Anatomía de un hospital
Sinopsis de la película
A Herbert Block (George C. Scott), prestigioso director de un importante hospital de Nueva York, no sólo lo ha abandonado su mujer, sino que además ha perdido el respeto de sus hijos. Por si esto fuera poco, tendrá que afrontar el hecho de que en la clínica se estén produciendo extrañas e inexplicables muertes que han originado manifestaciones de protesta.
Detalles de la película
- Titulo Original: The Hospital
- Año: 1971
- Duración: 103
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Opinión de la crítica
Película
6.2
100 valoraciones en total
Una forma distinta de acercar al espectador a las entrañas del funcionamiento cotidiano de un hospital neoyorquino de los años 70. Haciendo gala de su categoría de comedia, el argumento de la película mantiene como hilo conductor una serie de muertes completamente absurdas e inexplicables que acabarán convirtiéndose en una plaga en el hospital. Casi todas ellas son producidas por paro cardíaco y lo más curioso es que las víctimas son miembros activos del equipo médico del hospital. El prestigioso doctor y director del centro, Herbert Block (George C. Scott) indaga con indiferencia sobre el caso, pero la depresión que vive por motivos familiares (abandonado por su mujer, ignorado por sus hijos) le obliga a olvidarse prácticamente por completo de tan peculiares fallecimientos entre su plantilla, mientras se refugia en el alcohol y otra clase de drogas que sólo dejará de consumir al conocer a la preciosa hija de un paciente, de la que terminará prendado y que servirá para alejarle, aún más si cabe, de sus preocupaciones laborales en el centro hospitalario.
Es precisamente la historia romántica lo que más tedioso, absurdo y prescindible me parece de la cinta, pues por mucho que esta película sea una comedia, no es digerible el hecho de ver como dos personas que acaban de conocerse hacen nacer un amor casi apasionado que surge en su primer encuentro en el hospital. La película apunta muy buenas maneras en sus minutos iniciales, pues muestra el hospital desde diversos flancos que van más allá de los protagonizados por el Dr. Block, tales como las situaciones vividas por las enfermeras y supervisoras, o cómo los máximos directivos del hospital intentan salir airosos de la crisis institucional que atraviesan, provocada por un grupo manifestante que ha asediado unos edificios comprados por la administración del sanatorio, etc. Pero es una pena que el resto de la cinta no siga navegando sobre las aguas de intentar ofrecer al que visiona esta película otra manera de ver el hígado de un hospital, que es lo que en sus primeros minutos consigue transmitir, mostrándonos muchas de las miserias de un centro hospitalario: pacientes que se confunden, medicinas equivocadas aplicadas a quien no se debe, mala praxis practicada por cientos de doctores a diario, etc.
(Sigue en el SPOILER sin desvelar detalles del argumento, por falta de espacio)
¿Cómo un director de tan escaso talento como Arthur Hiller, pudo haber hecho una película tan brillante como ANATOMÍA DE UN HOSPITAL? Me preguntaba esto al momento de terminarla, ya que la había visto animado tan solo por el guión de Paddy Chayefsky (quien con él obtuvo su segundo Oscar, el primero fue por Marty) y claro, por la actuación de George C. Scott, un actor de muchos quilates.
Revisé entonces mis archivos sobre el guionista y encontré un dato muy interesante que explicaba mi duda: Al haber sido Chayevsky, uno de los productores del filme, acordó con el director que, él –y no Hiller- tendría pleno control sobre el reparto y sobre el argumento… ¡Ah! y además es Chayefsky el que hace las veces de narrador. Así las cosas, y comprendiendo que Hiller estuvo muy bien asesorado, la obra de Paddy Chayefsky pasó como literalmente él la concibió y con ese estupendo conjunto de actores que estuvieron presentes, la cosa tenía que andar por muy buen camino.
Como crítica corrosiva, como historia de humor negro y como reflejo fidedigno de la intimidad de los hospitales (probablemente la mayoría, porque ¡se oyen historias!), ANATOMÍA DE UN HOSPITAL, es como un disparo de magnum 44, tres centímetros hacia el centro desde la tetilla izquierda: ¡Certero!
La historia es deliciosa: En un hospital de Manhattan, hay un médico, el Dr. Schaefer, quien se ha vuelto muy popular por sus pretensiones donjuanescas y por su costumbre de utilizar cuanta cama queda libre para ligar con alguna enfermera. Un día, la segunda cama de la habitación 806 queda libre… Schaefer la ocupa con su respectiva enfermera… Se queda dormido… y otra enfermera de nuevo turno, lo asume como el paciente que había antes… y bueno, ¡hay mil maneras de morir!
Esa misma mañana, y tras varios días de ausencia, al hospital regresa el jefe de médicos, Dr. Herbert Bock, un hombre depresivo, alcohólico, en conflicto con su familia y con tendencias suicidas, quien ahora ha decidido volver a tomar la rienda. Lo que (junto a nosotros) presenciará ese día… y en el próximo… y… es solo una muestra de las grandes locuras, reveses, absurdos, irresponsabilidades, equivocaciones, negligencias… que suelen ocurrir un día sí, y otro también, en aquel hospital que se parece muchísimo a otros muchos hospitales de EEUU y del resto del mundo.
George C. Scott, nos ofrece una espléndida caracterización como ese médico que no sabe ya si suicidarse por lo que le pasa con su familia o por lo que sigue viendo en su respetable lugar de trabajo. Junto a él, Diana Rigg (una de las chicas Bond, mejor conocida por la serie televisiva Los Vengadores) hace una provocativa y naturalista presencia como Barbara Drummond, la suerte de inspiración que pareciera haber llegado para sacar a Herb de aquella jungla de cemento. Y Barnard Hughes es estupendo como Edmund Drummond, el padre de Barbara, quien, como paciente, dará mucho que hacer en aquel hospital.
Vista con los ojos bien abiertos, ANATOMÍA DE UN HOSPITAL tiene que asumirse como una seria advertencia, porque, lo que pareciera lucir como puro divertimento, es más serio de lo que muchos llegan a imaginarse.
Título para Latinoamérica: HOSPITAL
Extrañas muertes de personal sanitario en un gran hospital neoyorquino de los años setenta, hasta que descubrimos…
Gran película de pocas pretensiones y un resultado espectacular, con un ritmo trepidante que atrapa al espectador desde buen principio. Una crítica -bien asesorada- a la medicina moderna (más o menos) deshumanizada -nada que ver con las edulcoradas cintas y series televisivas de médicos que acostumbramos a ver-, imbricada en la efervescencia social y política de la época.
El tono irónico se mantiene durante todo el metraje -con momentos realmente cómicos-, y el reparto cumple a la perfección. Sensacional George C. Scott en su papel de lumbrera médica atormentada, que sufre un eficaz revulsivo al ser superado por los acontecimientos. Una joya.
Divertida comedia, a veces un poquillo escorada hacia el drama, convenientemente realizada por Arthur Hiller, como en él era habitual, con profesionalidad aunque sin excesiva imaginación.
Si se beneficia es por el estupendo guión de Paddy Chayefsky, que entre broma y broma, saca pulla a estamentos, convencionalismos, actuaciones donde los errores profesionales están a la orden del día, y a lo más profundo del ser humano, como la desolación ante el aparente fracaso de toda una vida, o la pérdida de valores éticos.
Todo ello narrado de forma entretenida, con incisivos y muy chispeantes diálogos, donde la ironía y el sarcasmo tienen destacada presencia.
Las interpretaciones son excelentes, destacando, cómo no, el gran George C. Scott.
Además, tiene suspense y todo.
Excelente fotografía y banda sonora.
http://filmsencajatonta.blogspot.com.es/
Brillante película que atrapa desde el primer fotograma. Es anterior a la primera novela de Robin Cook y quizá uno de los factores inspiradores de los temas que desarrollaría desde unos años después hasta la actualidad (2019) ese médico y novelista, que creó el thriller médico . Gran trabajo de George C. Scott y la guapa Diana Rigg. La película recoge el espíritu de aquellos años, se ve en las ropas, en los estilos de pelo largo, en el inconformismo. El guionista Chayefsky hace hincapié en lo caótica que puede ser la administración de un moderno gran hospital, en la criminal incompetencia que puede haber por parte de algunos miembros del equipo y en el desquiciamiento que puede sufrir el que quiere hacer las cosas bien. No obstante, la película no está planteada como drama realista, sino casi como esperpento, con humor esperpéntico muy conseguido.