Academia Rushmore
Sinopsis de la película
Max Fisher (Jason Schwartzman), un alumno de Rushmore, una de las escuelas más prestigiosas del país, es el editor del periódico escolar y el capitán y presidente de numerosos clubs y sociedades, pero también es un pésimo estudiante que está siempre al borde de la expulsión. Max se enamora de Miss Cross (Olivia Williams), una joven y encantadora profesora, pero su cortejo peligra porque el señor Blume (Bill Murray), padre de dos compañeros de clase, intenta también conquistarla.
Detalles de la película
- Titulo Original: Rushmore
- Año: 1998
- Duración: 93
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Opinión de la crítica
Película
6.8
69 valoraciones en total
Rushmore gira en torno a tres personajes. Max Fischer (Jason Schwartzman, sobrino de Coppola, en su debut en el cine), un quinceañero de familia humilde estudiante de la prestigiosa Academia Rushmore, colegio de gente privilegiada al que accedió con una beca y donde disfruta de una posición notable gracias a su pasión por las actividades extraescolares. Una cita de Jacques Cousteau escrita en un libro de la biblioteca le lleva a conocer a la señorita Cross (Olivia Williams), profesora de Rushmore de la que se enamora, sin querer aceptar la imposibilidad de su relación por la diferencia de edad. El último en discordia es Herman Blume (Murray, un magnate industrial padre de dos alumnos de Rushmore que vive en crisis totalmente desencantado con su vida y su familia, y que encuentra en Max un amigo con quien compartir miserias y, poco después, el amor por la misma mujer.
Bajo esa apariencia de comedia romántica de instituto, el guión (del propio Anderson y el actor Owen Wilson) desarrolla una profundidad y emocionalidad enorme gracias básicamente al desarrollo de esos tres personajes, y sobre todo de sus respectivos intérpretes, destacando a un enorme Bill Murray, que consigue llevar toda la desesperación y angustia de un hombre atrapado en su vida a su rostro, y Olivia Williams, con un personaje absorbente y frágil cuyo encanto detona la relación entre los protagonistas. En medio Max Fischer, viendo cómo su mundo (su Rushmore) se desmorona y se obligado a pasar a la madurez a base de palos, olvidando sus sueños y grandes aspiraciones y aprendiendo que a veces hay que conformarse con lo que tenemos. Todo envuelto en un estilo soberbio que hace de la película un festín visual lleno de preciosos movimientos de cámara, el uso magistral de la cámara lenta (¿por qué se usa tan poco en la actualidad?) y una banda sonora llena de temazos de la British Un ejemplo de comunión entre diversión, belleza, profundidad e inteligencia que sólo unos pocos elegidos logran.
Antes de nada quiero decir que el humor del señor Anderson me parece interesante. Complicado y extraño, pero tremendamente rabioso. Aquel que no disfrutara con cualquiera de sus películas no creo que lo haga en un futuro. Parece mantener la misma línea en su trayectoria, y por mí, que siga así. Anderson le puso narices y junto con su amigo y actor Owen Wilson escribe guiones originales, desenfadados y sobre todo marcados para una marginación y exclusividad de una sociedad de consumo en cadena.
En Academia Rushmore hace gala de esta excentricidad. A manos de un Jason Schwartzman magistral, despliega todo su oficio de contador de historias. Porque Wes Anderson no es más que un contador de cuentos. Extraños sí, pero visualmente portentosos.
Su director cuida mucho la planificación de las escenas, utiliza una banda sonora (como siempre) fantástica que acopla perfectamente con la historia y envuelve sus estrambóticos personajes en un ambiente que hasta nos son identificables.
Este rarito realizador se junta con actores que son llamados poco expresivos: el propio Jason Schwartzman, un impávido Bill Murray o un frío Luke Wilson, pero lo cierto es que Anderson consigue sacar mucho jugo a esas caras sin muecas.
No es su mejor trabajo pero sigue siendo un ejercicio loable e inclasificable.
En primer lugar, hay que tener en cuenta que esta pequeña joya cinematográfica no es una comedia al uso. Deberíamos hablar más bien de realismo mágico: es una maravillosa fábula, dónde todo pertenece a la vez al mundo real y a una especie de sueño, dónde unos increíbles y entrañables personajes llenos de originalidad, ingenio y vitalidad, hacen que vuelvas a contemplar tu propia vida desde una óptica diferente, con un renovado amor en el empeño humano de ir contracorriente y con una nueva visión (no por diferente menos legítima y real) sobre sentimientos tan trillados como el amor, la amistad, la ambición,o los sueños a conseguir.
Todo es perfecto es esta película: todos y cada uno de los secundarios, la dirección, la fotografía, la banda sonora…y sobre todo la sensación de estar viendo cine que nunca se ha hecho antes. Si te sumerges en ella, te conquistará.
PD: Esta película se merece un Oscar tan sólo por las miradas que entrecruzan los personajes…
Segunda comedia marciana de Wes Anderson donde el realizador que saltó a la fama (y, a su vez, fue lapidado) con Life aquatic, demostró todo el talento que poseía, más que para realizar guiones de lo más interesantes y nada lineales, para trasladar las imágenes a la pantalla de modo sutil pero extravagante y cómico al mismo tiempo. Muestra de ello son algunos momentos como el del coche o el chivatazo, donde son patentes algunos guiños al cine negro, por ejemplo.
Los personajes, más que poseer hendidura dramática (aunque en algún momento sí rocen la fibra de uno mismo y consigan secuencias de un brillo y una intensidad próximas), resultan entrañables por algunas de sus situaciones, diálogos o momentos en pantalla.
No hay que desmerecer tampoco el trabajo actoral (aun y estando sujeto a la labor de Anderson como confabulador de instantes de gran hilaridad) que consigue, a través de sus dos protagonistas, Bill Murray -muy atinado- y Jason Schwartzman -grandioso el papel que ofrece-, conducir a la perfección las andanzas de esos personajes que algún día fueron artífices de los enseres de Academia Rushmore.
Además, este trabajo nos habla sobre la persecución de los sueños, así como de la amistad y la competencia que puede surgir a través de las distintas situaciones y el desarrollo de los hechos que se van aconteciendo en la vida de cualquier persona.
Por cierto, otra imprescindible BSO nos regala Anderson aquí. Amén de un espléndido final.
Para cualquiera que haya estado enamorado de alguien y no haya sido correspondido, para cualquiera que haya tenido un amigo al que haya tenido que ayudar en momentos dificiles, para cualquiera que haya estado en un instituto o colegio, para cualquiera que haya perseguido alguna vez una meta imposible, para cualquiera que haya temido los cambios y no haya querido madurar por miedo al futuro, para cualquier persona que haya sido joven alguna vez…
Para todo ellos, aquí tienen Academia Rushmore…Disfrutenla