Alta costura
Sinopsis de la película
Esther está al final de su carrera como jefa de costureras en el taller de Dior Avenue Montaigne. Un día, una mujer de 20 años, Jade, le roba el bolso en el metro. En lugar de llamar a la policía, decide hacerse cargo de Jade.
Detalles de la película
- Titulo Original: Haute couture
- Año: 2021
- Duración: 100
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Opinión de la crítica
Película
5.9
76 valoraciones en total
La jefa del taller de costura para Dior, Esther, da una lección de aprendizaje entre lo que significa hacer un trabajo o aprender un oficio, en este caso uno de la exigencia como costurera para una de las mejores firmas del mundo.
A pesar de sus buenas intenciones y el estupendo trabajo de interpretación de sus protagonistas, soberbia Nathalie Baye como Esther, la película se queda un poco a medio camino de un esforzado intento de contar una historia de superación al estilo de El diablo viste de Pradao El hilo invisible pero con todos los toques habituales de multiculturalidad a la francesa. Algo que a mí siempre me gusta del cine francés, pero que en este caso resulta algo forzado e incluso caricaturesco en ocasiones.
Incluso aceptando el hecho de que una chica de la barriada marginal de Saint Denis pueda ejercer de costurera para Dior, resulta inverosímil la manera en la que ocurre, creo que este tipo de cosas lastran bastante la credibilidad de la película, aunque también es cierto es que hay detalles y aciertos que trascienden de la pantalla, sobre todo con relación a todo lo que ocurre en el taller y el carácter imprevisible de la dura, pero a la vez entrañable Esther.
Lamentablemente tenemos ante nosotros otro subproducto de ese lamentable cine que es el francés. Esta película es terriblemente mala y aburrida y está pésimamente interpretada y dirigida, además la trama es tan absurda y tiene tantas escenas abyectas y lamentables que no sé si enumerarlas. Bueno, mejor no lo hago porque no me aburriría haciéndolo, aunque seguro que no tanto como viendo este engendro. No sé cómo se pueden hacer estos despropósitos donde no es que no haya talento por ninguna parte, es que cualquier ignorante y aficionado podría hacer muchísimo mejor lo que hacen todos en esta pretenciosa y estúpida película .
Lavar el pelo a mi peludo amigo es muchísimo más interesante que ver bodrios como éste que he tenido el disgusto de visionar.
Cenicienta o la belleza del gesto de coser en Chez Dior.
Lo bueno de la película es ver cómo en casas de costura de alta gama, como es la manufactura de Dior, trabajan perdonas normales, como en otras profesiones en las que existe el oficio , donde el perfeccionismo, el amor al arte, el cariño hacia la tarea del día a día y el trabajo en equipo, coordinado, es lo importante.
Ver las sedas transformarse, ver el movimiento de las manos con la aguja e hilo, tan cuidadosamente tratado… la belleza del gesto.
Sin embargo, el guión presenta la historia de Cenicienta modernizada: joven con aspecto árabe que vive en los suburbios, es adoptada casi a la fuerza como aprendiz de una mujer que ama su oficio y que a punto de jubilarse encuentra en ella la ilusion de la persona a quien traspasar su conocimiento dado que con su verdadera hija apenas se hablan.
Con sus personajes buenos, la tutora, un hada madrina, una compalera que salió del musmo suburbio, y personajes malos que está siempre fastidiando, chivando, malversando y que es tontita, a pesar de trabajar toda la vida en Chez Dior y ser una promesa hasta el momento en que ha llegado la nueva.
La oportunidad de hacer la renovación de la historia de Cenicienta con la puesta en práctica en una casa de lujo de cuestiones como la integración, la igualdad, la diversidad cultural… queda desmerecida por un guión algo insulso que no aporta nada nuevo y que desperdicia la ocasión para mostrar inconformismo y una realidad social más allá del cuento con personajes estereotipados.
La belleza del gesto, acertado subtítulo (o lema programático) de Alta costura, entronca felizmente con otras máximas que la sabiduría popular y cultural nos ha ido regalando: despacito y buena letra / el hacer las cosas bien / importa más que el hacerlas, por sus obras los conoceréis o si quieres dar de comer a un hombre un día, dale un pescado y si quieres darle de comer toda la vida, enséñale a pescar.
A lo largo de sus cien intensos, reposados y vitalistas minutos, Alta costura nos sumerge en un pedacito de la sociedad francesa, de la que realiza un exquisito retrato, cargado de humanidad y, por ello, con proyección universal.
La historia de Esther, Jade, Souad, Catherine, Mumu, Abdel, Marie, e incluso la insoportable Andree recoge y refleja algunos de los procesos y experiencias por las que, mutatis mutandi, pasamos todas las personas. La crisis de la jubilación, la falta de oportunidades, el encasillamiento social, los celos, las diferentes reacciones ante el miedo al futuro o a lo desconocido y otras reconocibles acciones humanas, van desfilando por la pantalla con naturalidad y cercanía.
Sylvie Ohayon, en el que es, sorprendentemente, solo su segundo largometraje, capta esta variopinta complejidad y la expone con la misma maestría con la que Marie cose sus pespuntes o Catherine va poniendo sus alfileres. Apoyándose en el guion de la más experimentada Sylvie Verheyde, Ohayon se adentra con delicadeza en el interior de sus personajes acertando, y sorprendiendo, de pleno al situar el relato en un taller de alta costura, un barrio marginal de París y los expresivos traslados entre ellos.
Las escenas del taller, punto fuerte del film, le sirven para que, entre su laboriosidad callada y precisa, observemos con más plasticidad los dramas internos de los personajes. Rehúye el colorido que a veces asociamos a los grandes diseñadores, apostando por colores entre el blanco roto, los acres o cremas que dan al ambiente solera y pulcritud y no desvían nuestra atención de las personas, principal objeto de esta película.
Los encuadres, sencillos pero cargados de sentido, permiten al espectador comprender con facilidad la narración y asimilar el variopinto abanico de realidades sociales, étnicas, religiosas, culturales etc… Aviones que despegan, trenes que se pierden, picados y contrapicados a través de las ventanas, comidas dejadas a medias… todo contribuye a que nos sumerjamos en la historia y dejemos que calen sus experiencias.
Es de agradecer la naturalidad con la que Ohayon y Verheyde nos hablan de la conveniencia de una tarea bien hecha, de la necesidad de la limpieza y la puntualidad, de la diferencia entre trabajo y oficio en el crecimiento personal, del respeto a los demás y, como gran mensaje, el papel de la belleza (entendida como buen hacer) contribuye a crear un mundo mejor.
Ohayon y Verheyde, coherentes con su obra, desarrollan un proyecto bello y con calado, cuidando todos los detalles, desde la interpretación de todo el elenco, a la elección musical y la dirección artística y, efectivamente, nos regalan un trocito de felicidad y esperanza.
http://www.contraste.info
Un interesante Cuento de hadas que, aunque la historia se sitúe en un taller de Alta costura de Dior, no es el tema principal, ya que aborda las relaciones humanas entre dos mujeres de clases sociales muy diferentes y como pueden llegar a conectar.
Esther es la jefa en el taller de la casa Dior, está participando en la que será su última colección de alta costura antes de su jubilación. Por las noches coge el metro y regresa a su casa en soledad. Un día aparece Jade, una chica de 20 años de origen árabe que le roba el bolso. A los pocos días, Jade le devuelve el bolso a Esther, aunque enfadada ve en ella algo y le ofrece la posibilidad de incorporarse a su taller y así aprender una profesión para poder salir del suburbio donde vive.
La gran actriz Nathalie Baye es Esther, algo depresiva por no tener casi vida social y haberse dedicado toda su vida a su trabajo, perdiendo incluso por este motivo a su hija con la que no se habla, ve en esta chica joven una manera de llenar su vacío. Mientras que la protagonista de Papicha Lyna Khoundri es esta joven rebelde con una madre postrada en la cama con una profunda depresión que nunca se ha preocupado por ella, la cual ve en Esther una madre protectora, aunque tampoco consiga entender por qué la quiere ayudar.
La química entre las dos actrices funciona a la perfección, dos personajes conmovedores y a veces divertidos. La directora Sylvie Ohayon consigue hacer una bonita fábula moderna en parte autobiográfica de esta integración a un nuevo mundo aprovechando las oportunidades que te ofrece la vida.
Destino Arrakis.com