Alabama Monroe
Sinopsis de la película
Narra la historia de amor entre Elise y Didier. Ella tiene una tienda de tatuajes, él toca el banjo en una banda. Es amor a primera vista, a pesar de sus diferencias. Él habla, ella escucha. Él es ateo y un ingenuo romántico. Ella tiene una cruz tatuada en el cuello, y los pies en el suelo. Su felicidad se completa con el nacimiento de la pequeña Maybelle. Pero la niña enferma a los seis años.
Detalles de la película
- Titulo Original: The Broken Circle Breakdown (Alabama Monroe)
- Año: 2012
- Duración: 112
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Opinión de la crítica
Película
7.2
35 valoraciones en total
El recorrido festivalero de esta película empezó en la Berlinale donde se llevó a casa el premio del público en la sección Panorama. La ovación fue larga y emotiva y dejo su marca en el palmarés final. Hace una semana se alzó en el Festival de Tribeca con el premio a Mejor guion y Mejor actriz. Y el viaje de festivales de esta película, no acaba sino de empezar. Estamos ante una de esas películas, que gustará por regla general y a la vez encontrará a una legión de Haters que la desacreditarán por considerarla un melodrama al uso.
Esta película, en manos de cualquier otro, hubiera sido un Telefilm de Antena 3. Pero el resultado es un melodrama bien montado, con un buen guion que nos cuenta una historia de amor entre dos personas destinadas a amarse y a la vez luchar juntos, ante un drama para el que nunca se está preparado. La historia de amor entre Didier y Elisa se nos presenta de una manera no lineal, que va dando saltos entre los 8 años de relación. La química que se gastan ambos traspasa la pantalla, te crees su amor, lo vives, lo disfrutas y acabas siendo uno más de ese circulo de amigos tan especial.
El problema es claro, sortea de una manera envidiable el melodrama barato, pero cae en cierto discurso pro-células madre y anticlerical que hacen chirriar la historia. Independientemente de la opinión personal sobre el tema, el discurso está metido con calzador, y sin aportar nada a la trama central (Más allá de ser la mecha final) Y chirría por eso, sentar las bases para un discurso de ese calibre y no desarrollarlo, desconcierta bastante al espectador.
El punto de partida de esta historia de amor es típico: Un encuentro casual, un flechazo inmediato. Lo diferente es el resto, una muy cuidada fotografía, un guion que evita caer en el drama barato y nos presenta las situaciones duras sin efectismos, ni un morbo desmedido por trasmitir el dolor y una BSO para quitarse el sombrero (De Cowboy, claro) Es una pieza más, cada canción es un libro abierto a los sentimientos de nuestros protagonistas, la mayoría de las canciones cantadas por la propia pareja protagonista y escritas por Bjorn Eriksson son una auténtica delicia. Un conjunto de piezas Bluegrass que ambientan perfectamente la historia en ese ambiente polvoriento y libre que la enmarca.
En definitiva, estamos ante una historia de amor carismática y dura, que emocionará y hará reír casi a partes iguales. Con un alma propia, unos protagonistas de los que es fácil enamorarse, y que encima cuanta con una BSO de esas que duran meses en tu Mp3.
Hay en castellano una brutal expresión ( … ni que niño muerto ) que viene pintiparada para este caso. En mi opinión la inclusión de niños con cáncer en una película no suele presagiar nada bueno, pues el resultado final suele ser más una infecta TV movie que una obra maestra. Alabama Monroe (título pertinente pero horrendo) se queda a mitad de camino y aunque tiene elementos interesantes no puede esconder lo que en el fondo es, un drama del quince con pretensiones. No hay nada que objetar a las esforzadas interpretaciones (en especial la de la niña), pero sí a un guión que incluye diálogos absurdos que sacan al espectador de la película, y un trasfondo filósofico sobre la lucha entre el existencialismo y la fe que, o no procede o está muy mal resuelto. Van Groeningen tiene la astucia de introducir como elemento omnipresente la música bluegrass, con números muy bien rodados y que ciertamente hacen soportable el rosario de desdichas belgas. Si a usted le gustan los dramas pseudotrascendentes y en los que Dios ahoga más que apretar, esta es su película.
Eso es lo que tuve durante todo el metraje de este más que estupendo film belga.
La película es genial de principio a fin y no sabría explicarte si es por su montaje sincopado a saltos, por su increíble banda sonora (el film esta cuajado de principio a fin por canciones estilo bluegrass que no te dejan indiferente, adaptándose perfectamente a lo que va ocurriendo en cada momento), por unas actuaciones estupendas o por ese agridulce final que es de los mejor que recuerdo en años…
la piel de gallina al ver ese juego de manos en la actuación que lo decide todo, la piel de gallina al oír la explicación de como las estrellas que vemos puede que ya no existan pero su luz durará para siempre y, sobre todo, la piel de gallina al ver toda una declaración de amor en un tatuaje
¿Qué hay más hermoso que el fruto del amor: nuestros descendientes, nuestra luz, nuestras entrañas, nuestro solaz, nuestra ilusión inconmensurable?¿Cómo encajar, cómo encarar, cómo digerir la enfermedad cuando nos parece injusta, arbitraria, deleznable y cruel?¡Ay de los incautos padres que sobreviven a sus angelicales hijos porque sus huesos pavimentan los sueños ratos y la amargura infinita! ¡Ay de la música que subraya penas y alegrías, temores y regocijos, nuestras desdichadas noches o nuestros alados días!
La primera hora es de una hermosura inconmensurable y el cierre acongoja y pesa como una losa sobre el dolorido y lloroso espectador, que tras asistir a un breve intermedio de desvarío y locura (que no deja de ser la enajenación del protagonista encarnada en metraje insoslayable), comprende que no hay felicidad en la vida que no guarde – aunque sea embrionariamente – el germen de lo disolución, del exterminio, del la aniquilación total. Yin y Yan. No hay día sin noche, ni luz sin oscuridad.
Admirable película belga que estremece hasta el tuétano, que acongoja hasta la desesperación, que duele hasta lo más hondo del alma. ¿Qué hay más allá de las estrellas? ¿Qué nos aguarda en la muerte, tras le vida indeleble, optimista y jubilosa? ¿Quizás una canción suave que nos diga adiós y acune nuestra lenta e inexorable despedida? ¿Quizás las lágrimas de los que nos precedieron y no nos quieren soltar ni por todo el oro del mundo? Emoción en estado puro…
Creía que después de haber visto este año La vida de Adele, tardaría mucho en volver a deleitarme con un drama europeo basado en el verdadero amor que nos reconcome a todos y que ninguno entendemos. Pero no, me costó menos de un mes. Alabama Monroe (título original The Broken Circle Breakdown) es la responsable de todo esto.
No sé por dónde empezar a describir lo que para mi ha sido una auténtica revelación. No creía que fuese posible que una película pudiera contener todas las cosas que más me gustan en la vida, hasta que descubrí esta obra de arte belga de Felix Van Groeningen:
Protagonistas estilo América de los años veinte, country grass que por momentos me recordaba a los Mumford and Sons, una banda sonora excepcional (que ha logrado ser éxito de ventas en todo Bélgica), barbas y Budweiser entre protagonistas que deseaban vivir el sueño americano, tatuajes con forma de mariposa, candado y corazón, pasión por la vida, por el sexo, por el amor, por la familia…Apoyada en dos actores que hacen una acción interpretativa maravillosa, )Veerle Baetens y Johan Heldenbergh), esta cinta belga nominada al Oscar es capaz de lidiar de forma elegante y respetuosa con aspectos tan delicados como la grave enfermedad de una menor y el suicidio. El guión, basado en una obra de teatro, nunca cae en el exceso emocional, y eso a pesar del dramático hecho central que dinamita la película antes de finalizar su primera hora.
Pero no os quedéis en esta breve reflexión de esta joven soñadora, vividlo vosotros mismos, experimentadlo en vuestras propias carnes… puedo aseguraros que no da cabida a ningún tipo de arrepentimiento