Al límite
Sinopsis de la película
Una llamada interrumpe un programa radiofónico, dice ser el asesino que ha matado a varias mujeres en Madrid, y que esta noche matará a otra. Ofrece a la locutora, una joven ambiciosa que quiere ser líder de audiencia, un juego: descubrir en una hora el lugar donde se encuentra su víctima, mediante una serie de pistas. Si no lo hace, la matará…
Detalles de la película
- Titulo Original: Al límite
- Año: 1997
- Duración: 95
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Opinión de la crítica
Película
3.9
93 valoraciones en total
¿Por qué nos empeñamos en intentar hacer películas americanas en España? ¿Por qué no mejor hacemos películas españolas a la americana? Como ha hecho Amenábar con Tesis. Tesis, ese oasis. Esa delicia de thriller completamente español, pero contado a la americana. Al Límite viene a ser una mala copia de varios thrillers americanos de muy baja calaña. Fatal, Eduardo Campoy. Mejor sigue como productor.
No se puede meter cualquier canción que te guste como fondo de cualquier escena, en esta película lo hacen y, resulta patético y sorprendente (para mal). No se puede poner al frente del elenco a Lydia Bosch para hacer de ¿jueza? con esa blandenguería y sobreactuación horrorosa (casi no se la puede poner al frente de nada, la verdad, es muy mala) y mejor no comentamos la peluquería (¿quién la tiñó??? Hace de tía de clase alta, bien arreglada y pulcramente vestida y lleva un tinte casposo y mal hecho… ¡horrible!!! Béatrice Dalle, además de tener un físico (peculiar) que llega a repeler aunque vaya realmente de tía buena , también es mala a rabiar, en un engendro que recuerda a Sabrina (sí, la cantante tetona del BOYS, BOYS, BOYS… de los 80) y, además, tampoco actúa bien. No se puede dar ese ambiente cutre, cutre a toda la cinta. No se puede recrear un juzgado y las salas de interrogatorios, audiencias, careos,… de una manera tan alejada de la realidad. No se lo cree nadie que haya visto como son en realidad. No se puede poner a Mabel Lozano eternamente repitiendo el papel de Los ladrones van a la oficina : chica arrabalera que está muy rica ¡por Dios! No se puede montar una historia así, de cualquier manera, con coartadas risibles, pruebas absurdas, investigación ridícula, incompetente y una instrucción llena de errores policiales y judiciales, adornando una cosa tan absurda e inverosímil. No se explica nada, no se profundiza en nada, se inician supuestas historias paralelas que se olvidan directamente o se resuelven de cualquier manera. El supuesto morbo de la atracción malo-buena, de verdad… ¿qué es estooo??? Las frasecitas recurrentes y tópicas por doquier. Un pobre Bud Spencer de convidado de piedra que, curiosamente, es el único que sale bien parado en este desaguisado incongruente, mal aprovechado y peor rematado. No se salva ni Puigcorbé… Horrible.
Fallida, como dicen algunos, pero vamos, que aunque no hubieran fallado seguiría siendo floja tirando a mala.
Y el primer gran error es Lydia. Lydia no es actriz, es una mujer desagradable que salió a la luz gracias al chaquetero Emilio Aragón en un concurso nauseabundo de televisión y quiso aprovechar el tirón haciendo unas pelis, pero no vale para nada. Es muy desagradable y no tiene registro ninguno para actuar y menos sex appeal que Espinete, por muy guapa que sea. Según dijeron ayer en televisión, uno de los productores era el hijo del señor Spencer, y aprovechando que su padre pasaba por allí de camino a su casa de un viaje por Estados Unidos, el muchacho exigió que el papel de comisario lo hiciera él, y lo hizo, y el problema no es que esté hecho unos zorros, es que su figura para el papel no es creíble y ya está.
Mabel es una mujer de La Mancha simpática y con sexy, todo lo contrario que Lydia. Al límite es una mala película se coja por donde se coja.
En ningún momento me convence, ni siquiera en el deslumbrante arranque que algunos críticos han visto, seguramente influidos por su incondicional amistad con Enrique Cerezo, el productor que compagina este trabajo con el de presidente de entidad deportiva (¡aupa Atleti!)
Han intentado una mezcla entre Seven , Escalofrío en la noche y otras muchas producciones americanas de intriga y cine negro. Pero, claro, el presupuesto y los medios no son los mismos, ni el país. En España la inmensa mayoría de los crímenes son del tipo en un pueblo un gañán dispara a su ex-mujer .
No sé si será por esto, pero los actores no están tan creíbles como los americanos, a pesar de esforzarse. También puede ser porque Puigcorbé tiene menos cara de malo que Torrebruno. O también porque los doblajes de Bud Spencer y Béatrice Dalle no son tan buenos como se nos tiene habituados aquí en España. No sé por qué me da que, como hubo tanta mezcla de idiomas en el momento del rodaje, luego los actores españoles principales se doblaron a sí mismos en bastantes tramos para evitar las molestas imperfecciones que se producirían en el audio si sólo cortaran las frases de los extranjeros y dejaran el sonido original de las suyas.
El guión también hace aguas en algunos momentos. La música no consigue crear el ambiente pretendido.
Intento fallido por parte del cine español de realizar una película exportable . En realidad, se trata de una coproducción hispano-franco-italiana (de ahí las presencias respectivas de Béatrice Dalle y Bud Spencer) hecha con cierta holgura de medios.
Por decirlo en una frase, la historia del asesino en serie está más vista que el tebeo y la pareja protagonista actúa de pena. Aunque es una película entretenida y con aciertos parciales, su guión es previsible, huele a tópicos por los cuatro costados y el final (la forma de resolver el caso) es francamente mejorable. Desgraciadamente, la mediocridad de la pareja protagonista (unos Juanjo Puigcorbé y Lydia Bosch olvidados con justicia por el cine) acaba de rematar el producto. Cómo anécdotas, señalar la aparición en un papel secundario de la pareja del director (la exmodelo Mabel Lozano) y la sorprendente intervención de un veterano Bud Spencer en uno de los pocos papeles dramáticos de su vida (quizás desde Turín negro , 1972). Aún así, film muy por encima de lo que produce el cine español anualmente y lo que es digno de admirar, con vocación internacional.