Alicia en el País de las Maravillas (C)

5 comentarios en «Alicia en el País de las Maravillas (C)»

1. Puede que esta producción sea una de las primeras películas que se pueden considerar como tal, o por lo menos es una de las primeras adaptaciones que se pasaron a la gran pantalla .
   
   Porque no son pocos los documentos de los primeros años del 1900, pero pocos realmente tienen una estructura de película tan definida. Por supuesto, faltaban muchas reglas del cine (cosas como gente mirando a la cámara y cosas sí), pero no se deben tener en cuenta. Los escenarios, como la reunión del te o la madriguera del conejo, están bastante bien conseguidos, y los personajes en general bien caracterizados… salvo el gato.
   
   Curioso documento que a día de hoy se puede ver perfectamente como un cortometraje más.

2. Primera de las adaptaciones de esta conocida y enigmática novela, de algunos de sus pasajes más famosos – quizás se perdieron algunos por su deficiente estado de conservación -en los albores del cine mudo, con sus planos estáticos y silencio. Sorprende por la puesta en escena, tratando de reproducir los vestuarios descritos en los grabados originales de John Teniel que acompañaban el libro, con toda la fantasía propia de esos personajes, como el conejo, el relojero, la reina de corazones o sus soldados-naipes. Y es que la fantasía fue lo primero que movió al cine, como divertimento, así los efectos especiales son sugerentes y resolutivos, tanto como los de Meliés y DE Chomón. Tiene el film el encanto de lo obsoleto y recordarnos a las propias fotografías de Lewis Carroll.

3. Lástima de película… de 12 minutos que duraba la original, se han recuperado 8 minutos, y algunas partes está en muy mala conservación con lo que su visionado a veces cuesta.
   
   Lástima porque la película prometía. Es la primera que incluyen encartes, y es que hace falta una ayudita para seguir la trama si no sabes la historia. Por fin han visto necesario este tema, aunque quizás nadie se le haya ocurrido antes ni que se pudiera hacer.

4. Prehistórica y notable pieza cinematográfica que en su momento (hace casi ciento diez años) fue una de las producciones más ambiciosas no sólo del Reino Unido sino también del cine en general. La he visto bastantes veces desde que la descubrí (algo que no he hecho con otras obras como Asalto y robo de un tren ) y es que tiene un algo que la hace magnética, quizá sea esa inocencia que parecían poseer todas las obras primigenias, o lo fascinante que me parece a nivel visual, creando algunas imágenes imborrables. Las veces que la he visto he alternado entre las que creo que son las dos únicas versiones disponibles: una tintada en color y con la imagen restaurada, y otra bastante deteriorada que cuenta con un interesante audiocomentario en inglés en el que se explican detalles de la obra: cómo se gestó, quién intervino en ella y porqué es clave para la historia del cine británico (bueno, no sólo esta Alice in Wonderland , sino la figura de Hepworth en general).
   
   En Alice on Wonderland no hay nada nuevo que no hayas visto ya en materia narrativa: si conoces la novela de Carroll, sabrás lo que va a pasar. De hecho el único problema que tiene esta obra es que no se para demasiado a dar explicaciones, sino que las escenas se suceden dando por entendido que el espectador conocer el material original (algo que ahora es un mal menor, pues muchísima gente ha visto la adaptación de Disney o, más recientemente, la de Tim Burton). Aún así, creo que es imposible no quedarse fascinado por algunos momentos como el truco de cámara con el que Alicia encoge y se agranda, la fantástica secuencia del Gato de Chessire, la filmación de la entrada a la madriguera o el perturbador desfile en el que unos niños (que ahora están todos muertos, he ahí lo perturbador del rollo) dan vida a los naipes de la Reina de Corazones.
   
   Primigenia, fascinante (dentro y fuera de su contexto), necesaria e importante. Alice in Wonderland no tiene las canciones del musical de Disney, ni los diseños retorcidos de la obra de Svankmajer, ni mucho menos crea un mundo como el de Tim Burton. Pero está más que claro: saca provecho de cada elemento disponible para crear la sensación de que en el cine, todo es posible. De lo poco que he visto de la época, es sin lugar a dudas mi trabajo de corto metraje preferido, por encima del genial Le voyage dans le lune de Georges Méliès.

5. Charles Dodgson, mejor conocido como Lewis Carroll, murió en 1898, por lo que se perdió por apenas 5 años el poder ver la primera adaptación cinematográfica de su obra cumbre literaria.
   
   Por supuesto, el sonido todavía no se había hecho presente, por lo que inevitablemente los juegos de palabras y el ingenio verbal que era el corazón de Alicia en el país de las maravillas , se esfumó para dejar el protagonismo a la adaptación visual de las viñetas con las que el dibujante John Tenniel había ilustrado el célebre libro infantil.
   
   Así, tenemos a Alicia cayendo tras el conejo en el pozo del piso (un pozo REAL excavado en la tierra!!! No había CGI, ¿de qué otra forma lo iban a hacer?), y el clásico momento cuando toma los brebajes que la achican y la agrandan.
   
   Como fana de Alicia, es imposible no sentir aprecio por este primer acercamiento, y como cinéfilo, apreciar el notable ingenio en el uso de los efectos visuales rudimentarios de la época, con los que los directores Cecil M. Hepworth y Percy Stow consiguieron volver a la magia, realidad.
   
   Giskdan.
   
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