Amenaza de tormenta (TV)
Sinopsis de la película
Winston Churchill (Albert Finney) y su mujer Clementine (Vanessa Redgrave) se mantuvieron muy unidos durante la Segunda Guerra Mundial (1939-1945), pero algunos años antes habían atravesado una situación muy delicada. La causa fue la profunda depresión en la que cayó el político conservador al verse amenazado por la ruina económica.
Detalles de la película
- Titulo Original: The Gathering Storm (TV)
- Año: 2002
- Duración: 95
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Opinión de la crítica
Película
6.5
27 valoraciones en total
Churchill, con su sombrero, su puro, sus discursos mayestáticos y sus históricas pataletas, fue uno de aquellos hombres forjados por la naturaleza de su tiempo, una personalidad tan carismática que más allá de su inmensa categoría como ser humano, ha sobrevivido hasta nuestros días con el aura inextinguible del mito. Y en este aspecto, The Gathering Storm es toda una lección de cómo llevar a todo un icono nacional a la pequeña pantalla, sin descuidar un retrato más íntimo, cercano y familiar: el balance perfecto entre hombre y leyenda.
La película es una lección de buen gusto, elegancia y cuidado en la puesta en escena (a pesar de la sangrante falta de imaginación) pero sin duda, lo que la hace subir enteros es cada aparición de un Albert Finney espléndido en todos sus gestos, palabras y caladas de puro: su mímesis con Churchill es tan milagrosa que a poco olvidamos que es Finney el que está invocando a su fantasma en el celuloide. Es Churchill el que mira a la pantalla con gesto feroz, es él quien increpa a sus criados, es él quien gruñe cuando se queda sin su pastel de Dundee a la hora del té, es él quien recita sus discursos a su secretaria mientras toma su baño…
Todo un ejemplo del nivel al que se puede llegar cuando un gran hombre interpreta a otro gran hombre y sobre todo cuando se le rodea de algunos de los mejores actores británicos que ha dado la prolífica cantera de las islas, empezando por una Vanessa Redgrave impecable y pasando por dos inspiradísimos Jim Broadbent y Derek Jacobi, sin olvidar la corrección de la plantilla más joven, representada por Lena Headey y Linus Roache.
Combinar el visionado de The Gathering Storm con una visita previa al magnífico museo Churchill de Londres y al búnker desde el cuál dirigió el imperio británico durante la 2ª Guerra Mundial, debe ser lo más parecido al paraíso mitómano en la tierra que jamás podría imaginar un admirador de este controvertido, extravagante y maravilloso caballero y que aconsejo de corazón si se tiene la posibilidad y se quiere saber hasta el más ínfimo detalle de su vida y milagros.
Por lo demás, quien conozca las circunstancias históricas que precedieron al estallido de la 2ª Guerra Mundial y sobre todo, el papel que tuvo Churchill antes, durante y después, disfrutará del genuino marco histórico y del retrato de época perfectamente ejecutado por Loncraine al servicio y homenaje del que quizás fue el hombre más extraordinario en una época en la que no faltaron los hombres extraordinarios.
Un profeta no es alguien que adivine el futuro, sino alguien con una visión real del presente.
Winston Churchill era un tipo aventurero, irascible, borrachuzo, fumador empedernido de puros, egocéntrico, megalómano, belicoso, manirroto, indisciplinado, errático a menudo, poco de fiar y reñido con la modernidad. Cambió dos veces de partido y no era muy querido dentro de los conservadores británicos por su radicalismo. Lo consideraban un viejo chocho acabado, vamos. Pero en una época turbulenta de la historia, en el que todo el mundo le bailaba el agua al abstemio y moderno Hitler, fue el único que vio las orejas al lobo. Y durante un tiempo luchó contra él en solitario, ya que los comunistas pactaron con el lobo, el continente se rendía a sus pies, y los yanquis lo contemporizaban. Nosotros defenderemos nuestra isla, lucharemos en las playas, lucharemos en los campos de aterrizaje, lucharemos en los campos y las calles, lucharemos en las colinas, y… Nosotros nunca nos rendiremos . Cuando acabó su tarea los británicos sabiamente le dieron una patada en las urnas. Es lo que tienen los mitos…
Y este estupendo telefilme cuenta los inicios de esta visión. Combina perfectamente el retrato familiar del hombre con los primeros pasos del nacimiento de un mito. Albert Finney hace el trabajo de su vida, no interpreta a Churchill, es Churchill. Con su engolada y antigua retórica y todo. Y Vanessa Redgrave le hace el contrapunto perfecto como su sufrida e inteligente esposa. Porque no nos engañemos, Churchill en la intimidad debía ser una persona insoportable. Pero imposible no sentir debilidad por él. Es lo que tienen los mitos…
Quizás este producto, de la siempre competente HBO, esté falto de cierto toque genial tal como merecía y era el retratado, pero desde luego es irreprochable tanto en su producción, fotografía y sobre todo las actuaciones de un selecto elenco de los mejores actores británicos de la actualidad. Y a la cabeza Albert Finney que, no me cansaré de repetirlo, hace la actuación de su vida.
El éxito es aprender a ir de fracaso en fracaso sin desesperarse. (Winston Churchill)
Una película hermosa, con frases maravillosas y momentos graciosos, finos y muy oportunos. The Gathering Storm es, además de una película sobre la vida política de un líder del siglo pasado, una historia de amor y de familia.
Quizás una de las cosas más atractivas de la película es la soberbia fotografía. Magníficos paisajes de Inglaterra, y mas precisamente de la casa de Churchill cerca de Londres. Uno de los mejores trabajos en este sentido que he visto en toda mi vida.
Otro aspecto excelente que destaca a la película son las actuaciones. Aquí se dá lo que yo llamo actuaciones reales, donde no se distingue entre el actor y el personaje. No es Albert Finney, es Winston Churchill. Además de Albert Finney, también está magnífica Vannesa Redgrave haciendo de la Sra. Churchill. Los secundarios acompañan fantásticamente y, como un atributo que tienen las buenas películas, se les presta bastante atención al desarrollo de sus características, aunque obviamente Winston es el eje de todo. Hasta la sirviente tiene su participación, aunque mínima, pero más que suficiente para decir mucho! Me refiero concretamente a las escenas siguientes a la peleas de Churchill con su mujer y su hijo mayor. Un pequeño gesto basta para referenciar lo que significa Churchill, la influencia que tenia en los demás.
Otro punto a destacar es que la película, si bien se trata de un biopic, no santifica ni idealiza a Churchill ni a nadie. Se hace una crítica bastante libre sobre él y sobre los demás participantes y es el público quien finalmente delibera.
Películas como ésta, tan poco vistas y tan infravaloradas sostienen mi opinión particular sobre el cine de hoy en día que vengo desplegando en varias críticas: Primero, hoy se hacen muy buenas películas, sólo hay que saber elegir bien. Si buscamos, encontraremos películas de calidad como The Gathering Storm. Y segundo, que después algunos no se quejen del cine predominantemente comercial que se hace hoy en día si no se valoran obras grandiosas como ésta u otras que están perdidas en el olvido. Si obras con tanta calidad no son valoradas ni arrojan siquiera un mínimo y sustentable éxito comercial, como podemos pretender que se hagan peliculas buenas en detrimento de películas como las que se estrenan cada semana?
En fin, una película hermosa, quizás no recomendable a todo el público pero si a los que pretenden disfrutar de una buena dosis del mejor cine. Para cerrar, decir que The Gathering Storm es una de las pocas peliculas que me enamoró.
A mí la película me ha dejado perpleja. En cierto modo, me recuerda la la película Camino a la guerra, donde aparece Jhonson mostrando también abiertamente sus sentimientos en la pantalla, pero Churchill es especial. A mí personalmente me ha conmovido.
Por ejemplo, con el servicio, cuando está la sirvienta venga recoger lo que tiran los distintos miembros de la familia, él replica diciendo que han sido las alubias , o que ha sido la coliflor .
Voy a reproducir un pequeño fragmento de la película, que considero es muy esclarecedor.
Están Churchill y su mujer tomando el té, cuando él replica al servicio:
– Has olvidado la tarta
– No tenemos tarta
– ¿Qué demonios pasa?
– Tenemos que economizar – explica pacientemente su mujer – Esta mañana fui a ver al contable
– Podíamos haber ido juntos – se queja él
– Tenemos que economizar repite ella
– Privándome de mi tarta – vuelve a repetir él
– Tenemos 15 empleados, no deberíamos haber comprado esta casa. No nos lo podemos permitir – puntualiza ella – Lo hiciste a mis espaldas. Me engañaste. Nunca había visto una casa tan fea
– A ti te parecerá fea. A mí no. Y esa no es la cuestión. Ven conmigo. Quiero enseñarte algo.
– ¿Para qué? No cambies de tema – responde ella, elevando la voz
– Ven conmigo, por favor – zanja él, en tono conciliador
Y en el balcón de la casa, delante de un paisaje maravillos, la disputa se acaba como sigue:
– Por eso la compré. No porque la casa sea bonita, sino por eso. Por lo que se ve desde la casa: Inglaterra. Mírala. En ningún lugar del mundo verás un paisaje tan maravilloso como éste. Y es nuestro. Para poder disfrutarlo el resto de nuestras vidas. Yo moriría por él.
Correctísimo biopic que muestra un periodo de la vida de Winston Churchil, ya en su vejez y en un aparente declive político, que sin embargo supo darse cuenta de la amenaza que suponía Hitler para Europa. Muestra también aspectos íntimos y familiares de la vida del político.
En el film podemos ver muchos eficaces actores ingleses, y se nos cuenta la historia, sólamente a través de los diálogos que mantienen los mismos, sin necesitar de voz en off, en ningún momento, lo cual me parece muy cinematográfico.
En fin, una dirección correcta y elegante, unos actores impresionantes, y unos diálogos impecables, hacen de de la contemplación éste film, sin pretensiones de gran espectáculo, una experiencia muy atractiva.