¿Ángel o diablo?
Sinopsis de la película
Eric Stanton (Dana Andrews) se ve obligado a bajar del autobús en que viaja porque no tiene dinero para todo el trayecto. Es así como llega a un pueblo desconocido, donde empieza a frecuentar un local de comidas, cuya principal atracción es una hermosa camarera llamada Stella. Un clásico del cine negro.
Detalles de la película
- Titulo Original: Fallen Angel
- Año: 1945
- Duración: 97
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Opinión de la crítica
Película
7.1
29 valoraciones en total
Mira que he ido veces a bares y me ha gustado alguna de las mujeres que allí había. Camareras o no. Pero, nunca, nunca me han hecho ni puto caso. Ya sé que no tengo nada que ver con el gran Dana Andrews (sí, el que tiene nombre de fémina), pero creo que merezco una oportunidad.
Hoy toca crear el club de fans de Dana. Al parecer excelente cantante (aunque por su imagen nunca lo pareciera), es uno de esos actores que para llenar la pantalla no necesita ni de gestos rinbombantes ni entonaciones melodrámaticas. Pudiera parecer frío, pues a la mencionada falta de gesticulación le une las expresiones secas y cortantes. Pero la mirada, con eso lo dice todo. Y cómo le queda el cigarrillo (y la copa, casi toda su vida tuvo problemas con el alcohol). De ahí que bordara el papel de tipo duro y destacara en el cine negro.
Andrews consiguió el reconocimiento con Laura. Pero con anterioridad había aparecido (como secundario excepto en la de Renoir) en Bola de fuego, La ruta del tabaco, El forastero, Aguas pantanosas o Incidente en Ox-Bow. Después (y con altibajos) protagonizaría, por ejemplo, Los mejores años de nuestra vida, Tierra generosa, Al borde del peligro, Más allá de la duda o Mientras NY duerme.
Aquí, por no tener dinero ni para llegar a San Francisco, a Dana le echa el conductor del bus en un pueblo pequeño (no sabía con quien se andaba el pobre hombre). Allí entra en un bar (maldición) y encuentra a Stella (fogosa Linda Darnell, maldición), camarera del mismo y joven con aspiraciones casaderas mientras que la mayoría de hombres tienen la rara idea de acostarse con ella (si puede ser sin compromisos). La pasión está servida. Pero el argumento a partir de aquí comienza a girar inesperadamente.
Stella es la imprescindible femme fatale de este film noir, que no llega a la calidad de otras películas (incluso dentro del género) de Preminger, pero que desprende un maravilloso aroma a cine clásico (el guión es poco consistente en muchas ocasiones). Además, claro, contamos con Dana. Y con una grandiosa escena que recojo en el spoiler.
La química no es únicamente la ciencia de los elementos. Hay algo más que científicos despistados probeta en mano y reacciones en cadena. Los átomos y las moléculas van al cine, señoras y señores y se disfrazan de Dana Andrews y Linda Darnell. Combustión pura. Chispas incandescentes a go-go. Chemical liasons dangereuses .
Y es que ya lo cantaba Machín, en este bar te vi por vez primera y sin pensar te dí mi vida entera. Lo mismito que le pasa a Dana Andrews cuando es caprichoso el azar su billete finaliza en un pueblito tranquilo de provincias, donde mandan las Koplovitz de turno, dos hermanas, una morena y una rubia, celosas guardianas de la castidad, moral y buenas costumbres. Y teniendo lo que hay que tener, o sea: Money Money. Y claro, Dana, que debió ser asiduo a El Tiempo es oro, no pierde un segundo y en un quítame allá esas pajas ya tiene licencia matrimonial que no licencia para matar ( no sean mal pensados) que a tanto no llega el bueno de Dana. En el fondo, como comprobarán es un bendito con un corazón como el puño de Maciste el Coloso y no como otros enguantados con más tembleque en los puños del convencionalmente correcto.
Esta es una brevísima sinopsis de esta película de Preminger que, se enmarca bien dentro del cine negro, con un Andrews en plan estelar y haciéndolo francamente bien, un elenco femenino mas que interesante y algunas colaboraciones que se agradecen, tal es el caso de John Carradine. El ritmo del film podría haber sido bueno pero acaba siendo excesivo, demasiado frenético para mi gusto, por lo que pierde credibilidad. Las solteronas no son tan incautas ni los timadores tan redimibles. Al menos en el corto plazo, que en el largo se puede ver cualquier cosa.
En resumen, una interesante obra de Preminger, muy lejos de Laura e incluso, para mi, también lejos de Al borde del peligro. Tiene sus valores, eso si. Y Dana Andrews es uno de ellos. Un valor seguro.
Con un dólar en el bolsillo llega Dana Andrews a un pueblecito californiano entre Los Ángeles y San Francisco y da comienzo una vertiginosa historia de amores obsesivos y fracasos personales y que inevitablemente terminan encaminándose a la fatalidad. De nuevo el tándem Preminger-Andrews construyen una cinta inolvidable como ya lo fuera Al Borde del Peligro y otra vez obra cumbre del cine negro americano.
La cinta se puede dividir perfectamente en dos partes: una, la inicial, bastante lenta y marcada por la presentación de Eric Stanton (Dana Andrews) un buscavidas que se ve sorprendido por la aparición en su vida de una camarera de hostal de carretera de la cual queda locamente enamorado y dispuesto a cualquier cosa por conseguir poseerla. Termina esta primera parte con la presentación del resto de personajes que serán claves para el desarrollo de la historia. Sin embargo, a partir de la media hora de metraje, los acontecimientos empiezan a sucederse vertiginósamente y con un ritmo narrativo fulgurante Preminger rueda con exquisita calidad el camino que Eric Stanton emprende, sin saberlo, hacia el fin de su sino de hombre perdedor y fracasado.
Así pues, con esta segunda parte se completa una cinta sobresaliente y que te va atrapando poco a poco. Y no solo por su excelente guión y dirección, sino también por unas interpretaciones imponentes de Dana Andrews y las guapísimas Alice Faye y Linda Darnell que completan un trío amoroso lleno de pasión, desprecio y en ocasiones obsesión hasta la locura. Destacar también una preciosa y pegadiza banda sonora de David Riskin, que colabarara con Preminger también en otros muchos films, y una perfecta ambientación del pueblecito costero de la alta California
Con un final bastante trabajado y por momentos inesperado se completa una película que, aunque muchos dicen que muy lejos de Laura y Al Borde del Peligro , supone otro acercamiento excelente de Preminger al cine negro y una demostración más de lo gran director que fue este americano nacido en Viena y huido del nacismo.
El título de la película en español es lo único que no me gusta de ella. ¿Por qué no llamarla por su título original, Ángel caído?. Estamos viendo la historia de un perdedor que los caprichos del destino le pueden deparar un golpe de suerte, si juega bien sus cartas. Preminger crea una fascinante película ayudado con profesionales como Lyle Wheeler director artístico de la Fox entre 1943-1960, con anterioridad trabajó en Rebeca, de Hitchcock, formaba un tándem perfecto con Joseph LaShelle, uno de los grandes iluminadores del blanco y negro, para crear atmósferas sombrías y agobiantes, como ya habían demostrado el año anterior con Laura.
En realidad Otto Preminger pretendía emular su propio éxito comercial y de crítica con un nuevo thriller rodado en estudio, otra vez con Dana Andrews, un actor estupendo, por entonces de segundo orden. La elección, sin embargo, de Alice Faye, una actriz que no acababa de despuntar en los musicales de la Fox, y que en esta película no resistió la comparación con la belleza arrolladora de Linda Darnell, hirió de muerte este segundo proyecto, que devino en fracaso hasta el punto de empujar a Alice Faye a abandonar su carrera cinematográfica.
Pese a todo, Fallen Angel es una película con clase, personal, a ratos poderosa, siempre convincente, que recrea un pequeño pueblo donde todos se conocen, reacia a los extraños visitantes. Charles Bickford, extraordinario secundario, encarna a un siniestro policía que utiliza métodos poco ortodoxos, calza un guante blanco cuando golpea a los sospechosos.
La romántica música de David Riskin, el leit-motiv de una canción, nos introduce suavemente en esta turbadora historia de amores imposibles, deseos frustrados y traiciones asumidas.
Dana Andrews es un actor de un talento interpretativo seco, sin posturas, de los que no gastan bromas ni sonríen gratis. Característica su forma de tomar copas levantando el codo en ángulo de 90º sobre el costado. Triunfó al llegar, con Laura, un año antes, también con Preminger y con el mismo responsable de la fotografía.
Preminger, en su día recibió la alternativa nada menos que de Lubitsch y goza de crédito por los entendidos. La película es de primer orden, posee el aire de novela negra americana auténtica, la del periodo de entre guerras, de hecho, una novela de gran éxito en su día. Obra que te cautiva en la trama y te sumerge en un preciso y brillante guión que sin duda refuerza el gusto por el fidedigno cine negro.
Los comportamientos de los personajes, el ambiente intrigante, el fondo de las secuencias, la cita con el mar de fondo, llevan a comprender que todos están enamorados, unos y otros. Amores fuertes, pasionales, sin reservas y sin bromas en un aire de violencia, con personajes amorales en una época de pobreza, superchería y recelo. Al final una conclusión que se aguarda con expectación, sin miedo a que defraude.