7 días de enero
Sinopsis de la película
Reconstrucción de los trágicos acontecimientos ocurridos en España en el mes de enero de 1977: el atentado de un grupo de ultraderecha contra un despacho de abogados laboralistas de la calle Atocha, vinculados al Partido Comunista, en el que murieron cuatro letrados y un administrativo y quedaron malheridos otros cuatro abogados. La matanza fue reivindicada por La Triple A (Alianza Apostólica Anticomunista) y fue el suceso más grave ocurrido en la llamada Transición española.
Detalles de la película
- Titulo Original: 7 días de enero aka
- Año: 1979
- Duración: 128
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Opinión de la crítica
Película
6.3
90 valoraciones en total
Estamos ante una gran película que pasó con disimulo por las carteleras españolas.
Esta película narra de manera brillante uno de los episodios más negros de la transición española y de nuestra democracia (una democracia que estaba en sus albores): los asesinatos cometidos en un despacho de abogados laboralistas de Madrid en 1977.
Estamos ante un trabajo hecho con tacto y mesura, un trabajo con estupendas actuaciones y una banda sonora escalofriante, todo ello aderezado con los personajes más singulares y característicos de aquel tiempo: policías de dudosa calaña con gomina, Ray-Ban y gabardina incorporadas, ultraderechistas con traje, corbata y guante blanco, sindicalistas humildes y luchadores y comunistas abnegados de amplio mostacho foquero.
Yo destacaría al líder sindical Joaquín Navarro (que se interpreta a sí mismo), un hombre capaz de levantar a todo un país con su voz elocuente, Jose Manuel Cervino con su rostro patibulario capaz de matar a sangre fría al más pintado y a una inocente Virginia Mataix (novia de un joven burgués derechista) la cual ya empezaba a despuntar ante una cámara y de hecho sería en el futuro la eficiente colaboradora del incombustible Jordi Hurtado en Si lo sé, no vengo .
No me resisto a comentar tres momentos épicos de la película: 1.Julián (el de Barrio Sésamo): que interpreta a un camarada fascista para pasar a ser en el futuro un honorable kiosquero de barrio idílico. 2.El cojo: dueño de un restaurante murciano de homónimo nombre el cual exhibía 3 medallas de dudosa procedencia y 3.Pedro J.Ramírez: al cual se le observa escribiendo en una rueda de prensa cual amanuense responsable.
Aunque sobre todo destacaría la enorme tensión que se vive en la escena principal y las imágenes reales de archivo que están brillantemente integradas en la película.
Pero amigos, esto es más que una película. Es un homenaje a la democracia, a la libertad y al pueblo soberano que empezaba a dejar atrás una etapa llena de aislamiento y oscurantismo.
Con la matanza de Atocha, un grupo de ultraderechistas intentó volver al pasado y reabrir las heridas causadas por el régimen franquista y que ya estaban cicatrizando. Intentaron dividir de nuevo a España entre izquierdistas y derechistas, rojos y azules, tirios y troyanos. Quizás hubiésemos estado ante la antesala de una nueva guerra civil pero el pueblo español ya estaba cansado después de 40 años infernales y ansioso por recuperar la paz, la libertad y la unión de todos.
Echando la vista a la hemeroteca y viendo películas como ésta sólo se me ocurre recordar al ilustre Julio Anguita el cual afirmó tras la muerte de su HIJO: Malditas sean las guerras y los canallas que las hacen . Por vergüenza torera hay que estar de acuerdo con él.
Esa frase debe imperar ahora y siempre para que no se repitan más 7 días de eneros ni 18 de julios.
Semidocumental sobre la semana más sangrienta y difícil de la Transición en Madrid, en la que se sucedieron varios desórdenes públicos y atentados terroristas, cuyo momento más destacado fue el asesinato de los abogados laboralistas afiliados al entonces ilegal PCE, lo cuál propició la primera manifestación masiva autorizada de la izquierda en muchos años.
Rodada con rigor informativo, mezclando imágenes de archivo reales con escenas ficticias y con la calidad de un gran director como es Bardem, la película puede servir de documento histórico a quienes nacieron en esas fechas o posteriores para que puedan observar los tiempos difíciles que se vivieron en España.
Aunque me parece un gran trabajo, digno de ocupar un lugar entre las mejores películas basadas en la historia reciente, podemos colocar en el lado negativo de la balanza el decaimiento del ritmo a partir del momento central de la trama. Tal vez un cuarto de hora menos de largometraje habría hecho mucho más digerible al conjunto.
A destacar un par de curiosidades: Joaquín Navarro haciendo de sí mismo (tiene más madera de sindicalista que de actor, no cabe duda) y el malote que dispara a cara descubierta, José Manuel Cervino, a quien casi 30 años después galardonarían con un Goya al mejor actor de reparto por su actuación en Las 13 rosas.
Antes de comentar la película, creo que no es necesario recordar que cualquier persona de bien, entre las que me cuento, rechaza y repudia aquella matanza aberrante que no tiene disculpa alguna. Perpetrada por unos fanáticos de la ultraderecha. También debo reconocer mi admiración absoluta por Juan Antonio Bardem como cineasta, su honestidad más allá de su ideología que siempre defendió, aunque su carrera cinematográfica me parece irregular, tiene grandiosas películas que están en la mente de todos, especialmente de su primera época. Resulta paradójico, en mi opinión, que su mejor cine lo hiciera durante la dictadura, y sin embargo cuando llegó la democracia no consiguió filmar nada parecido en calidad a lo anterior. Demostrándose una vez más, que cuantas más dificultades encuentra el artista, más se agudiza su ingenio y talento para superar las dificultades. Para expresar lo que se pretende, ya sea mediante la metáfora o la fábula social.
Evidentemente el planteamiento teórico de Bardem como militante del PCE, era aprovechar las contradicciones del sistema capitalista en el que él trabajaba para luchar por una sociedad socialista, algo que a día de hoy, sólo se mantiene en países donde no existen libertades y donde abunda la pobreza. El cineasta trata de hacer en principio una película que refleje de alguna manera aquella semana negra de finales de Enero del 77. Enseguida se produce un desplazamiento: lo que se presentaba como una reflexión política sobre un conjunto de hechos, se transforma paulatinamente y se centra sólo en uno de los hechos, el que más directamente afecta al PCE y a CCOO. Sobre los crímenes y secuestros que estaban ejecutando los grupos o bandas de la extrema izquierda, tanto el GRAPO como la ETA, no se alude apenas, quedando como simple anécdota de noticias.
De esta forma, dando absoluta prioridad a la matanza de Atocha, se modifica el sentido de los acontecimientos, y en el mejor de los casos se transforma el pretendido análisis político en un homenaje a los 5 compañeros asesinados en el bufete de abogados laboralistas y a la serenidad de los asistentes al entierro, evitando así un posible golpe de estado militar. El cineasta busca el impacto emocional en el espectador, y para eso todos los medios son lícitos, manipulando a base de falsa espectacularidad y forzada emotividad, convirtiéndose en una trama maniquea entre malos y buenos, la derecha representada por ultras asesinos y la izquierda por ciudadanos víctimas de la violencia salvaje de los fachas. Algo demasiado simple y burdo.
Y es que la emoción impide la reflexión, la forma en que nos muestra la vil matanza, nos condiciona sobre la valoración histórica en general y así mete las imágenes tristes y conmovedoras del entierro que nos deja acongojados. Por otra parte, el aspecto técnico y artístico no me parece de lo mejor del cineasta, puede que por eso no la seleccionaran para Cannes, siendo una coproducción franco-española, a pesar del disgusto de Bardem. En todo caso el resultado del film me parece muy discutible. Cuanto más reflexiono sobre esa época, más valoro el mérito del presidente Adolfo Suárez, que en plenos acontecimientos convulsos tuvo las agallas de legalizar al PCE, firmar los Pactos de la Moncloa y que el tiempo se está encargando de darle el mérito de gran político que merece.
El cine militante de Bardem tiene en este título la demostración más inmediata y necesaria, al relatar en celuloide (mezclando los hechos reales y el documento con la ficción), al año después de los sucesos, la llamada semana negra de Madrid, sin duda alguna, los momentos más difíciles y trágicos para la endeble transición española a la que la ultraderecha (siempre ventajista, siempre repelente) intentó asesinar con una sucesión de hechos violentos, culminados en la terrible matanza de los 4 abogados y un administrativo de la calle Atocha, quedando heridos otros cuatro, todos ellos militantes de un todavía ilegalizado PCE. Este hecho fue el que produjo la sublevación popular contra la rancia, trasnochada y reaccionaria ultraderecha franquista, contra esos hijos de papá repeinados, contra su facha de indiscutibles fachas. Bardem hace un buen retazo de ellos y de las condiciones y circunstancias que les rodeaban para impulsarlos a la barbarie (parte de ficción) y a la vez intercala la parte real (las imágenes documentales) con acierto.
Así pues, un buen documento sobre un momento clave, trágico y a la vez hermoso (por las consecuencias posteriores) para nuestro país y por extensión una película necesaria en ese momento y todavía hoy. Y es que lo de Patria (concepto amamantado por la ultraderecha, de absoluta demagogia y que me provoca el rechinar de dientes cada vez que lo escucho, más teniendo claro que ¿quién sino ellos, han hecho y están haciendo hoy más daño que nadie a la Patria ?) me da una espantosa grima.
Es fascinante. Perfectamente narrada con un ritmo que recuerda a Chacal de Fred Zinneman. Una de las mejores películas de Bardem junto con Muerte de un ciclista y la serie Lorca, muerte de un poeta . En el clima que Juan Antonio consigue alcanzar durante el filme, podemos apreciar en el joven personaje principal a un terrorista de ultraderecha poco convencido con sus ideas y sobre todo con la de matar para imponerlas. Pero entre unas cosas y otras, la presión de la madre, la de sus compañeros o incluso la presión del propio clima de aquella España no tan lejana en la que la legalización del partido comunista estaba próxima, hace que le manipulen la mente y que sea un títere más de aquella España. Con todo ésto, Bardem nos muestra que nuestros ideales, en su mayoría, no son originalmente elegidos por nosotros.