¿Alguien ha visto a mi chica? (¿Has visto a mi chica?)
Sinopsis de la película
Un anciano millonario sin familia, que pretende dejar toda su fortuna a los descendientes de una novia suya que lo rechazó, se traslada a la localidad donde residen para comprobar cómo viven sus futuros herederos.
Detalles de la película
- Titulo Original: Has Anybody Seen My Gal aka
- Año: 1952
- Duración: 88
Opciones de descarga disponibles
Si lo deseas puedes conseguir una copia de esta película en formato HD y 4K. A continuación te mostramos un listado de posibilidades de descarga disponibles:
Opinión de la crítica
Película
6.5
52 valoraciones en total
Aunque la cabecera del cartel es para la pareja Hudson-Laurie (que repetirían, con más protagonismo al año siguiente, en La espada de Damasco), el verdadero protagonista y amo de la función es Charles Coburn, uno de aquellos secundarios característicos del Hollywood clásico que siempre cumplían su cometido a la perfección.
En esta ocasión, Coburn está muy divertido primero como enfermo hipocondríaco y después como autoinvitado huesped. Genial su relación con el juez del pueblo.
Douglas Sirk, más conocido por sus melodramas (algunos de los mejores con Rock Hudson precisamente) dirige más que correctamente esta divertida comedia.
Atención a un jovencísimo James Dean en uno de sus primeros papeles como cliente de la farmacia-soda-bar.
Lo digo y lo diré siempre: Nada mejor que el cine para transformar nuestro estado de ánimo. Pero hay que buscar siempre la película que nos lo mejore, no que nos lo empeore. Así, si estoy triste, veré Cantando bajo la lluvia o Siete novias para siete hermanos . Si necesito valor me pondré Sólo ante el peligro . Si de lo que se trata es de atemperar el carácter, nada mejor que Horizontes de grandeza . Si he dejado de creer en el hombre, por siempre ¡Qué bello es vivir! . Y, si un día, todo mi mundo se derrumba y no encuentro en él nada que me parezca hermoso y puro, buscaré otro mundo. Y lo hallaré en ¿Alguien ha visto a mi chica?
Sólo necesitaré estar muy concentrado. Entonces, entraré en Hilverton, y ya no querré moverme de allí. Amaré sus calles, sus tiendas, sus colores, sus casas. Admiraré para siempre a un genio llamado Charles Coburn, poseedor del don de la ubicuidad, capaz de ser a un tiempo, camarero, tahur, Celestina, Santa Claus, pendenciero, bailarín… Y, cuando quiera descansar de tanto ajetreo, me tomaré un Vesubio en la maravillosa Tienda-Farmacia, brindando con James Dean y celebrando que el bueno de Douglas Sirk fundara Hilverton antes de dedicarse a triunfar con los melodramas.
Samuel J. Fulton tiene las alas caídas. Todo el dinero que ha acumulado en la vida no le ha servido para ser feliz, y ahora, al lado de su abogado y de su médico, está a punto de firmar su testamento. Como no tiene pariente alguno, decide legar todos sus bienes a una tal familia Blaisdell que vive en Hilverton, Belmont. ¿Por qué la ha elegido? Fulton tiene una buena razón: ¡Agradecimiento! Estuvo enamorado de Millicent, la madre de Harriet Blaisdell, y gracias a que ella no quiso casarse con él, pudo marchar en busca de oro y de petróleo… y así se hizo millonario.
Sus asesores lo convencen entonces de que sería bueno asegurarse de que los Blaisdell no sean gente de mal vivir que dilapide la herencia… y así, Fulton se quitará la barba y se convertirá en John Smith (cualquier semejanza con el militar y aventurero del siglo XVI-XVII que estableció el primer asentamiento británico en Norteamérica y quien tuvo un breve romance con la amerindia Pocahontas, es inevitable), y con su nueva personalidad, se las ingeniará para hospedarse con los Blaisdell… y así comienza una encantadora comedia donde se demostrará ampliamente que hay algunas razones por las que no siempre conviene hacerse ricos.
Charles Coburn y Gigi Perreau, el avaro ricachón y la hospitalaria Roberta, se merecían todo el cartel en este filme, pues con su estupenda amistad, haciendo trío con el perro Penny, harán que sintamos una grata corriente de calor humano –y perruno- que se sostendrá complaciente durante toda la comedia. La historia desborda ingenio, recursividad, simpatía, deliciosos y mordaces diálogos, y hasta hará eco de la frase que eternizara el también escritor Smith: El que no trabaja, no come, que si fuera cierta, uno se pregunta ¿por qué siempre comen los empleados oficiales?
El director alemán afincado en Hollywood, Douglas Sirk, se sirve de una ajustada y lujosa ambientación que, filmada en un technicolor de preciosos tintes, semeja la historia a un cuento de hadas en el que aflorarán aquellas reacciones humanas que dan sentido a la existencia. Y así, la observación permitirá determinar la conveniencia, la dadivosidad dará lugar a que se vean los cambios que se producen en el ser, la solidaridad hará visible la reciprocidad, y entre otras cosas, el amor demostrará que no nace donde solo hay abundancia material sino, preferentemente, donde hay compromiso, lealtad y afecto sin pretensiones.
¿ALGUIEN HA VISTO A MI CHICA?, es una comedia ¡tan encantadora! que, es bien seguro que si hay alguien que todavía piense que la vida no tiene sentido, aquí encontrará muy buenas razones para comprobar que Sí lo tiene y que la pregunta clave ya no es: ¿Qué me está dando la vida? sino ¿Qué le estás dando tú a la vida?
Título para Latinoamérica: LO QUE HACE EL DINERO
Comedia realizada por el director de origen aleman Douglas Sirk, situada en unos idealizados años 20 en EEUU, en forma de fábula alegre y optimista, pero también de parábola sobre el poder corruptor del dinero, inocente y desternillante, llena de personajes entrañables y divertidos y con unas pocas canciones colocadas de rondón que no desentonan en absoluto en el resultado final.
Sátira del enriquecimiento de los años anteriores al crack del 29 y descripción dulcificada y en suntuoso technicolor del fervor especulador, la película es, por encima de todo, una deliciosa exhibición de talento del gran secundario Charles Coburn quien, cual Papá Noel millonario, tratará de resolver los problemas y entuertos que va creando a su alrededor y que consigue borrar de nuestra memoria, con su espléndida actuación, al resto de protagonistas, incluida la pareja formada por la pizpireta Piper Laurie y el actor fetiche de Sirk, Rock Hudson.
Un fantástico guion con acertados diálogos, una dirección enérgica y viva a la que no sobra un plano y un ritmo de Allegro vivace la convierte en una verdadera delicia de principio a fin, como una colorida piruleta de sabores que creíamos haber olvidado. Praise Mr. Coburn!
Película suavecita, amable y de corte familiar que resulta muy agradable de ver en cualquier momento gracias a esa pátina brillante que D. Sirk sabe imprimir a sus producciones para que éstas ofrezcan una vertiente de exquisita presencia.
Su tratamiento cinematográfico es elegante y combina perfectamente la ambientación de la época con un ritmo narrativo elocuente y fluido.
El vientecillo de la crítica social se expone en la pantalla como un aleteo entrañable y didáctico pero también como un asunto divertido y adornado por un sentido del humor más que notable.
La interpretación de C. Coburn es admirable y el resto de personajes, incluyendo a los secundarios J. Dean y R. Hudson, conforman un elenco de los que hacen las delicias del público.