Aquel maldito tren blindado
Sinopsis de la película
Segunda Guerra Mundial (1939-1945). Un grupo de soldados estadounidenses son arrestados tras matar por accidente a unos compatriotas. Aprovechando un ataque alemán, logran escapar mientras son trasladados. En 2009, Quentin Tarantino estrenó una película (Malditos bastardos) que recoge su título inglés, Inglorious Bastards , a modo de homenaje, si bien la trama y las situaciones son totalmente diferentes.
Detalles de la película
- Titulo Original: Quel maledetto treno blindato (The Inglorious Bastards) aka
- Año: 1978
- Duración: 99
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Opinión de la crítica
Película
5.7
71 valoraciones en total
Al igual que la cinta de Tarantino, hay que tener mucho cuidado cuando alguien se dispone a ver este film. No estamos ante una cinta que se deba tomar en serio, pues no ofrece ningún tipo de rigor histórico, sino que todo el plantel de medios están en disposición para ofrecernos una ruidosa y completa ensalada de tiros durante todo el transcurso de su cómica trama.
La trama guarda pocas similitudes con el film de Tarantino, pues la cinta de éste último sólo coge la idea de los bastardos. La película no deja de ser un cóctel de algunas de las cintas más representativas del género bélico, pues bebe de la comedia de la cinta Los Violentos de Kelly con personajes de lo más pintorescos y con situaciones de lo más disparatadas, junto con momentos de acción y con personajes impresentables e incorregibles muy parecidos al film de Robert Aldrich, Doce del Patíbulo.
Sí uno se dispone a ver la cinta sin ningún tipo de expectativas y de falsas pretensiones, se encontrará con un producto de lo más ameno y entretenido, que para ser sinceros, es el único objetivo que se plantea el film a conseguir. No encontraremos en ella únicamente un film de acción con secuencias bélicas muy bien rodadas, sino que además podremos vislumbrar toda una serie de homenajes a los films más representativos del cine bélico donde hay incluso una escena que parodia y homenajea la escena de la moto de McQueen de La Gran Evasión.
Eso sí, aquel que trate de verla juiciosamente, se llevará una enorme decepción, pues el film no deja de ser un divertimento sin ningún tipo de rigor de principio al fin, eso sí, un divertimento muy bien ejecutado y llevado a cabo.
Vale, dejémoslo claro desde el principio: si a alguien se le ocurriera apilar todas las copias existentes de las pelis de Enzo G. Castellari en un patio, las rociara con gasolina y les prendiera fuego, poca gente lloraría por ellas. No nos engañemos, por simpáticas que nos resulten y por muchos recuerdos que nos traigan a algunos de nuestra niñez, las pelis de Castellari son pura caspa chunga de la Italia de los setenta, esa a la que yo, personalmente, tengo que agradecer que inflamara mis primeros sueños húmedos (Edwige Fenech, Ornella Muti… ¿qué habría sido de mí sin vosotras?), pero que, definitivamente, no es bocado del gusto de los paladares más finolis y no les valdrá a sus responsables ni una estrella en Hollywood Boulevard ni muchas esquelas laudatorias el día en que se mueran. Suerte ha tenido Castellari de contar con un vocero como Quentin Tarantino, que no ha dejado de cantar las virtudes de esta peli y ha vampirizado el título con el que se estrenó en el mercado anglosajón, ese Inglorious Bastards que ha resucitado, aun fugazmente, el interés por su cine.
Lo cierto es que si algo hay que reconocerle a Castellari es que no da gato por liebre. Desde la descacharrante fanfarria inicial entre colorines pop, la peli es un correcalles a todo zoom de tiros, persecuciones y explosiones, en el que soldados de todos los bandos mueren a puñados y dando saltos casi se diría que de alegría. Es cierto que las interpretaciones, cuando las hay, son malas con ganas, que los personajes son puros estereotipos que como mejor están es calladitos, porque cuando hablan no dicen más que burradas, que el guión es una descerebrada combinación de retales de Los doce del patíbulo, La gran evasión, El desafío de las águilas o Los violentos de Kelly, en el que sólo faltan Bud Spencer y Terence Hill repartiendo bofetones estereofónicos o Alvaro Vitali espiando a unas nazis tetudas tras unos arbustos, pero Castellari no pretende otra cosa que entretener, y eso lo consigue con creces. Es honesto y leal, liquida el asunto en el tiempo justo y con el ritmo acertado, no se va inútilmente por las ramas y a base de poner continuamente a prueba la credulidad del espectador y de salir mediante el humor de los atolladeros en que le mete el guión, se gana, inevitablemente, su simpatía: después de ver conquistada una fortaleza nazi con un tirachinas, me siento incapaz de decir nada malo de Castellari.
Todo lo dicho hace aún más incomprensibles las dos horas y media de bostezos y cabezadas que, en teoría, ha inspirado, los diálogos estúpidos e interminables, el ritmo inexistente, la dirección torpe y comodona del chistoso de la clase que espera que todo el mundo aplauda a rabiar sus gracias. Sí, por si alguien se lo pregunta, la respuesta es sí: sigo resentido. Más todavía después de comprobar que en la peli de Castellari hay material de sobra para sacar mucho más que el insípido chicle remascado que otros han sacado. Y conste que no estoy mirando a nadie.
Me compré (sin verla anteriormente) esta película hoy en el Fnac, reconozco, que como otros muchos filmes, vease Punto Límite 0, El Padrino de Harlem o Django, los conocí indagando sobre las fuentes, referencias y demás gustos cinematográficos de mi admirado director Quentin Tarantino. Total, que la recomendación de Quentin, me hizo adquirir la cinta de Castellari.
Y bueno, me gustó la película. Es toda una fumada inmensa, unos tiroteos inverosímiles, una acción desbordante. Es absurdo ver como empuñan subfusiles Thompson y MP40 (con el retroceso que tienen esas armas) como si de pistolas de agua se tratase.
No se, pero tanto macarrismo, me entretuvo bastante y me gustó. Parece que me ha dado ahora por ver cine de acción italiano de los 60-70. Creo que son una serie de títulos, si bien de género exploitation, muy entretenidos y cuanto menos curioso. Es bonito ver a los padres cinematográficos de Quentin Tarantino. Y ver como el alumno ha superado a sus maestros.
Una recomendación al ver el filme. No piensen que es Salvar al Soldado Ryan ni nada por el estilo. Es más bien la versión muy bestia y más macarra de Los Violentos de Kelly y 12 del Patíbulo .
Película muy entretenida, y una frikada del 15. A mi me gustó.
Enmarcada en el siempre farragoso género de la comedia bélica, Aquel maldito tren blindado es una película con un argumento tan absolutamente disparatado, que uno no se pregunta si puede ser real, sino que se dice a si mismo que es tal el desbarre fílmico que tiene que haber pasado realmente o como mínimo algún suceso similar. Y ya se sabe que la realidad siempre supera a la ficción, aunque siempre se puede llevar uno sorpresas, como ocurre con esta película.
Sin casi respiro asistimos a un no parar de disparos por todos lados.
Lejos quedan para esta, películas a las que quiere emular como son Los violentos de Kelly o Doce del patíbulo. De la primera coge el toque cómico de sus personajes y situaciones, de la segunda coge la idea de que los protagonistas sean condenados y también que figure un negro en medio del reparto, que servirá para un montón de situaciones cómicas. Sobre todo dando por hecho que ese puñado de hombres se tendrán que hacer pasar mas de una vez por alemanes. Además tendrán uno como aliado al principio de la película.
Es de esta forma como en su huida hacia Suiza, se verán inmersos sin quererlo y por equivocación, en una misión suicida.
También homenajea ligeramente a La gran Evasión, en particular al gran Steve Mcqueen y su carrera en la motocicleta huyendo de las balas alemanas, aquí protagonizada por un gracioso con bigote.
No se puede negar que como película bélica no llega al mínimo de rigor histórico aceptable para ser valorada como un titulo a tener en cuenta, al margen de que como comedia bélica esta llena de bastadas y sobradas por todos lados. Pero tampoco se puede negar que si se ve sin reticencia alguna, llega a entretener con sus continuos tiroteos y sus situaciones de gran hilaridad, proponiéndoselo en unas y sin proponérselo en otras tantas.
Aunque inicialmente Tarantino incitaba a pensar en un remake de la cinta de Enzo G. Castellari tan sólo se queda con su título para el mercado americano, The Inglorious Bastards. Aunque las referencias exploitation parecían entrever muchos parecidos razonables que nunca llegaron. Tampoco los necesitaba un director que apunta más a la referencia y el icono.
Interesante mezcla de serie B, película bélica y poco ibérica y personajes en absoluto convencionales. Los protagonistas son los malos pero no los peores. La trama deja al espectador elegir entre nazis y americanos despreciados por sus superiores: el cobarde, el listo, el héroe, el ladrón, el doblemente-cobarde y el negro. Renegados iconos de un ejercito a modo de manzanas podridas que reivindican un papel entre lo heroico y la supervivencia. Todo ligado a una misión suicida y a unos títulos de crédito iniciales donde ya nos muestran el espectáculo circense de especialista de cine: saltos y explosiones, como es el ralentí en plena batalla tan explotado en el género.
Filme de mal-nacidos, despreciados e hijos bastardos que nunca serán recordados. Bueno, por Tarantino y los seguidores del cine más exploitation parece que sí.