As the Gods Will
Sinopsis de la película
Shun Takahata es un estudiante normal de secundaria que lleva una vida aburrida, junto a su mejor amiga, Ichika Akimoto. Un día, la cabeza de su maestro explota en clase y Shun y sus compañeros se ven obligados a jugar un juego mortal sin saber el quién, el cómo o el por qué.
Detalles de la película
- Titulo Original: Kamisama no iu tôri (As the Gods Will)
- Año: 2014
- Duración: 117
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Opinión de la crítica
Película
6
58 valoraciones en total
Fiel al estilo japonés arranca a pura acción, no se detiene en detalles ni explicaciones. Simplemente un Dios que establece juegos mortales dirigidos por muñecos gigantes que ponen a prueba la destreza de los alumnos, solo pasando de nivel los mas aptos, los demás mueren sanguinariamente. Súper dinámica, sádica, atrapante, grandes efectos especiales y un final que no me dejó nada en claro. Entretenida y sobre todo muy bizarra.
La vida no tiene sentido. Es absurdo que hayamos nacido, es absurdo que muramos escribió Sartre en su primera obra filosófica El ser y la nada de 1943. Es… en este concepto de existencialismo en el que gran parte de la juventud se encuentra inmersa, varados entre la ociosidad y la extenuación que representa el construirse libremente a si mismos a cada instante. Hastío, náuseas. Shun, nuestro protagonista exclama: Dios, mi vida es un aburrimiento. Dime, ¿para qué vivimos?
Abruptamente As the Gods Will nos arroja a un típico Juego de la Muerte más propio de Saw, Juego Macabro que de un Battle Royale o The Hunger Games, considerando el objetivo de nuestros jóvenes protagonistas no es eliminarse mutuamente sino sobrevivir a una entidad desconocida que ha impuesto las reglas del juego. A diferencia de otras películas y con riesgo a generar la impresión de que esto no tiene pies ni cabeza, Miike entra de lleno, apenas del preámbulo de Shun a la acción. Sin un planteamiento ni explicaciones ni la fase introductoria a los personajes el juego es abordado, un juego del que somos testigos con la misma incertidumbre que sus participantes: no sabemos qué pasa. Sí es la fase preliminar de una invasión alienígena, un ataque terrorista o Dios ha decidido jugar.
1… 2… 3… ¡chocolate inglés!, lo que viene siendo Darumasan ga koronda será el primer juego. En el salón de clases el Daruma dará la espalda a los estudiantes y cantará, al terminar volteará la vista y a diferencia de la versión infantil donde quien es pillado en movimiento retrocede a la línea de inicio, aquí simplemente la cabeza le estallará, sólo puede haber un ganador, quien demuestre la agilidad para tocar al Daruma mientras canta. Así es como la vida de Shun, quien rodeado de cadáveres se alza con el triunfo, ha dejado de ser aburrida y avanza al siguiente nivel: Maneki neko, donde junto a los supervivientes de las otras clases deberá ponerle el cascabel a un gigantesco gato de cerámica antes de que éste los devoré o bien, aplaste… y así una sucesión de juegos.
Un filme de belleza estética que contrasta el origen infantil de sus juegos con la violencia de su sangriento designio. Narrativamente común a la estructura de un videojuego tenemos una sucesión de niveles que apuntan a develar el misterio. Divertidos y con ganas de más (tras el montaje estupendo del primer nivel, el Daruma) asistimos el desarrollo del Live action del manga homónimo escrito por Muneyuki Kaneshiro e ilustrado por Akeji Fujimura. Aunque el metraje es extenso logra entretenernos y… a pesar de que la actuación en lo absoluto es brillante, de hecho luce exagerada, los personajes son estereotipados y hay intentos forzados por unirlos emocionalmente, es muy tolerable. Y por cierto, si viste Ichi the killer (2001), ¿a qué reconociste a Nao Omori? aquel hikikomori no es otro que el propio Ichi, desde aquella película no trabajaba con Miike.
Es curioso ahora que lo pienso, la mayoría de las casi 100 películas que ha dirigido Miike se basan en novelas, mangas o cuentos y leyendas, finalmente adaptaciones, y dentro de esas 100 películas sólo ha coescrito el guion de 3. Miike no se destaca como escritor inventivo, pero es bueno en seleccionar historias y adaptarlas, el material ideal para dejar fluir su genio creativo, el cual se mueve tan bien en el cine de terror como en el de acción, bélico, ciencia ficción, romance, drama, infantil, thriller, western, comedia y cuanto nos imaginemos. Sumamente versátil y prolífico. Hoy en día es uno de los pocos cineastas japoneses (con vida) que disfruta de un reconocimiento internacional, fruto de su irreverencia, tristemente es bastante clara la evolución que ha sufrido, ganando una notable mejora técnica audiovisual pero también mostrando una versión de sí mismo más deslucida y menos provocativa, ¿dónde está el Miike bizarro, violentamente explícito y de un humor negro que rayaba lo grotesco y delirante?, atrás, con sus años mozos, porque el de ahora es un Miike más convencional…
… Suspiro, a pesar de eso sigo siendo su incondicional, ya no me emocionó con él pero recuerdo con una sonrisa mis años de preadolescente donde saboreaba con efusión cada película suya que cayera en mis manos.
Un filme muy propio del manga japonés, que agota sus recursos pero en general es agradable. Y bueno, si la ves y llegas al final, espero no la odies.
http://teatro-vandrian.blogspot.mx
De repente estamos en medio de un aula con cabezas explotando y sin más preámbulos nos metemos de lleno en un siniestro juego que durante dos horas no aburrirá ni dejará de sorprendernos. Aún así una presentación tan demoledora pasa factura, y a la película le cuesta mantener el listón inicial tan alto que había marcado, volviéndose retorcida o repetitiva con ciertas explicaciones y escenas que intentan justificar un interesante mensaje de fondo llevado al extremo. Los supuestos adolescentes protagonistas hacen alarde de una sobreactuación, deliberada o no, muy acorde con la exagerada y apocalíptica puesta en escena que hace de los populares Juegos del hambre un simple pasatiempo para niños.
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La película ya merece la pena con sólo ver ese inicio tan sorprendente y volátil , el juego del Un, dos, tres…Chocolate inglés aunque con una pequeña variante, mortal. Esos 15 primeros minutos son tan activos y atractivos que te mete de lleno en el film. Pocos son los que pueden hacer eso hoy en día, un comienzo de sobresaliente.
Miike, una vez más, hace gala de su estilo y vuelve a dirigir un trabajo que él desea realizar, y vuelve adaptar, por millonésima vez, un manga a la gran pantalla, y para ello utiliza todo su saber y experiencia, junto a un amplio presupuesto, para dejar de manifiesto qué lo que hay dibujado se le puede dar vida, y As the Gods Will , cumple perfectamente con lo esperado, ni es más ni es menos, un cúmulo de efectos especiales y escenarios, con un desarrollo entretenido, cargado de suspense hasta el mismo final, aunque por desgracia va bajando la calidad conforme menos minutos le queda. Mejor o peor adaptado, eso es otro cantar y varia según la persona.
Las actuaciones no son nada del otro mundo, mucha hormona suelta. Con jóvenes actores que supuestamente destacarán en un futuro y que ya llevan algunos que otros trabajos a sus espaldas, sobre todo en doramas (series japonesas), pero aún así cumplen con su cometido, aunque hay veces que la sobreactuación está muy presente, pero si no lo hicieran, no sería ni japonés ni adaptación de un manga.
En fin, soy amante de Miike, igual que lo critico negativamente, lo alabo, y algunos de sus trabajos han sido una auténtica cagada, otros en cambio obras para recordar, pero este film no es ni lo uno ni lo otro, pero está por encima de su media, así que es recomendable para los amantes del propio director, como para aquellos que les gusten las adaptaciones, el resto me imagino que no deseareis estar dos horas leyendo subtítulos, mejor a cuando aparezca en castellano, si aparece.
¿Cómo te sentirías si un día de tu hastiada existencia cambia radicalmente y tu bien estructurado mundo se convierte en el escenario de un diabólico juego donde el objetivo es vivir o morir? Pero sobrevivir a costa del temor, el sacrificio y la sangre de los demás, sólo los fuertes acaban el juego, los débiles han de pagar
…es la voluntad de Dios.
Lo que le está sucediendo al cine de aventuras y fantasía en estos últimos tiempos es descorazonador. Género que se alzó imbatible durante los 80 brindando inolvidables títulos a la industria y a los espectadores ( Furia de Titanes , Dentro del Laberinto , Legend , Una Historia China de Fantasmas , Los Inmortales …) donde hoy día sólo hay personajes estereotipados hasta la arcada e historias repletas de clichés, demostrándose una vez más que sólo cuenta la magia de los efectos visuales y no la de la narrativa (también esencial). Pero muy de vez en cuando tenemos suerte y se da alguna excepción…como la que nos ocupa.
Así, Takashi Miike, tras su insólita obra de terror Over your Dead Body , vuelve a colocarse la cámara al hombro y se dispone a derribar los convencionalismos del cine de aventuras y fantasía actual llevando a la gran pantalla, por enésima vez ya, un manga, cuyo guión firma Hiroyuki Yatsu (quien más tarde adaptaría Laplaces Witch ). Esta vez le toca al extraño y sorprendente Kami-sama no Iu Tori , trabajo de Muneyuki Kaneshiro iniciado en 2.011 el cual cuenta con dos series con diferentes personajes y situaciones.
La primera serie nos presenta a Shun, cuya vida transcurre entre el aburrimiento y el odio a sí mismo (clásico estudiante del manga y el anime) hasta que un buen día decide ir a clase y se convierte en presa de un juego despiadado, orquestado por fuerzas que escapan a su comprensión y con un propósito muy preciso: quien quede en pie gana. Un comienzo espectacular siempre garantiza atrapar al público, y eso mismo logra As the Gods Will , seguida de una melancólica reflexión a modo de prólogo, la película se inicia de la forma más bruta e inesperada, estableciendo el tono que se seguirá hasta el final.
Varias pruebas mortales se suceden, dictadas por extraños seres que manipularán y asesinarán a los alumnos sin piedad, quienes deben guiarse por su astucia e instinto, Miike se olvida de molestas introducciones y nos mete de cabeza en el corazón del peligro sin darnos tiempo a reaccionar, haciéndonos sentir como los personajes: acorralados y a merced de los estrafalarios sucesos, resultando en un producto inclasificable donde a ritmo desenfrenado se combinan fantasía, drama, acción y un humor negro marca de la casa…el cual, sin embargo, no pretende la aventura por aventura.
Como es costumbre, el cineasta maneja un argumento donde se hace hincapié en la amarga situación de la generación actual, sin ilusiones ni esperanzas, desprovista de ética y refugiada en un microcosmos de culpabilidad autoimpuesta, decadencia y mediocres entretenimientos (los llamados hikikomori , para quienes el mundo exterior no existe), esos dioses dictadores de las normas, transmutados en algunos de los símbolos más representativos de la cultura e historia asiáticas, como el daruma o el maneki-neko (lo que implica una lucha sin cuartel entre tradicionalismo y nueva sociedad), se aprovecharán de esta debilidad y moral caduca.
Atonías que provocan la discordia y repulsión entre los compañeros, de ahí que se plantee la cuestión de si éstos son más villanos que los organizadores del juego. Nuevamente, el peor enemigo del hombre es el hombre (concepto idéntico al de Battle Royale ), amargas conclusiones sacadas de esta delirante locura que, efectivamente, desbarata todo convencionalismo del cine de aventuras: al contrario que el propuesto por el americano, no tendremos la oportunidad de ver un bonito romance (salvo un disimulado amor homosexual no correspondido entre Takeru y Shun) ni atisbos de compasión por parte de los malos , ni siquiera el desarrollo será del gusto de muchos…
Pues no ganan los que deben ganar, mueren los que no queremos ver morir y las dosis de humor negro y extrema violencia coronan un retorcido espectáculo que vapulea sin miramientos al espectador…que por desgracia se estanca en varios momentos por la molesta obsesión de Yatsu del uso del flashback (técnica a la que también recurre en Laplaces Witch ), ya sea para explicar el por qué de un acontecimiento en pleno desarrollo (en lugar de dejarlo a la imaginación) o para presentar a los personajes, en los que se profundiza muy ligeramente, derivando todo en un poco resolutivo y previsible final (detallado en Zona Spoiler), quizás con la esperanza de completarse en una secuela….
Pese a esto, Miike posee la suficiente destreza para plasmar el imaginario de Kaneshiro, atravesado por momentos que dejan a uno boquiabierto (la aparición del gato gigante o el oso blanco son de los mejores) donde brilla un sensacional trabajo de tensión narrativa y efectos visuales, ofreciéndose un gran despliegue de medios que nada tiene que envidiar a las producciones estadounidenses. Por otra parte, el elenco de actores no sorprende demasiado en sus interpretaciones, destacar sobre todo a Jingi Irie, Sota Fukushi, Ryunosuke Kamiki, al que vimos de niño en La Gran Guerra Yokai (y que se hace realmente odioso en esta ocasión), y Nao Ohmori (el Ichi de Ichi, the Killer ) en un pequeño y extraño papel.
Fascinante, enfermiza y siniestra versión del actual cine de aventuras para jóvenes (abanderado por insulsos títulos como El Corredor del Laberinto o esa infame copia americana de Battle Royale llamada Los Juegos del Hambre ) que no hace sino poner de manifiesto la capacidad de Miike para abarcar cualquier tipo de proyecto, por difícil que sea, y elegir aquellos en los que más cómodo y libre se sienta, con la oportunidad de imprimir su característico sello en todo momento.