Atrevimiento
Sinopsis de la película
Un equipo de rodaje cinematográfico se halla filmando un corto en las instalaciones de una antigua universidad ya en desuso. Los problemas y las desavenencias no tardan en darse cita, ya que entre algunos miembros del equipo hay cuentas pendientes por resolver. La tensión irá in crescendo hasta límites insospechados, y jugar al inocente juego de atrevimiento, beso o verdad terminará acarreando funestas consecuencias.
Detalles de la película
- Titulo Original: Atrevimiento
- Año: 2019
- Duración: 99
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Opinión de la crítica
Película
3.1
97 valoraciones en total
Puedes elegir hacer un corto, pues vale, quizás salga bien si tienes un buen guion, en este caso no está mal. Eliges actores, sé que nos movemos en un mundo casi amateur, correcto y aceptable y a la hora de valorar debemos tener encuentra esa serie de pormenores que con solvencia en muchos casos se intenta disimular. Esa es la labor de un buen director. Quizás a veces se consigue otras no tanto.
Pero aquí nos enfrentamos un largo a 99 minutos a una película que además se presenta con 14 candidaturas a las Goyas. Si y sin complejos. Y me pregunto. ¿Los autores de este abominable film les gusta el cine? ¿Han ido alguna vez a ver películas?
Ciertamente lo dudo.
Fijémonos en solo el trabajo con los actores pasemos de los fallos de sonido de iluminación y otros muchos técnicos pasemos de ellos. Vamos con las actuaciones. Hay que entender que una cosa es el teatro y otra el cine dos lenguajes totalmente distintos que en común tienen que usan actores. Pero esto aquí ni se tiene en cuenta ni se respeta, si porque lo que vemos son unos actores sin dirección alguna (eso espero al menos) a modo del teatro amateur en tramos de la película desarrollando actuaciones sin línea de continuidad y vapuleando la línea argumental de la película con su actuación descarrilada a destiempo y sin conexión ninguna. Lo que hace totalmente inverosímil el guion y la película en cuestión.
Esto ya se sabía en el montaje. Alguien lo tuvo que ver es evidente. ¿Y a nadie le sorprendió?
Pues claro que no, que tontería. Seguro porque si alguien que se quiera dedicar con profesionalidad a este noble arte lo debía de corregir o abortar proyecto. Porque continuar con algo como esto, te lleva a la cuestión de que es el cine y para qué.
Hay un sinfín de libros cátedras y demás que los explican, pero sobre todo hay películas muchas y ninguna de ellas he visto esto que ocurre en esta lamentable película…Ah, Si quizás en The Room, pero esa la vemos para descojonarnos con los fallos y lo mala que es. Eso es lo que buscabais. Pues a esperar porque no veo colas para descojonarse con esta de momento, solo indiferencia y malestar. Es mala a seca hecha por personas que no saben.
La historia
La trama nos sitúa en el rodaje de la nueva versión de un cortometraje exitoso, Divorcio express. Nos presentan al equipo del rodaje actual y, como claros antagonistas, los participantes del original. Disputas, redencillas, envidias, afán de superación, megalomanía, obsesiones e inseguridades y algún que otro trastorno narcisista. El ser humano en su esencia. La eterna batalla del mundo del espectáculo, de la expresión a través del arte. La búsqueda de éxito a través de una creación que rompa los moldes establecidos. Esa necesidad de todo artista de dejar un legado por encima de todo, una creación, tras su paso por este mundo.
El mensaje es claro, este mundillo puede ser peligroso, puede volverte loco, la competición puede sacar lo peor de ti. La crítica y la reflexión es demasiado evidente y la misma cinta nos proporciona las respuestas prematuramente.
Envolver un guión
Este largometraje se sostiene sobre su guión. La intención de que este sea el soporte principal es evidente desde su introducción, que resulta ser de lo mejor de la película. Corta, concisa y construida a base de diálogos rápidos y directos, algo superficiales por esta misma rapidez. Aunque las pulsaciones de la trama no van in crescendo si se le ha de otorgar que mantiene un ritmo constante, como un paso ligero militar muy estudiado. Por ejemplo: el escenario es sencillo y se presenta con premura. En realidad, tanto, que se torna irrelevante y el espectador lo capta enseguida.
Este mismo punto fuerte, el guión, contiene igualmente imperfecciones. Especialmente el dibujo de sus personajes. No se les otorga una personalidad marcada al utilizar todos el mismo tipo de lenguaje, sin coletillas propias, modos de discurso o, simplemente, un vocabulario menos genérico y, en ocasiones, surrealista. Dentro de la sencillez que se le quiere dar a la cinta el espectador se preguntará en más de una ocasión ¿quién habla así en semejante situación?
Son características así las que rompen la intención de ambientar una historia sobre los límites de la condición humana desde el enfoque más primario posible. Por eso el abuso, por ejemplo, del plano medio corto o de fundidos en negro le aportan una artificialidad innecesaria en este tipo de historias.
Es más que evidente que el guión ha sido creado con la meticulosidad de quien está haciendo una gran apuesta que sabe que va a depender de ese factor. El problema es que la intención de sorpresa es a menudo tan evidente que la alerta no deja de sonar y en la mayoría de los casos acierta. Hoy día ya está todo escrito, la magia radica en el modo de contarlo.
Las herramientas
Con un reparto coral como este, es inevitable medir la cinta en base a sus interpretaciones. En Atrevimiento, en realidad, nos sumergimos en un juego grupal con tramas secundarias cortas y básicas aunque complejas en el personaje, lo cual no tiene nada de malo si se baraja bien. Esto conlleva que el ritmo y la calidad dependan mucho del trabajo de los actores. En el caso de Atrevimiento, en ocasiones el espectador no conseguirá ver al personaje, si no al actor realizando su trabajo, lo que te extrae de manera brusca de la trama. Otras veces, por momentos, casi entramos en la piel del personaje y en un par de agradables y destacadas ocasiones, disfrutamos del momento como niños.
Es por esto que se sale y entra del film continuamente dependiendo de la actuación y que no se termine de empatizar con ningún rol en concreto, algo esencial en una trama así. En ese aspecto es importante destacar que cada uno de los miembros del elenco tienen una escena principal o dos, repartiendo de modo salomónico el peso de la historia, corriendo pocos riesgos y jugando con las bazas que el director tiene a su disposición de un modo muy inteligente.
Algunas pequeñas dudas quedan en el aire mientras otras se resuelven con un final tan liviano y directo como su introducción, excepto que en esta ocasión nos quedamos con ganas de más detalles resolutivos. Aunque quizá el mensaje es precisamente ese: no importa de dónde viene o a dónde va esta historia, si no el camino que ha de recorrer para ser contada.
El interrogante entre artista visionario o narcisista desprovisto de empatía no se resuelve en realidad, cuando es el gran debate interno al que la cinta nos lleva. ¿El fin justifica los medios? Eso nos deja con un extraño sabor de boca, como degustado pero no digerido.
Conclusión
En general nos encontramos con una película que quiere hacer leer entre líneas y reflexionar, sin que lleguemos a captar el objetivo del mensaje, claramente intencionado desde el principio, aunque llevemos jugando a las quinielas toda la trama. Lo que nos hace sentir manipulados en ciertas ocasiones. Su ejecución es de manual demasiado técnico, demasiado concentrados en darle un soporte que envuelva y rodee a la verdadera apuesta: el guión. Un guión casi literario en su construcción, que perfectamente se podría adaptar a una obra teatral en la que otros elementos no distraigan.
Como añadido, debo destacar una iniciativa que me ha parecido estupenda y muy acertada. El director añadió en la primera proyección, como detalle, precisamente el guión. El objetivo es que el espectador lo disfrutara en casa de un modo diferente. Algo que me ha parecido muy inteligente y gesto propio de quien está orgulloso de su labor. Que se sepa es la primera vez que se lleva a cabo esta iniciativa y no solo la apoyo si no que animo a otros cineastas a unirse a ella.
Escrito por Elia Rios
La historia de un equipo de rodaje que va a hacer el remake de un existoso cortometraje es el punto de partida de este extraño film independiente… Prometía pero las interpretaciones de sus actores y algúnas situaciones sin sentido hacen este film flojito.. Los actores se les nota en muchas ocasiones que no actuan solo se dedican a leer el texto, están mal dirigidos…. La película no tiene mucho interés solo la propuesta formal pero todo esta mal cuidado y mal calculado…
Fernando Alonso y Frías es el responsable de este curioso proyecto que toma como punto de partida su corto Divorcio Expres , para volver al mismo lugar de rodaje, en la localidad alicantina de Alcoy, y rodar una película sobre ese otro trabajo, que termina convirtiéndose en un juego dramático y de suspense, con engaños y manipulaciones, que en su desarrollo recuerda, guardando las distancias, a La huella ( 1972 ) de Mankiewicz, y que funciona bastante bien teniendo en cuenta su limitado presupuesto, aunque tiene algunos aspectos mejorables como el reparto, que salvo alguna excepción se nota su falta de experiencia, y que mejora con el paso de los minutos hasta llegar a un final sorprendente, en ese juego final al estilo Agatha Christie, con todos los personajes reunidos esperando la resolución de la trama. Un guion bastante decente es fácil de recomendar a los que quieran desconectar de la realidad con una historia intrigante sin ser demasiado exigentes.
LO MEJOR: Mantener la tensión hasta el final. Algunos giros interesantes.
LO PEOR: Tarda en arrancar. Algunas situaciones son innecesarias.
Pueden leer esta crítica con imágenes y contenidos adicionales en: http://www.filmdreams.net
Montarse un ‘cluedo’ (por el jueguecito ese de mesa, creado en 1948, de detectives y sus misterios a resolver), como el Jonathan Lynn para John Landis, aquí productor, en ‘El juego de la sospecha’ (‘Cluedo’, 1985), requiere pericia, y ya en plan Alfred Hitchcock con ‘La soga’ (‘Rope’, 1948) o ‘La ventana indiscreta’ (‘Rear Window’, 1954), o Joseph L. Mankiewicz con ‘El día de los tramposos’ (‘There Was a Crooked Man…’, 1970) o ‘La huella’ (‘Sleuth’, 1972), pues habrá que echarle maestría. En todo caso es necesario contar con una idea ingeniosa, un guión lo más parecido a lo que la leyenda dice que hace un reloj suizo y un plantel de actores capaces de congeniar al menos con la historia, el libreto y sus personajes. Si además director y elenco se hacen uno, miel sobre hojuelas.
‘Atrevimiento’ (2019), escrita y dirigida por Fernando Alonso y Frías, es un claro ejemplo de ‘cluedo’: crimen, culpabilidad y castigo revolotean por todos y cada uno de los personajes en un continuo ‘quién hizo eso’ o ‘qué hizo quién’, que va revelándonos a estos mismos personajes más o menos alternativamente como ‘buenos’ o ‘malos’, según. La trama resulta ingeniosa: con cine dentro del cine, a partir de la historia de un realizador y unos intérpretes que han de versionear en largometraje un exitoso corto, con la asistencia del equipo original, y en medio de todo ello, asesinatos. Pero el guión, ingenioso en muchos de sus segmentos, no acaba de cuajar como un todo, algo fundamental en un tipo de historia tan proclive a la dispersión como puede serlo un argumento que va esquinando hechos y motivaciones (como debe ser precisamente en un ‘Cluedo’, claro).
Esto podría resultar sorprendente de un cineasta que se ha fogueado como guionista, y con buenos resultados, pero, eso sí, hasta ahora en el campo del cortometraje… y como se recuerda en el mismo filme, no es lo mismo un corto que un largo. Esas vacilaciones, ese no sé con qué género quedarme, acaban por lastrar una película por otra parte más que interesante. Vale, utilizar varios géneros dentro de otro que lo abarque todo, no ha de ser malo: Sergio Leone disfrazó de ‘western’ y film río un ‘cluedo’ magistral llamado ‘Hasta que llegó su hora’ (‘Cera una volta il West’ / ‘Once Upon a Time in the West’, 1968), pero el producto final, incluso en la versión remontada con menor minutaje, sabía a película ‘compacta’, algo que forma parte de esa pizca de salpimienta que falta para redondear ‘Atrevimiento’.
Y falla en parte, también, en otra de sus patas: la actuación resulta teatralizada en exceso (el ‘Cluedo’ cinematográfico tiene mucho de teatral, pero de teatro, lógicamente, cinematografiado), de manera que los ‘cambios’ (ahora eres ‘bueno’, ahora ‘malo’), las transformaciones de los personajes, se notan en demasía, lo que les resta credibilidad (y es una pena, porque se nota que hay un buen reparto al que no se le ha sabido sacar el jugo). Me quedo con la interpretación de Ángel Romero Flores, el cineasta del largo en la película (si el cartel que vi del film no miente): consigue hacer muy creíbles estos ‘cambios’, humaniza, en su suma, a su personaje, haciéndose siempre con él, y eso logra que no nos parezca artificioso el lógico artificio.
‘Atrevimiento’ queda, al menos, como un interesante eso, atrevimiento, el de romper un tanto con la plantilla típica argumental del cine español, y por tanto como una promesa a tener en cuenta. Bueno, habrá que estar atentos.