¡Alarma! Vuelo 502 secuestrado
Sinopsis de la película
La vida de un grupo de pasajeros de un Boeing 707 se ve trágicamente alterada, cuando el avión es secuestrado. Charlton Heston es el heroico piloto del avión e Yvette Mimieux una intrépida azafata.
Detalles de la película
- Titulo Original: Skyjacked
- Año: 1972
- Duración: 101
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Opinión de la crítica
Película
4.7
56 valoraciones en total
Rutinaria película, que parece más bien un telefilm, que cuenta el secuestro de un avión por un lunático empeñado en volar al paraíso comunista de Moscú. Charlton Heston interpreta uno de esos papeles que tanto le gustaban de anegado héroe y se resiente en eso porque uno se imagina que está viendo a Ben- Hur dirigiendo su cuadriga en el circo Máximo.
Una película más de catástrofes y de aviones, tan en boga en los años setenta y que tiene un final disparatado, por mucho que uno se ponga sus mejores galas y se cuelgue todas las medallas..
Para muchos viajar en avión resulta reconfortante, un paseo por las nubes, para otros sin embargo, y como el mismo que escribe estas líneas, entraña un cúmulo de tensiones y miedos que no se superan hasta que el aparato vuelve a estar en tierra.
Durante la década de los 70 muchos subgéneros empezaron a ponerse de moda y demostrar ser muy lucrativos de cara a la taquilla, por derecho propio el cine de catástrofes fue uno de ellos, dando año tras año títulos que se regían por dos elementos clave: el uso de un gran despliegue de medios y efectos especiales y de un plantel poblado de estrellas. Nada más comenzar la década George Seaton creó escuela al centrar el desastre dentro y fuera de un avión en Aeropuerto , convirtiéndose en uno de los elementos más populares de este cine. Tal es así que una (irregular) saga se generó a partir de su obra mientras salía algún que otro imitador.
Poco después, y concienciado con los peligros que podían envolver a los viajes en avión, el productor Walter Seltzer se hizo con los derechos de la novela Hijacked del experto en suspense Edwin R. Corley, publicada dos años antes, cuya trama se construía a raíz de un secuestro (hecho más usual de lo que parecía a simple vista). Como estrella principal se contó con Charlton Heston, cuya aparición en el género de catástrofes fue recurrente (de hecho no tardaría en repetir la experiencia con los aviones), y tras la cámara se situaba un maestro en films de abultados presupuestos, John Guillermin, antes de dar el salto definitivo con El Coloso en Llamas .
El director y sus acólitos tuvieron suerte de contar con un auténtico Boening 707 de las líneas World Airways para rodar, tanto desde el interior como desde el exterior, la película, que ya se inicia con un problema que sirve de signo de mal presagio: una pieza desencajada en la panza del aparato, rápidamente descubierta por el capitán OHara, cuyos múltiples problemas durante el vuelo deberá afrontar con la más abnegada serenidad por el bien de sus pasajeros. Tras esto, las dudas empiezan a recaer sobre un personaje algo sospechoso, Jerome Weber, un sargento que no tenía billete y que lo logra por un golpe de suerte.
El viaje del vuelo 502 se inicia con destino a Minneapolis, y así iremos conociendo poco a poco (tampoco tanto) a sus pasajeros, no obstante ni el guionista Stanley R. Greenberg ni Guillermin parecen tener el mínimo interés en reparar en aquellos que ocupan la clase turista, únicamente se centran en la 1.ª clase, donde se ha quedado Weber. Un mensaje escrito con lapiz de labios (de lo que ya se nos ha advertido antes) en el espejo de uno de los aseos advirtiendo de una amenaza de bomba inicia realmente la película y la intriga toma el protagonismo.
Pero quizás los malabares que hace Greenberg con la trama no se presenten a gusto de todos. Para empezar no tardaremos en descrubrir la identidad del villano, que normalmente se suele ocultar hasta muy superado el ecuador del metraje (aquí lo sabremos antes de los veinte minutos), podrá parecernos que todo forma parte de una trampa del guión, lo cual sería incluso ingenioso, pero no es así. Esta revelación se constituye como un arma de doble filo para mantener la credibilidad y el interés en el espectador, aunque con ella el film pone de manifiesto su principal baza: la intriga, como hemos visto otras veces, no girará en torno a la figura del villano, sino a lo que este villano será capaz de hacer durante el vuelo.
Y así es, cambiando el avión su rumbo a Alaska, con la amenaza de bomba siempre presente y dificultades varias en el trayecto que los pilotos deberán manejar con astucia y nervio, todo ello muy conveniente para aumentar la tensión (como la aparición de esa avioneta de la nada, recurso usado en la posterior Aeropuerto 75 , con Heston también a bordo), hemos de esperar que el capitán, sus subordinados y la tripulación averigüen por sí solos quién es ese sargento del ejército con aparente crisis nerviosa y una afición especial al alcohol.
Sargento que tampoco se demorará mucho en descubrirse ante todos, así como la intención de desviar el vuelo hacia un paraíso comunista tras haberse visto traicionado por sus EE.UU., nuevo punto de inflexión que enfrentará directamente a la tripulación y a los pasajeros de 1.ª clase con los malvados planes de ese chiflado henchido de poder, y que volverá a cambiar nuestras expectativas (este tipo de thrillers terminan cuando el avión toma tierra y ocupan un vuelo, aquí sin embargo no pasa eso).
Entre medias del suspense, retazos de mojigato melodrama gracias a dos historias amorosas: la de dos jóvenes pasajeros y la que mantienen el piloto, el copiloto y una de las azafatas (dada por el uso de insignificantes flashbacks que tampoco parecen querer ir a ningún sitio), pero Guillermin no se excede con los elementos melodramáticos, él se concentra en el suspense generado por la tensión que sus personajes ha de soportar ante el constante peligro. Por su parte, Heston se siente cómodo en la piel del sacrificado y duro héroe de turno, siendo secundado por los correctos Roosevelt Grier, Walter Pidgeon, Mike Henry y un genial James Brolin como ese repulsivo personaje causa de todas las desgracias.
Desgraciadamente tendremos que aguantar la actuación de la tediosa e insípida Yvette Mimieux, quien demuetra tener horchata en las venas en lugar de sangre a lo largo de todo este thriller de intriga psicológica y momentos de acción que exhala aroma hitchcockiano en cada una de sus secuencias (más de uno opinará que podría formar parte de la serie La Hora de Alfred Hitchcock ).
Aun con sus inverosímiles artimañas, Skyjacked tuvo una buena acogida entre el público y la crítica y ayudó para que Hollywood siguiera aumentando su interés por el género catastrofista con avión como elemento principal. Lo que sí podemos afirmar es que no hay otro héroe más indicado para este cine que Charlton Heston.