Anillos en sus dedos
Sinopsis de la película
Susan Miller trabaja detrás del mostrador en unos grandes almacenes, y sueña con ropa bonita y el glamour que nunca puede aspirar a tener. Cuando un par de timadores que estafan a millonarios cnvencen a Susan de que puede cumplir todos sus sueños, el trío se dirige a Palm Beach. Susan conoce a John, que dice que está buscando comprar un velero. Creen que él es millonario, los estafadores tratan de venderle un barco que no es suyo, y se apropian de sus ahorros. Hay una petición de boda y la trama se complica.
Detalles de la película
- Titulo Original: Rings on Her Fingers
- Año: 1942
- Duración: 86
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Opinión de la crítica
Película
6.3
70 valoraciones en total
Sí, es triste que el ser humano se desvíe un día del camino, pero ¡es grandioso cuando consigue redimirse! Es lamentable verle decidido a quitar lo que a otros pertenece ¡pero es dulce saber que está dispuesto a devolverlo, porque todavía comprende el valor de lo que es justo! Es doloroso saber que ha decidido oír los llamados de quienes solo buscan empañarle la conciencia ¡pero es maravilloso apreciar que ha podido librarse cuando la vida le ha dejado ver que se hallaba buscando la felicidad entre el pantano!
Susan Miller, la bella y anhelante dependienta que siente que está del lado menos significativo de los mostradores, se ha dejado tentar por la ilusión del dinero fácil… y ahora es la hija de un par de truhanes que se hacen llamar Warren y May Wortington, quienes se pasean por todo el mundo como abejas dispuestas a coger un poco del néctar de las flores que tienen demasiado.
Susan se llama ahora Linda Wortington… y bien que sabrá lucir bonita e inalcanzable ante cualquier cazador que pretenda tomarla como presa. Pero la vida tiene sus deliciosas trampas… y entonces pondrá en el camino de la bella muchacha a John Wheeler, una potencial víctima que a ella, además, le resultará bastante atractivo.
ANILLOS EN SUS DEDOS, es una encantadora película que su director, Rouben Mamoulian, no tenía en gran estima, de seguro porque la hizo con las convencionales características de la screwball comedy, sin que tuviera ocasión de experimentar o de innovar como solía hacerlo en sus mejores obras. Fue una labor de mesurado presupuesto, sin embargo es la clase de filme que te asegura personajes maravillosos, que te hace sentir que la vida tiene un profundo sentido ampliamente digno de ser hallado, y nos demuestra que, como seres humanos –ejerciendo esta magnífica herencia a plenitud-, engrandecemos al universo y recogemos, a cambio, buenos vientos y un buen puñado de satisfacciones.
El cuento parte de una historia de Robert Pirosh y Joseph Schrank, convertida en un dinámico guión por Ken Englund -el mismo autor de la también estupenda The doctor takes a wife- y con unos hilarantes diálogos colmados de doble sentido, un puñado de situaciones entre profundas y emotivas, o deliciosamente hilarantes, más las cálidas actuaciones de Henry Fonda y Gene Tierney, pero sobre todo de Laird Cregar y Spring Byington (la pícara pareja Wortington) y contra ellos, Frank Orth como el invencible detective Kellogg, todo está asegurado para que tengamos una romántica, alegre, y reconciliadora función.
Y si quieren saber cosas claves de las matemáticas, y sobre todo, de las embaucadoras casas de juegos… ¡esta es su película!
Título para Latinoamérica: ANSIAS DE RIQUEZAS
Agradable comedia romántica de dos de las leyendas de la pantalla: Henry Fonda, como siempre, demostrando que en la comedia también era grande..y Gene Tierney, despuntando lo que sería una gran carrera dentro del cine y que acá está muy bien como embaucadora de millonarios. Una pareja de timadores reclutan a una preciosa joven para que sea su trampa para ricos. Todo iba bien hasta que, dentro de sus víctimas, llegaron a un hombre de clase media, trabajador, honrado, y que a la postre, termina por enamorarse de la dulce joven. Llena de situaciones disparatadas, donde el ritmo nunca decae, con un final un poco apresurado, Anillos en sus dedos , muestra la versatilidad de la pareja protagonista, llena de química, con un Fonda pletórico y una Tierney bellísima copando la pantalla.
Encantadora pero un poco irregular comedia, al estilo screwball, aunque lejos de alcanzar la incisión e intrepidez de sus coetáneas, nos relata la historia de una muchacha,( guapísima Gene Tierney ), trabajadora en unos grandes almacenes, que conoce a una madura pareja de timadores, que la convencerán para que se una a su grupo, para con su belleza, hacer de señuelo para pescar jóvenes millonarios.
Así, conocerán a Henry Fonda, al que estafarán, pero del cual Gene Tierney se enamorará.
Aún cuando resulta una comedia agradable, Rouben Mamoulian parece que no termina de decidirse para dónde quiere tirar. Tiene algunos aspectos de comedia disparatada, para luego tornarse en comedia amable y romántica, como si no terminara de alcanzar el tono y el ritmo adecuado.
Un jovencísimo Henry Fonda, con un papel un poco ingrato para su gran talento, no termina de brillar, sin embargo Gene Tierney, está estupenda con su hipnótica belleza.
Y los secundarios, que en una comedia de estas características, debieran tener un papel más cómico, también resultan excesivamente cuerdos, con lo que la película, sin llegar a ser desdeñable, se queda en buenas intenciones, nada más. De todos modos, tiene algunas escenas estupendas y te hace pasar un rato agradable.
No es que sea un desastre, peores cosas nos tragamos con mayor frecuencia, pero de una pareja protagonista como la de esta película esperaba más, mucho más. Ciertamente las piernas de Gene Tierney son un escándalo, ahora más de setenta años después (se dice pronto) y en esos años cuarenta. Las cosas son como son, luce cuerpo en la playa y no tiene nada que ver que el personaje de Henry Fonda sea el tontorrón que en seguida descubrimos, cualquiera quedaría prendado de ella. A Fonda le toca el papel más desagradecido, se mire por donde se mire no llega a más, son cosas del guión, sencillamente le tocó ser el extraviado de la vida, el pobre tonto. Pero se enamoran, porque así lo requiere la película desde luego, y al menos ella intentará corregir una mala acción que es la esencia de Anillos en sus dedos : la ilusión de toda la vida de Henry Fonda, nada menos que comprarse un yate. Y eso siendo un empleado más bien del montón.
¿Qué vamos a hacer?, hay que pasar por ahí, de peores cosas se han hecho muchas otras películas. Lo del objeto directo de sus sueños, el yate, es posiblemente una mala traducción de la versión doblada que he visto. Yo no lo llamaría yate, es más bien un barquito… El caso es que no hay mucho humor inteligente, en mi opinión son una suma de disparates detrás de otra, se trata de una película sanísima, hecha con las mejores intenciones, pero en absoluto diría que es una comedia sofisticada, todo lo contrario. Además, un personaje tan simple como el de Fonda echa bastante para atrás. No es fácil dar con la tecla del humor universal, pocos lo han logrado, y en este caso quizás se trate de una película anclada en su época. Hay cosas peores claro, y también mucho mejores…
Dos estafadores convencen a la hermosa Susan Miller para que abandone su trabajo en unos grandes almacenes y se una a ellos. Usando la belleza de Susan tratarán de embaucar a todo millonario que se enamore de ella.
Película normalita con un prometedor comienzo pero con un desarrollo lento y algo aburrido y un desenlace absolutamente previsible. Mamoulian se olvida de la historia y se olvida de Fonda. Pero ¡caray! no se olvida de la bellísima Gene Tierney, y su presentación ante los ojos de John (Henry Fonda), en la playa, tumbada en una colchoneta, con un bañador ajustado y exhibiendo unas piernas mareantes, no puede ser más provocativa, sensual e incluso lasciva. El pobre contable no sabe por donde le da el aire y se hace un lío tremendo mientras habla por teléfono sobre la compra de un yate. ¿Y quién no? con semejante belleza a medio metro de uno. Y para de contar. Mamoulian se lo juega todo a una carta explotando la sensualidad de la Tierney en detrimento de la historia. Se la juega y lo único que obtiene es el babeo del varón y la indiferencia del cinéfilo-a.