajo armonías de tecnología, no se trata de un documental, se juega con la intimidad, el negocio, el material creado en el estudio y las horas bajas, la ketamina y la cara B de Berlín, locales abiertos de jueves a domingos, puede ser inconexa pero ahí está, cualquier día se puede caer, las drogas son un riesgo para el consumidor y una preocupación para los que rodean.
Paranoia, autodestrucción, alucinaciones, una armada de pastillas de la conducta errática, miedos y más medios, ver la muerte, no es un simulacro, es una historia descriptiva que analiza un ingreso voluntario dónde convive con su trastorno y con trastornados, Berling calling se come la cabeza y, a poco que sepas de lo va esto del M…, te la comerás tu también… define a la música y traza una relación la doctora y la terapia con humor demente.
Al borde de la cólera, cicatrices permanentes y degradantes, ese efecto post consumo que lleva al delirio, subidones, malos viajes a largo plazo, de todo menos heroína, el problema no sólo es ser un politoxicómano, es encontrarse con una pastilla como PMA, sustancia para mí desconocida, mientras tu trabajo anda parado, Kalkbrenner, aparte de gran artista, tiene una historia que contar, sobre cómo es la vida cuando se amanece delante de las drogas, cómo se tienen sensaciones de construir castillos, de que se tienen buenas intenciones de que se hace bien…
Pero las drogas son un mundo sin fin, vidas erráticas con experiencias de otro mundo, de nuevo las palpitaciones, el insomnio, de nuevo post-puesto, el consumo excesivo es como cualquiera de esos loops que crea para su música, cuánto más hondo, más a fondo, una vida de ida y vuelta, éste es mi nuevo album… un deambular dando palos de perdido, la música puede ser la causa?… y si es la terapia?… una fiesta de despedida en un centro de poca seguridad y poco preparado para acoger a algo que podríamos denominar alguien voló sobre el nido del éxtasis.
Llama la atención de que, a pesar de la libertad, no haya un abuso de imágenes psicodélicas, escenas de parpadeo hipnotizantes, y que además tenga tiempo para dejar sensaciones sobre hasta que punto interesan estos ingresos como método de estudio para conocer los efectos de las drogas, un artista, un esquizofrénico, sus posibles orígenes y la reencarnación posible, el gancho, seguir creiendo en algo, su música, aunque todo lo relacionado con la escena underground pierde su peso si la inspiración llega bajo los efectos de la medicación.
Lo cierto es que se pasa al bando de la esperanza, no tiene fuerza y sí mucho sueño, pero no oculta los peligros evidentes de recidivas o recaídas, tanto del trastorno como del consumo, igual ambas a la vez, el estrés marca altibajos, el espectador queda totalmente pendiente de la evolución, es hora de actuar, tomar el mando, pastillas azules y amarillas por la cisterna, destrucción de 800 pavos de coca, romper con todo, la voluntad, centrarse en su método de expresión.
De buenas a primeras, si se quiere, se podría definir Berlin Calling como la historia de un DJ desfasado, como un retrato sin moralinas del consumo de drogas a largo plazo, o hasta como la banda sonora de una autodestrucción anunciada. Y algo de todo eso hay, y parecerá que no, pero se presenta sin imposturas y de modo sincero. Y el resultado es competente, bastante competente.
Dj Ickarus está en la cima, en ese punto exacto del que es tan fácil caerse y en el que te mantienes sobre el alambre, hasta que tú mismo, dejándote llevar, te encargas de cortarlo. Entre ketamina, coca y anfetas, este antihéroe observará (y tomará parte) en el desmoronamiento de su antigua vida, pasando de una situación tangible y real a una batalla contra su abotargada y confusa mente, entre salida y entrada en pulcros y caros psiquiátricos.
La película crea un interés por el devenir de los acontecimientos, con un protagonista impredecible que provoca sentimientos encontrados en el espectador, y eso es de agradecer. A ritmo de electrónica (en la mayoría de casos) de la escuchable , y con un cierto tono objetivo y distante, pero peculiarmente cálido, Berlin Calling es una película con virtudes, que realmente no trata de convencer a nadie de nada, aunque diga claramente lo que busca decir.
Good choice.
Un 7,25 o quizás un poco más.
Kalkbrenner, reconocido dj internacional y afincado en Berlín, la capital de la electrónica, irrumpe en la escena audiovisual con un largometraje dirigido por su compatriota Hannes Stöhr. Nada tiene que envidiar la banda sonora de este film, orquestada íntegramente por su protagonista, al gran London Calling de The Clash. Paul Kalkbrenner encarna e Dj Ickarus, que haciendo gala de la esquizofrenia más abrupta, utiliza sus momentos de no-lucidez para empaparse de sensaciones horripilantes que le inspirarán para crear unos ritmos que, como mínimo, atraparán a quién los escuche hasta sumirle en las entrañas de una noche de locura, tetas, techno y trompetas.