Arma perfecta
Sinopsis de la película
En un futuro no muy lejano, una organización gubernamental secreta de estado totalitario dirigida por el director (Seagal) que controla todos los aspectos de la vida. Todos los enemigos del Estado se tratan en la forma más dura y la mayoría de ellos son ejecutados por agentes y asesinos de una organización secreta. El mejor operativo es denominado Cóndor (Messner) – un agente de élite y sicario del gobierno. Sin embargo, en su última misión no logra matar a un líder de la oposición y se encuentra huyendo de la misma agencia gubernamental para la que trabaja. Esto pone en marcha una cadena de acontecimientos con consecuencias imprevistas para todos los involucrados. Cóndor apenas podría sobrevivir a la caza de la organización todopoderosa del gobierno y las traiciones por los llamados aliados como él es el arma perfecta.
Detalles de la película
- Titulo Original: The Perfect Weapon
- Año: 2016
- Duración: 83
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Opinión de la crítica
2.4
31 valoraciones en total
Aquí tenemos una nueva entrega de las peripecias de Steven Seagal en el mundo de la basura cinematográfica, los consumidores de esta droga insana necesitamos nuestra dosis de bazofia periódicamente y Steven es bazofia de la buena.
La película se llama Arma perfecta, no confundir con la de Jeff Speakman del 91 que está bastante mejor que esta. El creador de este producto es Titus Paar, realmente se llama Mathias pero se lo ha cambiado por un nombre realmente chulo, un tipo desconocido para mí y para todo aquel no tenga un problema en la cabeza y el prota es Johnny Messner, que lo mejor de su vida fue hacer de secundario en Lágrimas del sol. Entrando en materia la película nos cuenta como en un tiempo futuro el planeta vive una guerra, tras la cual surgen gobiernos totalitarios que controlan la sociedad, gobiernos que disponen de una serie de agentes especiales que se encargan de callar a todo aquel que está en contra o alza la voz ante estos dirigentes. Uno de estos agentes es nuestro prota, que por no acabar uno de sus trabajos será perseguido por los malos.
La película es mala, que creíais ¿Que íbamos a ver algo decente? Pues no, es la mierda que nos temíamos, la realización es cutrilla y torpe, con mucho plano corto, las escenas de acción son pocas y malas, los actores son peores que los teletubbies, estamos en el futuro ¿habrá efectos especiales, no? Pues tururú, ponemos unas luces azules y rojas en todos los espacios y un rascacielos moderno de fondo y vais que chuta y por último siempre la misma canción o melodía que aparece en la trama romántica con escenas de risa, vamos que lo tiene todo.
En un espacio a parte quiero hablar de nuestro ídolo zampa noodles Steven en esta película. Aquí hace de Director de esta sociedad futurista, aparece en cuatro ocasiones contadas y la primera pasados los veinte minutos, con su perilla frondosa y sus gafas de colorines, con las cuales debe dormir e incluso ducharse y también con su pijama-kimono que tanto le gusta llevar para que el mundo vea lo que le gusta la cultura asiática. De esas cuatro apariciones, todas ellas en un decorado de mentira que quiere aparentar ser su vivienda en el rascacielos, con decoración nipona, y con diálogos de flipar, en especial la de acupuntura y chorradas de las suyas. La única escena de acción que tiene es de diez segundos y con sus movimientos de muñeco de playmobil.
Pues esto es todo y espero con ansias la próxima peli del gordunflo, que cada vez sale menos, en la próxima van a poner a un muñeco con su cara y suficiente.
¡Stevie se nos pone distópico! Y le coge el gusto (de nuevo) a eso de hacer de malo. Aunque en esta ocasión no con Robert Rodriguez, ni su editor Ethan Maniquis acreditado como co-director, sino actuando (es un decir) a las órdenes (también es un decir) del realizador debutante Titus Paar. No me preguntéis de dónde ha salido el tal Paar porque no me he tomado la molestia de comprobarlo en google.
Pues eso. En un futuro no muy lejano, una poderosa organización gubernamental que es dirigida por el director (tócate los cojones), le sigue la pista al disidente Condor (Johnny Messner), uno de sus más letales agentes asesinos -con un look alopécico y trajeado descaradamente idéntico al de Hitman-, y que resulta ser todo un experto en el sofisticado arte de ventilarse a los enemigos del estado. Tras no completar el encargo de matar al líder de la oposición, sin dejar cabos sueltos, y dejando viva a la prostituta (Sasha Jackson) que lo acompañaba porque su cara le recordaba a la de una antigua novia, aquellos para los que trabajaba ahora le darán caza.
A destacar el épico y trascendental diálogo entre Steven Seagal y Johnny Messner, villano y héroe, en la pelea final: ¿Qué es la verdad? La verdad es la verdad, y ya está. O el vibrante pulso de dedos que enfrenta al horondo Steven con Richard Tyson -sí, aquel tipo que hacía de matón en Poli de Guardería (1990, Ivan Reitman), mientras trata de explicarle cómo se consigue ser un guerrero definitivo a base de ir por la vida retorciéndole la muñeca al prójimo. Por lo demás Seagal apenas aparece a lo largo de 10 o 15 minutos de metraje, salvo para estampar su estropeado careto sobre la fachada de unos enormes edificios infográficos recreados con FX digitales dignos de la parodia X de Blade Runner (1982, Ridley Scott). Es más, por medios técnicos y de producción, decorados, fotografía y las pintas que gastan gran parte de los figurantes y el resto del reparto, diría que ésta es la ocasión en que Seagal ha estado más cerca de participar en una película casera o pornográfica.
La excusa para entretenimiento ligero a base de puñetazos y tiroteas es una sociedad futura que está a la vuelta de la esquina, 2029, pero que ha convertido a los Estados Unidos en un sistema totalitario, después de algún tipo de guerra civil. Esto está bien aunque se hayan limitado a copiar la estética de Blade Runner (1982) y en lo demás hayan pasado como tres pueblos. Pero lo curioso es ver qué entienden por un régimen dictatorial. Pues uno en el que todo el mundo está vigilado, no existe oposición pues es perseguida y eliminada, hay propaganda constante y ejecuciones extrajudiciales, pero además, se ve que no hay religión pero sí drogas, prostitución y se supone que otros vicios. La verdad, es un régimen un poco raro.
Pero como digo, el argumento es poco más que un pretexto para dar rienda suelta a la acción. Sin embargo ésta es mala y escasa. En realidad, me he quedado corto. La película es un choteo con una sucesión de escenas mal rodadas y montadas, tiroteos masivos en los que los malos no aciertan nunca aunque estén delante suya, actores muy flojos, situaciones increíbles, por ejemplo, la seguridad del Director, y alguna que otra parida. A todo esto, el papel de Steven Seagal es menor pero como hace del malo, existe incertidumbre para ver cómo acaba. Anticipo que hay una trepidante pelea entre Steven y Messner. En definitiva, es lamentable, ese final flipado o la fea muerte de…. (SPOILER), pero te echas unas risas.
Para empezar, Steven Seagal casi no aparece, lo digo para evitar que la gente que espera verlo aquí, caiga en el engaño., él es solo un reclamo para que la gente vea esta película infumable y dar a conocer a un grupo de personas que son los que llevan el peso (por decir algo) de la trama.
Steven con su kimono, sus gafas anaranjadas, su horrible barbita y su pelo implantado, solo aparece en plan sabio diciendo chorradas, sin pelear ni nada, en solo dos escenas.
No pierdan tiempo en ver esto.
Una de las peores películas del señor Seagal que he visto últimamente.
El no sale mucho y el señor Messner el peor papel que le han dado en años( algunas veces sale en películas cinco minutos, pero el papel es relevante).
Peleas contadísimas, guión fojísimo y dialogos que no vienen a cuento.
En resumen película muy mala(1) y no le pongo un cero por que no lo hay.
Besitos y saludos.