Al otro lado del muro (West)
Sinopsis de la película
Empezar de cero, comenzar una vida nueva y dejar el pasado y la tristeza atrás. Eso pretendieron en los años setenta Nelly Senff (Jordis Triebel) y su hijo Alexei (Tristan Globel) cuando escaparon de Berlín Oriental para buscar un futuro en la Alemania del Oeste, supuestamente más hedonista y menos represiva.
Detalles de la película
- Titulo Original: Westen aka
- Año: 2013
- Duración: 102
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Opinión de la crítica
Película
5.4
93 valoraciones en total
Radio, teatro, televisión, cine…, este director con apellido de pisar charcos, a sus 37 años es un valor consolidado en Alemania. Westen , título original se basa en la novela de la novelista berlinesa Julia Frank Zona de tránsito , quien a los 8 años emigró con su madre y hermanas al Berlín Oeste.
Siempre se habla del drama de aquellos que se quedaron en el Este, la mayoría atrapados contra su voluntad y poco o nada de aquellos que aún pasando al otro lado tuvieron que sufrir su particular via crucis, para poder empezar de nuevo.
Esta es una de esas historias. Sin estridencias ni excesivos subrayados Schwochow mantiene la tensión y el interés en una atmósfera temporal lograda y donde el peso de la actuación y el drama se apoya en las magnificas actuaciones de Jordis Triebel y un jovencito Tristan Göbel al que no hay que perderle la pista.
Relato vívido de una época llena de matices y de comparaciones. Un retrato de la sociedad en las dos Alemanias durante la Guerra Fría. Un extracto social del trato que se dispensaba a los emigrantes (aunque siguieran siendo alemanes) dentro de un país dividido. Una fractura que duró muchos años y que aún tiene que cerrarse completamente.
Christian Schwochow (Paula) recrea con precisión una época agreste para los germanos, unos años 70 de reconstrucción en los que nos muestra el trato que se daba en la Alemania occidental a los emigrantes de la Alemania oriental. Con un control minucioso de cada ciudadano de la RDA, se nos muestra hasta qué punto los servicios de inteligencia de EE.UU., Francia, Reino Unido y Rusia seguían combatiendo de forma silenciosa en un país que fue separado. Estas consecuencias las pagaron muchos ciudadanos, llenos de sospechas por la posibilidad de hallar espías entre ellos.
Así empieza la aventura de una madre y su hijo en tierras de la RFA, con el seguimiento de los servicios secretos y el trato desigual de algunos ciudadanos occidentales. Interpretados por una gran Jördis Triebel (Dark – serie TV), en un papel agrio y diáfano, un Alexander Scheer (Berlín, Berlín) muy creíble en su franco papel y el insoportable niño Tristan Göbel (Goodbye, Berlín).
Una película que comienza como un melodrama familiar que va evolucionando, casi sin darse cuenta, en una cinta de espías (a su manera) real como la vida que vivieron estas esforzadas personas que buscaban una vida mejor en la Alemania occidental. En definitiva, filme social que se mueve sin precipitarse y que a veces peca de lentitud que provoca aburrimiento en algunos momentos.
En cuanto a la película en sí, creo que no es una novedad en respecto a trama y demás. Tampoco es novedosa en cuanto a temática, es una película que está basada en una novela sobre un tema multiplemente tratado en Alemania, algo así como las películas/novelas sobre la Guerra Civil en España, cada uno habla sobre lo que ha vivido o sabe por sus antepasados, por lo que no hay nada ni novedoso ni definitivo, puede que de vez en cuando salga alguna historia curiosa, pero no es nada remarcable más allá del simple visionado.
En resumen, Al otro lado del muro –o Westen en su título original–, es una película dramática, donde la protagonista es puesta al límite en varias circunstancias hasta la paranoia y son resueltas también de forma más o menos predecibles. Las actuaciones son lo mejor de la película, tiran de la trama, sobre todo Jördis Triebel, que le impregna el dramatismo acertado al papel. Para mí, quedará en un 6 y una recomendación para todo aquel que le guste este tipo de cine dramático-paranoico sobre la época en la que está basado, ya que es un buen ejemplo.
Más críticas: https://deliriosliteraturacomicspeliculas.wordpress.com/
A los alemanes con el muro les empieza a pasar lo que a nosotros con la guerra civil y el franquismo: con alguna excepción como por ejemplo la estremecedora La vida de los otros , me da la impresión de que no consiguen una aproximación adecuada al tema. Para ser más concreto esta película me pareció, además de un tanto traída por los pelos, bastante pesada y reiterativa, así como carente del más elemental crescendo emocional. El hilo argumental no da para un largometraje y, como consecuencia, uno se queda con la sensación de que casi todo es relleno. Un relleno bastante chapuzas, con personajes y situaciones no muy bien desarrollados, que a veces parecen actuar a la buena de Dios. En cuanto a la interpretación, con excepción del niño (Tristan Göbel, supongo) tampoco me pareció demasiado convincente.
En muchas ocasiones, los que crecimos en el mundo post-Guerra Fría no nos damos cuenta de lo que debió suponer la caída del Muro de Berlín para los ciudadanos de Berlín y, por extensión, para los de ambas Alemanias. Motivos ideológicos aparte, la idea de que un colectivo homogéneo de personas se vea disgregado por el deseo de cuatro grandes potencias ajenas a su propio país, parece más de ficción que de realidad. Aquellos que, por fortuna, no vivimos tal episodio histórico, tenemos al cine para contarnos lo que sucedió. Y una de las últimas películas que tratan este tema es West, dirigida por Christian Schwochow y cuyo guión ha adaptado su propia madre Heide a partir de la novela original de Julia Franck.
West comienza con un flash-back donde vemos a una pareja feliz con su hijo en la Alemania del Oeste. Un par de minutos después, la acción ya salta al tiempo real donde el hombre ha desaparecido y ha sido sustituido por otro al volante de un coche. Nelly y Alexej, madre e hijo, se meten en el coche con la intención de cruzar la frontera hacia la República Federal de Alemania, un territorio que les puede ayudar a cicatrizar heridas del pasado y que además, al menos en el plano teórico, les puede ofrecer las condiciones de vida propias de un sistema moderno (alias capitalista). No sin dificultades consiguen cruzar la frontera, pero… Lo que les espera al otro lado dista de ser un mundo feliz. Nelly y su hijo son acogidos en un centro de refugiados cuya calidad de vida no es demasiado alta, por lo que su sueño tendrá que esperar al menos hasta que ella consiga un trabajo.
El planteamiento de la película la verdad es que supera el notable, por ambientación y porque utilizando no demasiados diálogos nos meten en la trama de una manera bastante efectiva. Sin embargo, conforme pasan los minutos el interés va decayendo y decayendo hasta que llegamos a un final que prácticamente ya casi nos produce un poco de indiferencia. En efecto, la cinta alcanza tantos altibajos que el ritmo de la misma impide enganchar al espectador. No es un problema tanto de guión, ya que más o menos la historia avanza por dónde debe (bastante previsible, eso sí), sino de montaje, alargando algunas escenas más de lo debido y cortando de sopetón otras que gozaban de más interés.
En medio de esta ligera borrasca, destaca la figura de la actriz Jördis Triebel interpretando a Nelly. Inmenso trabajo el suyo, que dota de fuerza y vigor a un personaje que, si bien sobre el papel ya era bastante bueno, logra mejorarlo a través de tibias miradas y una voz que rompe de manera decisiva en ciertas escenas dramáticas. Es complicado imaginar que ese mismo papel hubiera sido interpretado mejor por otra actriz. El que aquí les escribe desconocía por completo su carrera hasta que después de ver la película echó un vistazo por Internet y descubrió que la mujer había ganado unos cuantos premios interpretativos, incluido el que este mismo año le otorgó la Academia de Cine Alemán por su papel aquí en West.
Volviendo a la película, hay que reconocer que minutos después de su visionado el sabor de boca es bastante más bueno que malo, pese al claro bajón que experimenta. La sensación de haber asistido a un impactante drama que llegó a ser un hecho real, ver las antiguas cicatrices de un país que hoy está considerado como el mandamás de Europa, todo experimentado sobre la piel de la magnífica Triebel, convierten a West en una película bastante más que recomendable tanto como documento histórico y como drama. Lástima que la acción no esté tan bien llevada durante toda la película como en la primera media hora, porque de lo contrario estaríamos hablando de algo mucho más grande.
Álvaro Casanova – @Alvcasanova
Crítica para http://www.cinemaldito.com (@CineMaldito)