Autopsia de un criminal
Sinopsis de la película
Carlos (Francisco Rabal) es un hombre de mundo que mantiene una buena amistad con su ex novia. Cuando intenta recuperar un collar que se prestaron entre ambos para salir de un apuro, Carlos se ve envuelto en un turbio asunto, ya que la joya está ahora en manos de unos prestamistas.
Detalles de la película
- Titulo Original: Autopsia de un criminal
- Año: 1963
- Duración: 96
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Opinión de la crítica
Película
5.9
31 valoraciones en total
Cuando hay una buena trama, desarrollada en un sólido guión, se nota. Y este es el caso.
Bien dirigida por Ricardo Blasco, lo mejor que hizo. Y se han buscado dos buenos intérpretes: Francisco Rabal y Danielle Godet.
Dentro de un ambiente claustrofóbico -casi toda la película se desarrolla en un piso-, los giros de guión son inteligentes y verosímiles. Incluso avanzan cada vez mejor, con complicaciones añadidas, pero no superfluas.
El suspense se mantiene hasta el final.
Como en toda película que se precie hay también un número musical, bastante malo por cierto, que parece colocado solo para inquietar al espectador que espera la solución de la trama.
En resumen: esta es una muestra más, si aún hiciera falta, de que también antes se hacían buenas películas en España. Esta es de hace casi 60 años.
Los pasos de la intriga van dejando su impronta sobre un celuloide permeable a cada sugerencia de una trama intensa que muestra desde el principio su intención de no convertirse en una película más.
La tensión se instala en el patio de butacas y la fuerza intrínseca del relato se encarga del resto.
El guión y la labor de dirección renuevan su mejor quehacer cinematográfico en cada escena para mantener el máximo nivel de suspense, de emoción y de vigor narrativo.
El argumento se proyecta como un hilo que se retuerce sobre sí mismo en una atmósfera de asfixia acuciante.
Excelente interpretación de F. Rabal.
Estupenda película con un sentido del suspense tan conseguido que casi produce un efecto hipnótico en el espectador. El film parte de un guión bien elaborado que se plasma de manera elegante. La trama está salpicada de efectismos bien medidos que obligan al espectador a no moverse de la butaca y a estar bien pendiente de todo lo que está viendo y escuchando. Es una de esas películas de las que no se debe contar nada de la trama a quienes no la hayan visto para que sean los posibles espectadores los que vayan atando cabos hasta llegar a un desenlace que puede coincidir o no con lo que el espectador esperaba. La refinada Danielle Godet encarna a una especie de mujer fatal bastante ambiciosa y el estupendo Francisco Rabal interpreta a un hombre metido en asuntos turbios pero de una condición honrada en cierto modo. La lograda iluminación juega un importante papel en la definición estética de la película, que inquieta mediante nobles procedimientos. Muy bien puede ser una película de culto para los amantes del buen cine policíaco español por su pureza estética y por su perfecto sentido del ritmo. Es la mejor obra de su director.