Alguien tiene que morir (Miniserie de TV)
Sinopsis de la película
Miniserie de TV. 3 episodios. España, años 50. La historia comienza con un joven al que sus padres le piden que vuelva de México para que puedan conocer a su prometida. Él regresa acompañado de Lázaro, un misterioso bailarín de ballet.
Detalles de la película
- Titulo Original: Alguien tiene que morir
- Año: 2020
- Duración: 149
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Opinión de la crítica
Película
5.4
92 valoraciones en total
Tras la guerra civil española muchos perdedores de la contienda encontraron en México refugio, consideración y apoyo. El narco aún no había hecho su aparición para mantener el vicio del poderoso vecino del norte y un país progresista y liberal se abría paso de la mano de Lázaro Cárdenas, mientras en Europa las democracias menguaban. En Alguien tiene que morir, miniserie de tres episodios dirigida por Manolo Caro, un joven (Alejandro Speitzer) que ha pasado los últimos diez años de su vida en México, regresa a casa junto a un amigo (Isaac Hernández), oriundo de aquel lugar, para visitar a su familia y emprender viaje por Europa.
Se da de bruces con una dictadura en pleno apogeo que tenía a la homofobia entre sus muchas y diversas ranciedades. Corren los años 50. Esta es la España de los vencedores. La condición sexual de uno, unida a la devoción bailarina del otro, les traerán más de un dolor de cabeza. Para no perder costumbre, Caro articula un producto típicamente culebronesco. A diferencia de La casa de las flores (también original de Netflix) dónde conseguía dar cierto aire de respetabilidad a lo que no deja de ser una telenovela, en esta ocasión sucumbe ante un producto típico de sobremesa.
Alguien tiene que morir ejecuta una denuncia política y social de brocha gorda, maniquea y sin matices, con una caracterización de personajes dónde encuentran cabida la exageración y el cliché. Las miserias de aquel régimen merecen una descripción y tratamiento más depurado. Todo se muestra demasiado brusco, evidente, lineal. En cuanto a la trama, decir que se mueve por la poco arriesgada senda del melodrama. No faltan traiciones, rencillas familiares, ocultos secretos, pasiones escondidas, frustraciones larvadas y rencores varios.
Todo un cóctel para los amantes de la cosa folletinesca que viene envuelto por una puesta en escena horrenda. Un elenco aseado (Ernesto Alterio, Carmen Maura, Cecilia Suárez) hace lo que puede a partir de un guion con más agujeros que un queso gruyer. Maura debería seleccionar mejor su participación en este tipo de productos que no andan a la altura de un prestigio justamente ganado. Excitando la risa involuntaria, el desenlace me pone de mala leche. Por el tiempo perdido y el adefesio visionado.
Ya saben: palos a gusto no duelen.
Escrito por Juan Pablo Martínez Corchano para https://rockandfilms.es/
Cabía esperar mucho más de Alguien tiene que morir, y no sólo por el aire a lo Álex de la Iglesia que desprendían sus promos. Y no sólo porque por allí pasee una espléndida Carmen Maura pasándoselo en grande, tan desatada y malévola como no la veíamos desde, precisamente, La comunidad y Las brujas de Zugarramurdi, ambas del realizador vasco.
Alguien tiene que morir es una miniserie (sólo tres capítulos) que decepciona. Y lo hace porque se toma demasiado en serio a sí misma. Tenía margen para ser mucho más descarada, cómica, exagerada y violenta, y parece saberlo (el final, sin ir más lejos), pero no arriesga, y quiere ser demasiado seria, sin conseguir un buen resultado. El elenco es bueno (atención a Ernesto Alterio) y hay escenas poderosas, pero los personajes son algo débiles, la trama del bailarín mexicano no engancha y, como decimos, no se atreve a arriesgar nada cuando tenía cancha más que de sobra para hacerlo.
Daba para mucho más.
Se presenta como un melodrama sobre la miseria moral, sobre la cruel homofobia imperante en la España franquista de los años 50, protagonizado por una heterogénea familia hispano mexicana llena de secretos, pero acaba transformándose en un intrascendente trhiller con un deslucido final, remedo de las películas de Tarantino.
Empieza bien, con unos personajes interesantes, reflejando con acierto la desconfianza, la represión con la que se vivía en aquellos años, pero pronto se descubre que no hay una verdadera historia que contar, que su único objetivo es la crítica per sé al régimen franquista. Los personajes, lejos de interactuar conforme a las reglas dominantes de la época, se comportan de una manera incoherente (spoilers), como si todos se hubieran puesto de acuerdo para que sus vidas naufraguen, como si sus acciones estuvieran inexorablemente dirigidas hacia el final prefijado por el título, unos adoptando el papel de candorosas víctimas y otros de irredentos verdugos.
En definitiva, aunque está bien dirigida y bien ambientada, con unos actores más que solventes, sólo funciona durante la primera parte gracias a que atesora cierto oficio, pero en su conjunto se muestra vacía, artificial, sin verdadero recorrido dramático. Qué malvados son todos los españoles en contraposición a los mexicanos, así se podría resumir su mensaje (spoilers).
Crítica – Valoración de la Serie Alguien Tiene Que Morir.
Resumen: Miniserie de TV. 3 episodios. España, años 50. La historia comienza con un joven al que sus padres le piden que vuelva de México para que puedan conocer a su prometida. Él regresa acompañado de Lázaro, un misterioso bailarín de ballet.
Crítica: Es una serie hispanoamericana de Netflix que es dirigida por Manolo Caro y protagonizada por Alejandro Speitzer y Cecilia Suárez., es una miniserie de tres episodios con una duración de 50 minutos cada uno.
Es una serie que cuenta con un reparto de España y México estado formado por: Cecilia Pilar Castro, Mariola Fuentes, Manuel Morón, Juan Carlos Vellido, Carmen Maura y toda una nueva generación de intérpretes españoles y mexicanos jóvenes: Alejandro Speitzer, Isaac Hernández, Ester Expósito, Carlos Cuevas y Eduardo Casanova.
Alguien tiene que morir cuenta la historia de la familia Falcón, miembros de la clase privilegiada durante el franquismo y un poco la envidia del resto. Sin embargo, lo externo no importa tanto como lo que sucede dentro de su hogar, donde la vuelta de su hijo va a ser el causante de un cataclismo en cuanto todos empiecen a sospechar que es homosexual, algo que en la España de los años 50 no estaba precisamente bien aceptado.
Así, la serie nos traslada a la España de 1950, en una sociedad conservadora y tradicional donde las apariencias y los lazos familiares juegan un papel clave. Es un drama familiar, en el que sí se respira una importante tensión, se sabe que hay secretos ocultos, pero nunca llegas a saber realmente qué es lo que pretende contar.
La serie tiene aspecto de thriller, desde su ambientación hasta su ritmo, con el uso de las armas como hobby principal de la familia. Pero, finalmente, se queda en un simple drama de época sin mucho misterio, que pretende criticar el conservadurismo de los años 50 a través de la homosexualidad del hijo de una familia muy cercana al régimen franquista.
A modo de conclusión, me ha parecido una serie que tiene mucho potencial pero que se deja muchas cosas por el camino y no se resuelve de todo la trama central que nos cuentan desde el principio. Como punto resaltable, destaco la banda sonora muy buena con una música que da comienzo cada episodio y en los momentos de mayor tensión. Os la recomiendo si os gustan las series de suspense.
Puntuación: 7/10.
A pesar de mi reticencia inicial, decidí ver la serie (¿debería decir telenovela?) porque había tenido críticas positivas y, quizás, mi intuición me fallaba. Nada más lejos de la realidad.
Un reparto bueno con algunas estrellas emergentes españolas y algunos actores consagrados (Carmen Maura, Ernesto Alterio…) que desde hace años no tienen un buen papel. En definitiva, una buena materia prima que con un guion medio solvente y una dirección aceptable puede hacer milagros.
La decepción empiezas a verla cuando ves que, desde su inicio, hay muchos detalles que no cuidan y las situaciones tan forzadas que se dan (¿en serio pretendes contarme que la homosexualidad estaba condenada y perseguida y me pones en un Club de Tiro de señoritos a dos chicos anormalmente pegados junto a insinuaciones descaradas proferidas delante de todos?). Ni que decir tiene que la serie está politizada al máximo, como todo ahora.
Le pongo un 3 porque, en su intento de parecer una obra maestra, el resultado es ridículo al no saber si estás viendo una telenovela con acento español peninsular. Otro quiero y no puedo.