Acuarela
Sinopsis de la película
Emma (Valeria Golino) se quedó ciega hace ya muchos años, aunque aún le queda el recuerdo de los colores que tienen las cosas. Se dedica a la osteopatía en Roma, siendo una de las más prestigiosas en su campo y una de las profesionales más reconocidas del país. De este modo, conoce a Teo (Adriano Gianinni) en una de sus consultas, un paciente que trabaja como publicista, con una espectacular carisma y que nunca ha estado en una relación de verdad, siempre ha estado yendo de cama en cama en relaciones pasajeras. Sin embargo, Teo forjará una conexión muy especial con Emma con la que, pese a ser totalmente distintos y vivir en mundos opuestos, tiene el reto de vivir la vida juntos y enamorados, aunque esto pasará de ser un desafío a una necesidad para ambos.
Detalles de la película
- Titulo Original: Il colore nascosto delle cose
- Año: 2017
- Duración: 115
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Opinión de la crítica
5.2
52 valoraciones en total
Aunque no es un machista de mucho tono, este hombre se muestra como machista, comportamiento adquirido en su formación vital, en su entorno. Bajo el machista siempre se encuentra un hombre débil (todos y todas tenemos debilidades, eso nos identifica con él). La debilidad de éste se va averiguando en la película, tras un inicio de hombre triunfador. Gracias al encuentro fortuito y a los primeros contactos, este hombre descubre a una mujer muy valiosa, muy fuerte, ante la que es capaz de descubrir sus debilidades y mostrarse sincero, sin la máscara que lo cubría en su situación anterior. El va a poder también ofrecer algo más que sexo a esta mujer, le va a dar un apoyo que le surge a él de forma muy natural, por primera vez en su vida encuentra que puede dar una compañía sincera a alguien, y eso le coloca en su verdadero lugar en el mundo. El, como criado en el machismo, se fija en la belleza indiscutible de esta mujer y se pone el reto de conquistarla a pesar de que no puede usar su propia belleza para hacerlo, sino su propia voz y su compañía. Sin embargo se encuentra con una mujer sorprendente, con muchísimas habilidades, que, claramente, le supera (a pesar de su discapacidad). Reconocer ante ella que una idea que tomó de ella le ha hecho triunfar en su trabajo nos da a los espectadores la sensación de armonía , de mutuo apoyo, que toda pareja verdadera tiene. De este modo esta historia de formación de una pareja (no solo una historia de amor ) descubre aquello que todos queremos ser en la vida: sinceros, auténticos y útiles. El amor mejora a aquél que lo ejerce.
Por otro lado, creo que el director entiende perfectamente y muestra todo aquello que hace que dos personas se unan, que no es ni el sexo solo (que también) ni el estatus social, sino esa comprensión profunda de uno a otro.
No me parecen en absoluto accesorias las historias secundarias, una (la hipovisual) pone humor a la cinta, la otra tragedia(la joven que aún no ha encontrado la fuerza), y la historia familiar aporta a la película una situación con la que muchos espectadores se pueden identificar, que consiste en conseguir poner de acuerdo un pasado que se quiere olvidar y que se dejó en plena juventud, con un presente de madurez y reconciliación.
Las historias vitales de cada uno de los protagonistas, tanto principales como secundarios, se comprenden perfectamente y son muy reales. Todos hemos conocido personas con alguna de esas circunstancias (o incluso las hemos vivido), esto le da a la película algo de cotidiano, de normal, que es muy de agradecer, me recuerda al punto de vista del neorrealismo italiano. También me recuerda al neorrealismo la figura de la protagonista, sus rasgos físicos, su punto de misterio, su fuerte vitalidad, sus tragedias internas.
La fotografía en unos tonos cálidos aporta un punto de melancolía a la historia. Y la visión de Italia, donde se une la modernidad con las callejuelas, los taxistas amables, y la Italia profunda de bellísimos pueblos que parecen dormir en la edad media, una visión que muchas películas italianas nos hacen ver, no es un tópico, es una realidad que merece mostrarse una y otra vez. La ambientación, el vestuario y los detalles le dan naturalidad a la película, son actuales pero sin estridencias, en la línea de lo clásico si como clásico se entiende lo perdurable.
La interpretación es muy correcta, el actor está muy contenido, como impasible (a veces metido en un enredo de una forma un poco infantil, parece inmaduro por su falta de reacción), aunque muestra una tragedia interna (en esto y otros detalles se parece al triunfador director de cine de Cinema Paradiso). La actriz, que llena por completo la película, además de su encomiable trabajo para moverse como una persona ciega, tiene un encanto personal al que uno se rinde por completo, un encanto que no deriva solo de su belleza sino de su aplomo y su madurez personal. Son bellezas, son situaciones, de cuarentaañeros , un momento de la vida donde no todo se acaba (el mito de que se acaba la juventud a los cuarenta) sino que todo puede comenzar.
Es la primera película que veo que trata un amor en los cuarenta que no sea una bobada de color rosa. Es una de las pocas películas que veo en la que se muestra la formación de una pareja a partir de la sinceridad. Es la primera película que veo que muestra cómo es la vida normal de una persona discapacitada con ceguera, el trabajo del director y sus asesores ha sido encomiable, y ayuda a comprender y visibilizar esta circunstancia vital, en eso está en la línea de otras muchas películas que en los años recientes trata este asunto: la normalidad de personas que hasta tiempos muy recientes nos parecían muy diferentes, y que nos provocaban compasión. Ahora nos provocan admiración y nos hacen ver que tienen problemas como nosotros, y también aptitudes magníficas y encomiables, como seguramente las tengamos también los que no tenemos discapacidad . En realidad tienen hasta supercapacidades (véanse los detalles de cocinar, o también aquellos en los que saben si les estás mirando o intuyen los colores).
El Amor Contigo puede ser vista como una historia de amor, pero también como la crónica del encuentro entre dos seres lisiados a los 40 años, una mujer que sufre de ceguera y un hombre que no ha podido trascender la adolescencia y es incapaz de asumir compromisos. Esa pareja compuesta por Emma y Teo, están magníficamente interpretados por Valeria Golino y Adriano Giannini,
El film de Silvio Soldini se interna en un estrato de esta nueva sociedad cuyos protagonistas son los jóvenes viejos, hombres de 40 años que han estirado su adolescencia y parecieran haber alargado esa etapa de la vida casi indefinidamente. Estos adolescentes tardíos están signados por la acumulación, pero ese fenómeno parece no manifestarse necesariamente a través de los bienes materiales sino también de los años. Acumulan experiencia tras experiencia difiriendo el comportamiento adulto hasta donde se pueda.
La modernidad liquida es una figura del cambio y la transitoriedad: los sólidos conservan su forma y persisten en el tiempo. Los líquidos, por el contrario, son informes y se transforman permanentemente. La característica de los solido es la duración. La de lo líquido es la fluidez. Zygmunt Bauman es el autor de esta teoría en la que observa un fenómeno de tránsito en una modernidad que va de lo solido a lo liquido cambiándose los valores existentes transitando de lo estable y predecible a lo flexible y voluble, provocando una metamorfosis en la que todo se transforma rápidamente dando lugar a un cambio permanente donde el único valor perdurable que queda es el poder del dinero.
A nivel individual comienza a desaparecer el apego. El olvido y el desarraigo aparecen como condiciones de éxito en la nueva sociedad. Esto provoca en el individuo una mayor flexibilidad, fragmentación de intereses y sentimientos. Hay una necesidad permanente de estar listo para el cambio, ya sea de tácticas, compromisos o lealtades. Aparecen los miedos a las relaciones duraderas y el individuo llega a preguntarse cuál es la conveniencia de la relación que tiende a perpetuarse.
Emma es una mujer soltera, osteópata de profesión que ha quedado ciega en su juventud. Vive sola, es responsable, busca y se brida hacia los demás. Una noche va a un lugar para lo ciego, un boliche donde priva la oscuridad en el cual las personas se conocen, hablan y juegan sin poder verse el aspecto de cada una. Allí aparecerá Teo, casado sin hijos, que trabaja como publicista free lance, y conocerá a Emma. Teo se sentirá atraído de inmediato por ella, y como consecuencia de ello, tomará un turno para ser atendido en su consultorio. El romance estallará de inmediato.
Soldini se concentrará en la personalidad y en el devenir de Teo cuya procastinación es permanente. Él buscará siempre una excusa para zafar del compromiso. Y en consecuencia, irá delineando a ese adolescente tardío incapaz de tomar responsabilidades e ignorante absoluto de mal que es capaz de causar sobre los demás, ya sean seres queridos o compañeros de trabajo. Consecuencia de ello, el film resbalará hacia la comedia festiva y con ello perderá parte de la potencia de la crítica social que proponía en su principio.
No obstante ello, el film de Soldini se ve con agrado. Lejos está de la Comedia a la Italiana de los 60 y los 70, pero sí muy cerca de los films de Nanni Moretti sin llegar a su profundidad conceptual. No obstante ello, es indudable el interés social del film que describe a través de Teo al eterno adolescente que caracteriza a la sociedad que estamos viviendo. Una sociedad que paradójicamente requiere de una ayuda que nadie pide ni es capaz de resolver.
L’amore con té es la nueva película del director de cine y guionista italiano Silvio Soldini, recordado principalmente por la realización de Pan y tulipanes , aunque también podemos citar otras cintas del cineasta milanés como Sonrisas y lágrimas o Cosa voglio di più . Como ha sucedido en otras ocasiones, Soldini contó con la ayuda de Doriana Leondeff para la realización del guión.
L’amore con té trata sobre la historia de Teo (Adriano Giannini), un hombre de unos 40 años que trabaja como publicista y que no está conforme con la relación que mantiene con Greta (Anna Ferzetti), su actual pareja. Esto lo que lo lleva a tener a la par una amante, aunque la inconformidad en ese sentido está latente, teniendo Teo todos los rasgos clásicos de un mujeriego. Tampoco es buen ejemplo en lo que respecta al trato con su entorno familiar, manteniendo cierta distancia con su madre y los que serían sus hermanos, siempre con la excusa a mano para sostener esa brecha entre su familia de origen y Greta, y hasta pasando por alto la muerte de la actual pareja de su madre. En una actividad grupal realizada a oscuras conoce a Emma (Valeria Golino), una osteópata, que quedó ciega en la adolescencia, que captará inmediatamente su atención, y de quien progresivamente se irá acercando, sumido por el interés. Quizás la diferencia de personalidades sea lo que justamente refuerce el vínculo que se irá gestando entre ambos, y sea lo que Teo necesita para encarrilar su vida, que no parece tener una clara dirección.
No podemos negar que la historia de L’amore con té presenta un interés genuino, y en su parte inicial plasma algunos de sus mejores momentos, cruzando fragmentos dotados de comicidad, con pasajes en donde el dramatismo está fuertemente presente, funcionando acordemente durante sus primera media hora y poco más. Pero tampoco podemos pasar por alto que Silvio Soldini va perdiendo el pulso, y llegando a la mitad del filme la historia por momentos entra en una meseta, presentando momentos carentes de relevancia, y que estiran más de lo debido el metraje. Quizás una de las fallas sea la falta de desarrollo de algunos personajes, que pese a ser secundarios merecían más profundidad en lo que respecta a sus vidas, o de narrar pasajes de cierto índole romántico entre Teo y Emma que resultan innecesarios y le hacen perder fuerza a la cinta, en lugar de otros que podrían nutrir en mayor medida todo la coyuntura que atraviesan los protagonistas. Las actuaciones tanto de Giannini como de Golino están en un punto considerable, siendo de los elementos mas firmes. El cineasta italiano presenta particularidades que quizás formen parte de un estilo marcado en el retrato de sus personajes, que hacen que esta producción, como otras anteriores sea ciertamente llevadera, pero lo que hace perder ciertamente parte del interés en L’amore con té es quizás no ahondar en las zonas más aconsejables.
Desde Italia nos llega este drama romántico que gira en torno a dos personas maduras que están a vueltas con la vida. Ambos arrastran traumas del pasado que condicionan su relación y que iremos conociendo superficialmente a lo largo de la película, aunque más de él que de ella.
Precisamente, el personaje que interpreta Valeria Golin, de un modo natural y desenfadado, es el que ofrece los mejores momentos, tiernos a la par que sobrecogedores, en una película, que aún resultando un tanto predecible, despierta el apego suficiente con el espectador para mantener nuestro interés por los acontecimientos hasta el desenlace.
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