B
Sinopsis de la película
El 15 de Julio de 2013, el extesorero del Partido Popular, Luis Bárcenas, es trasladado desde la prisión para declarar en la Audiencia Nacional. Hasta este día, había negado toda relación con los llamados papeles de Bárcenas , pero después de 18 días en prisión ha decidido cambiar su declaración. Esta película retrata lo que pasó en esa sala aquel día.
Detalles de la película
- Titulo Original: B aka
- Año: 2015
- Duración: 74
Opciones de descarga disponibles
Si deseas puedes descargarte una copia de esta película en formato HD y 4K. Seguidamente te detallamos un listado de opciones de descarga directa disponibles:
Opinión de la crítica
Película
6.5
80 valoraciones en total
El cine y el teatro tienen sus propias reglas y generan productos distintos.
Con trazo grueso podemos decir que el teatro es más próximo y tangible, llega más, sus medios son más limitados, sus condicionamientos son mayores y su público potencial es más reducido.
Una obra de teatro siempre se puede llevar al cine, aunque sólo sea rodándola. No ocurre lo mismo en sentido contrario.
La comparecencia judicial de Luis Bárcenas en la Audiencia Nacional ante el juez Pablo Ruz el 15 de junio de 2013, de cinco horas de duración, tuvo un interés muy especial, pues en ella el que había sido tesorero nacional del PP se animó a largar por primera vez —aunque la película transmite la impresión de que lo hizo con contención— y aportó un gran número de documentos a la causa que dejaban en evidencia el modus operandi en el PP en relación a su financiación ilegal: Los famosos papeles de Bárcenas .
El juez Pablo Ruz fue nombrado juez interino del Juzgado Central de Instrucción número 5 de la Audiencia Nacional por el Consejo General del Poder Judicial, en sustitución de Baltasar Garzón, primer instructor del caso Gürtel, que había sido suspendido de sus funciones y, con posterioridad, sería expulsado de la carrera judicial.
Esta comparecencia judicial dio lugar inicialmente a una obra de teatro —con el título Ruz-Bárcenas —, dirigida por Alberto San Juan, con sólo dos actores: Pedro Casablanc, en el papel de Bárcenas y Manuel Soto, en el del juez Pablo Ruz. David Ilundain —el director de esta película— los ha fichado para su proyecto, rentabilizando así su esfuerzo por encarnar a sus dos personajes. El hacerlos tan reales les convierte más en imitadores que en actores.
Las interpretaciones son soberbias. En el personaje de Bárcenas, Casablanc, cuyo parecido físico con Bárcenas no es muy grande, vampiriza su personalidad: Seguro de sí mismo, rápido de reflejos, con gran autoestima, capaz en su trabajo, despectivo, distante, engolado y poco gesticulador. De Manuel Soto en su fidelidad en la interpretación del juez Ruz puedo opinar menos, porque este último es un personaje mucho menos mediático, pero sí puedo decir que su papel resulta muy verosímil.
A mí la película me ha parecido apasionante, pero debo advertir que puede resultar indigesta —por su confinamiento en una sala de los juzgados— para quien no esté algo familiarizado con las andanzas de Bárcenas. Ése es el riesgo de la película que se ha asumido con gran valentía. En contrapartida, la fuerza de la misma radica en la verosimilitud con que se recrean todos los aspectos relativos a la comparecencia judicial de Bárcenas. Fundamentalmente la sala —claustrofóbica y sofocante por el calor del verano—, la constelación de los que asistieron a ella —juez, fiscal, abogados de la acusación particular, defensores…— y lo que allí se dijo.
Es como si con dos años de diferencia se nos invitase a asistir a aquel acontecimiento, tomásemos asiento en la sala, escuchásemos… y quedásemos en estado de shock, absolutamente escandalizados.
B es una suerte de flor del desierto, de bicho abisal, inconcebible en un entorno mediático dominado por el establishment corporativista, que ha sabido encontrar el modo de no quedar abortada, como lo está el cine político contemporáneo en este país.
El crowdfunding, última puerta a la que llamar agotado de que te cierren todas en las narices, sumado a la obstinación y la audacia, han permitido la encarnación en película de una pieza sobrecogedora de la triste historia del pillaje nacional.
Porque la cinta es una patada en los cojones que deja sin aire, en primer lugar, al espectador, que palpa horrorizado la que sería una realidad confirmatoria de lo que ya imaginaba, pero también al presunto participe en las idas y venidas del dinero B, que contempla como, tras ser señalado sin remilgos, sus vergüenzas quedarían impíamente expuestas.
El filme del debutante David Ilundain respondería muy bien a porqué no se hace más cine de política real aquí. Si quieres comer salchichas, nunca veas cómo se hacen. Nadie quiere que veas cómo se hacen sus salchichas, y aquí da igual de qué partido o negocio se hable, pues las habas cocidas parecen ser alimento de todos.
No obstante todo el poder incisivo que este casi documental posee por lo que reproduce (literalmente, las declaraciones de Bárcenas a Ruz), y que ya de por sí te demuelen en la butaca, cinematográficamente, la película tiene también su valía.
Y es que, sobrepuesta a su carácter de ópera prima, a su activismo, fines denunciatorios y limitaciones presupuestarias, es capaz de transportar lo que fue en origen una pieza teatral a un producto que consigue la agilidad audiovisual necesaria para el que la ve no se ahogue en un mar de datos, nombres y cifras. La clave, sobre todo, dos actores como la copa de un pino, Manolo Solo y, en particular, Pedro Casablanc, encarnando éste último a un Bárcenas al que insufla una veracidad que pasma.
No se puede engañar a todos todo el tiempo. Llega una película libre y salvaje que pretende demostrarlo.
Tenía mucha curiosidad por ver esta película, aún sabiendo que era un formato atípico. Creo que el caso Barcenas ha sido de los más escandalosos de los últimos tiempos, por lo explícitas de sus declaraciones y lo obvio del proceso. La cinta es real como la vida misma, nada chirría, podríamos estar viendo una sala real.
PERO (en mayúsculas porque es un pero grande) no termina de funcionar como película. El enfoque es interesante pero quizás como obra de teatro resulte mejor. Como película puede hacerte perder interés: quizá podrían haberse intercalado escenas distintas de lo que se narra en la declaración, aunque eso significaría perder el encuadre. Además es demasiado reciente como para ver a un Mariano Rajoy de invitado estelar.
Por tanto, interesante y recomiendo verla, aunque sea por resumir el caso Barcenas.
Aséptica adaptación cinematográfica de la obra teatral Ruz-Barcenas que documenta el encuentro entre Julio del 2013 entre el Juez Ruz y Luis Barcenas en una vista donde Bárcenas entrega documentación de la financiación ilegal del Partido Popular. La película no tiene demasiados valores cinematográficos mas allá de las impresionantes interpretaciones de Pedro Casablanc y Manolo Solo (quienes interpretaron los mismos papeles en el teatro), la recreación (mas que interpretación) está firmada sin grandes alardes técnicos, cámara en mano y abusando quizás de los planos de otros asistentes que no son ni Ruz ni Bárcenas. Esta película tiene el valor de entender lo que significo el caso Bárcenas y la desvergüenza e impunidad de los poderosos en nuestro país durante demasiados años, en ese sentido lo que cuenta es impresionante. En cuanto a la parte cinematográfica no hay mucho que decir, escoge el concepto teatral y huye de cualquier trama paralela para aligerar. Es una opción y funciona razonablemente bien aunque corre el riesgo de convertir a la película en algo plomizo si el tema no interesase al espectador. A mi personalmente me ha parecido interesante por lo que cuenta pero como producto cinematográfico no tiene demasiado interés para mi.
Recuerdo a fuego la primera entrevista entre Margaret Thatcher y Felipe González: la primera ingeniera química, abogada y filósofa (todo en Oxford), el segundo, el típico político español: pícaro, licenciado en derecho con un único propósito: hacer de ese título un carnet de político mediocre. De aquella entrevista, lo único que recuerdo es ver a la mosca cojonera, (González) haciéndole la corte a la Araña gorda y peluda, (como si el ladrón menor pudiera engañar al ladrón mayor) y mientras González le arrancaba una foto selfie a la Thatcher, ésta le guindaba veda libre para el cheque británico , (algo así como el cupo Vasco o Navarro, pero a nivel europeo)
La corrupción no es un caso aislado de España, está en todos lados, la gravedad del asunto es cuando el hastío, la inanición mental y el carácter pusilánime castellano, cohíben a la sociedad a tomar cartas en el asunto y jugar al fútbol con las cabezas de los corruptos cual María Antonieta .
B de Bárcenas, es B de Burro, es esa insondable y mediocre B que impide ver nuestros males más endémicos y que han existido desde los godos, la dictadura y la joven democracia. Lo que David Llundain nos muestra en la película, es ese reflejo de la España castiza, del señorito, el chulapo y la gomina. Del costumbrismo del castellano viejo, del poderoso que aun ante la evidencia, se siente victorioso frente a la plebe.
No nos engañemos: Bárcenas es ese chivoexpiatorio y a la vez el verdugo millonario de un partido hecho a imagen y semejanza del país que gobierna: el país de los roba peras, del victimismo y la quijada. No cabe duda que la realidad supera con creces la ficción, y que lo expuesto sólo será un flojísimo bosquejo de lo que realmente ocultan las alcantarillas del Estado y que salpica desde el PSOE hasta el PP y los nuevos retoños universitarios: sí, esa universidad repleta de inútiles enchufados que creen salvar al mundo desde su página de facebook.
En resumen: un magnifico documental sobre un espécimen y un sistema parasitario deplorable.