Alegre ma non troppo
Sinopsis de la película
Un joven homosexual, Pablo, pretende ser músico, para lo cual procura ingresar en la joven Orquesta Nacional, en calidad de músico de trompa. Sus otros propósitos son satisfacer en todo a su pintoresca madre y superar los efectos de la ruptura sentimental con un compañero. Pablo es un chico alegre al que le gusta eso: la música y los chicos. Alegre, pero no demasiado.
Detalles de la película
- Titulo Original: Alegre ma non troppo
- Año: 1994
- Duración: 100
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Opinión de la crítica
Película
5
86 valoraciones en total
Poco a poco con humildad y sencillez, Fernando Colomo se muestra como un cineasta con oficio y se ha ido convirtiendo en el rey de la comedia española de los últimos 25 años. A la espera de ver su último trabajo Isla bonita. Alegre ma non troppo es una comedia fresca, simpática, agradable, suave e irónica, articulada sobre las inseguridades de Pablo (Pere Ponce), un homosexual veinteañero, estudiante de trompa, gay pero no demasiado, que se replantea su orientación sexual después de una sesión con un estrafalario psiquiatra.
Es el esquema de chico busca a chico y encuentra a chica que el cineasta encauza como una comedia realista, cuya variación sexual no supone mayor renovación estructural, Colomo habla de sentimientos sobre la confusión sexual. Una Penelope Cruz, fresca y natural en uno de sus mejores papeles y la Sardá (madre de Pablo) con su genuino sarcasmo e inconfundible estilo le dan al film junto al resto del reparto un aire desenfado y una naturalidad estupenda. Donde destaca el padre divorciado de Pablo (Oscar Ladoire), profesor de música que tiene la debilidad de perseguir jovencitas.
Es, pese a todo, una historia decididamente optimista, donde no hay serios problemas, sólo algunos escollos, fáciles de sortear. Colomo y su guionista Joaquin Oristrell, apuestan, con acierto, por la ambigüedad calculada que huye del mal gusto y de la astracanada, un film de excelente factura, que rinde pleitesía y culto a la música clásica con la Joven Orquesta de España desde el marco incomparable del Palacio de la Magdalena de Santander. Una comedia de enredo y de sentimientos cruzados, sobre la búsqueda de la identidad sexual.
¿Por qué tiene tan malas críticas esta película? Estamos todos de acuerdo en que no es una obra maestra, ni inventa la pólvora, ni nada, pero vamos a ver… es una comedia de enredo. Punto. Y como tal es estupenda. ¿Por qué esperar más o por qué pedirle peras al olmo?
Es una comedia de enredo, pretende ser heredera directa del estilo del maestro Billy Wilder y, sin salirle ni de lejos una de las maravillas del realizador de Primera plana, la apuesta de Fernando Colomo sí contiene elementos suficientes para resultar un dignísimo entretenimiento. Es divertida, tiene ritmo, es muy simpática, y se permite la originalidad de crear un curioso triángulo amoroso entre una joven, un chico supuestamente gay y el ligón padre de éste. Ayuda, por supuesto, lo bien que estuvieron Rosa María Sardá (hilarante, como siempre… a ver si algún día vuelve a presentar los Goya), Óscar Ladoire (muy creíble como conquistador maduro), Pere Ponce (años antes de cuéntame y su explosión teatral) y una jovencísima Penélope Cruz que da la impresión de que ha perdido frescura y talento ante las cámaras con los años.
Una buena comedia, en definitiva.
Lo mejor: La frescura de la propuesta y lo entretenida que es.
Lo peor: No es una obra maestra de Billy Wilder.
El guión tiene una serie de momentos divertidos que Fernando Colomo resuelve muy bien como gags, pero que después no se hilvanan y producen una discontinuidad en el ritmo de la película. Una comedia tiene que tener los elementos que nos hagan reír o sonreír, muy ponderados para que en ningún momento pensemos esto no me lo creo, o si eso se piensa que se piense al mismo tiempo que el director te considere un espectador inteligente y esté jugando contigo, y por supuesto que tu, como espectador, entres en el juego. Lo demás suelen ser vulgaridades y de eso los españoles tenemos mucha experiencia en el cine. La historia de la madre, la historia del psiquiatra y la historia del padre, y en todas ellas Penélope Cruz, empezando su carrera, son increíbles y llegan a molestar por burdas. Lo mejo de la película es haber desarrollado la historia alrededor de unos cursos de música, con lo que en algunos momentos uno disfruta, y sobre todo es un gran acierto haber elegido la trompa como instrumento protagonista porque da sonidos a veces cómicos y a veces románticos. Ver a los protagonistas de una película tocando el violín o el piano queda muy bien, pero tocando la trompa, es un riesgo y este si lo supera Fernando Colomo. Lo siento pero la Sardá está demasiado Sardá.
No te veo centrado Pablo…. le dice su amiga Salomé, y eso le pasa a esta peli que no esta centrada…..La historia no tiene ni pies ni cabeza, solo la he visto porque la daban por la tele.
Pablo es un músico gay que acaba de romper con su novio y quiere entrar en la Joven Orquesta Nacional. Lástima que se equivocaron de protagonista. Pere Ponce como cura en la serie Cuentame lo hace bien pero ser protagonista le queda muy grande. Afortunadamente aparece Jordi Mollá que arregla un poco el tema, porque nuestra amiga Pe esta fatal como de costumbre.
Tengo algunas dudas:
¿Alguien cree que Rosa María Sarda y a Óscar Ladoire pudieran haber sido pareja?, ¿En serio alguien piensa que Penélope Cruz es buena actriz?, ¿Hay actor más soso que Pere Ponce?
Lúcido y amable como siempre, pero un Colomo (es mejor observador que narrador) muy menor, atropelladamente superficial y facilón.
Las ideas que se manejan, la identidad sexual como terreno de nadie en el que caben todas las opciones y no está claro dónde empieza Freud y termina la biología, las relaciones sentimentales-sexuales como campo de batalla sin reglas ni ley en el que no hay perdón ni honor, solo prisioneros y choque de cuerpos, o las puramente familiares con su agonía y necesidad, son interesantes, el filtrado narrativo no, sucesión de escenas alocadamente memas, entre muy tópicas y muy necias e infantiles, y, por lo tanto, aburridas por su falta de sustancia.
Brilla con descaro y desparpajo la jovencísima Penélope (con el tiempo se ha ido agriando y apelmazando, cuando su mayor virtud era esa espontaneidad desestabilizadora, como si para llegar a la meca del cine vendiera su alma juvenil al mejor postor), un huracán de actividad azucarada y picardía pizpireta. El resto acompaña bien.
Es el enredo, la pura comedia, el vodevil, lo que falla, desbarranca y cansa. Guion poco trabajado, se queda en la carcasa, nada se profundiza.