3 corazones
Sinopsis de la película
Marc pierde su tren para volver a París y conoce a Sylvie. Vagan hasta la noche, hablando de todo, excepto de ellos mismos, en completa armonía. Cuando Marc se va, acuerdan encontrarse unos días más tarde. Sylvie acude a la cita pero Marc no. Mientras, Marc conoce a otra mujer, Sophie, sin saber que es la hermana de Sylvie. Marc y Sylvie volverán a verse, recuperando su conexión, aunque será demasiado tarde.
Detalles de la película
- Titulo Original: 3 coeurs aka
- Año: 2014
- Duración: 106
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Opinión de la crítica
Película
5.5
21 valoraciones en total
La anterior película de Benoît Jacquot es El adiós a la reina, aquel drama de época que decidía enfocarse en la relación de María Antonieta con la Condesa de Polignac. Con 3 corazones también apuesta al melodrama dramático, ya situado en nuestros tiempos.
Benoît Poelvoorde es Marc, un inspector que queda una noche varado en un pueblo del interior de Francia. Allí conoce a Sylvie (Charlotte Gainsbourg) y pasan la noche juntos paseando para decidir luego volver a verse en Paris. Sylvie sabe que ese encuentro no fue casual, que es una oportunidad que no debería dejar pasar y abandona a su pareja para irse con él. Pero, otra vez el destino jugando, si bien Marc en ningún momento deja mirar el reloj porque en ningún momento deja de pensar en ella, entre un percance del trabajo y un infarto, no logra llegar a la cita.
El tiempo pasa, Sylvie se va a vivir a Estados Unidos con su pareja (con quien vuelve llorando devastada tras la decepción amorosa) y acá quedan su madre (Catherine Deneuve) y su hermana inseparable Sophie (Chiara Mastroianni), quien se encuentra de repente sola a cargo del negocio familiar, un local de antigüedades. Tras un problema con los impuestos, algo que ni siquiera termina de comprender, Sophie conoce a Marc, quien la ayuda con los libros contables del negocio. A partir de ahí, es Sophie la que deja a su pareja para empezar una vida nueva con Marc.
La película de Jacquot es un melodrama elegante, que no cae en los lugares predecibles del género, pero sí se convierte en una tragedia griega (con una voz en off incluso que funciona como narrador al mejor estilo griego). El principal dilema que sufren los protagonistas es el de decidir entre lo que dicta su corazón, y lo que le corresponde al deber. Ser egoísta y vivir lo que anhelan lastimando a gente en el camino, o sufrir en silencio para que nadie más salga herido. Pero estos tres corazones a los que alude el título son frágiles.
El film también apuesta al thriller, al suspenso de no saber nunca qué va a suceder. Y esto lo intensifica con una banda sonora por momentos casi invasiva, pero que sin duda nos sitúa en ese tono casi de terror. Porque lo que ellos viven, es casi de terror. La ilusión de un amor que rápidamente se esfuma y luego se convierte en algo totalmente prohibido.
Cada uno de los cuatro protagonistas está muy bien en su personaje, pero sin duda quienes más se destacan son los dos que se enamoran de manera inmediatamente. Gainsbourg y Poelvoorde, que tienen que lidiar todo el tiempo con lo que sienten, mantener una expresión firme que no permite vislumbrar lo que realmente les pasa.
Elegante, doloroso, permitiéndose hasta jugar con un ¿qué pasaría si…? que rompe el corazón, pensar en cómo podrían haber sido las cosas si el destino hubiese sido menos perverso, 3 corazones es un melodrama bello, que no cae en lugares comunes, que no se queda en el simple triángulo amoroso, aunque no puede evitar caer en algunas casualidades forzadas que de todos modos no le restan mérito a este drama personal.
visiondelcine.com
Hola. Bienvenido/a. Siéntese y relájese. Está asistiendo a la primera reunión de la agrupación de ayuda Cine de Aburguesados y Melindrosos Anónimos (CAMA), ¿le gustaría eliminar la dependencia que tiene del amor y que le acompaña desde que sus hormonas explosionaron descontroladamente? Hágase las siguientes cuestiones: ¿sufre porque no se siente amado/a y es el mayor problema en su vida? ¿No ama a su pareja, pero no es capaz de dejarla hasta que ya tiene otra nueva? ¿Su vida gira en torno al amor, hasta el punto de que en lugar del amor usted hace el daño, incluso a los hijos que ha traído al mundo? ¿El amor es una selva, sus parejas son lianas y usted se cree Tarzán? ¿Cree que le ayudan los libros de autoayuda? Ha venido al lugar indicado. Desde aquí, vamos a apoyarle para que pueda enfrentarse a su incapacidad para estar solo/a (un tiempo) y a procurar que no sea usted tan afectado/a. Veamos cómo afrontar estos problemas: resolución de conflictos.
Para ello, vamos a ayudarnos de 3 corazones, la última película de Benoît Jacquot, que aquí se rodea de grandes actores para suplir la falta de empaque y el exceso de pretenciosidad de su historia. Los 3 corazones a los que hace referencia el título son Marc Beaulieu, interpretado por el actor Benoît Poelvoorde, Sylvie Berger, a quien pone rostro(s) Charlotte Gainsbourg y por último Chiara Mastroianni en el papel de Sophie Berger. Acompaña al reparto principal una desaprovechadísima Catherine Deneuve haciendo de madre de Charlotte Gainsbourg y de Chiara Mastroianni, ésta también hija en la vida real y otrora esposa de Benjamin Biolay, cantautor conocido en sus inicios como el nuevo Serge Gainsbourg, padre de Charlotte (anécdotas).
Casualidades de la vida que nos unen a todos, ¿no? Bien, pues sobre esta premisa se sustenta 3 corazones. Marc es un inspector de Hacienda que pierde el último tren con dirección a París y tiene que quedarse a dormir en una pequeña ciudad de las afueras, allí se fijará en Sylvie, durante esa noche entablarán una relación basada en silencios y cigarros y el amor surgirá tras unas pocas horas. No se dan nombres ni teléfonos, a pesar de lo cual presuponen que ambos están hechos el uno para el otro, que son una luz de esperanza en sus vidas. Por eso, antes de decirse adiós desde el andén, deciden volver a verse en París, pero una suerte de infortunios devienen en un plantón y la decepción se hace patente. Pocos días después, el azar hará que Marc y Sophie (hermana de Sylvie) se encuentren en el edificio en que el primero trabaja, ella llora, él respira con dificultad, son tal para cual. Una ayuda contable que enamora, luz al final del túnel, ruptura con el presente, el futuro ya está aquí y en él se encontrarán todos, inseparables.
Un relato imperfecto y falto de verdadera emoción en el que la alegría no interesa, por eso cuando ésta se da, una voz en off nos explica lo obvio para así poder regresar al drama romántico con premura. La tensión se busca de forma constante durante toda la cinta, enfatizada por una repetitiva y afligida melodía, un tanto machacona, que cada vez que suena parece que vaya a ocurrir un asesinato.
3 corazones no funciona, y no porque los dos principales personajes sean unos egoístas —está en nuestra naturaleza—, ni porque un hombre de 47 años se enamore en menos de cuatro días de dos mujeres y de la segunda mientras aún busca a la primera —nos gusta enamorarnos—, sino porque las situaciones que se dan, tanto positivas como negativas, en sus vidas, parecen escritas con demasiada prisa, lo que le interesa al director es el conflicto, los corazones rotos (siempre que sea de los tres primeros, a los demás personajes que les zurzan). Lo aceptamos, pero además pretende que nos interesen y nos caigan bien personajes que rompen con sus parejas en mitad de una película en el cine —eso no tiene perdón, salvo que estés viendo Transformers 4—, o las abandonan sin mediar palabra.
No me he creído a estos atormentados y dependientes corazones, no me he creído sus encuentros y desencuentros imprevistos, su pasión, pero sobre todo, no me he creído que Sophie no piense que su marido es un psicópata, porque si se presta atención, siempre que le mira, él hace una mueca (ni llega a sonrisa) con la que intenta ocultar sus verdaderos pensamientos. A mí me daba miedo (y más con esa banda sonora).
Pero no nos olvidemos de lo más importante, lo que mencionábamos al inicio de esta reseña. Usted ha venido a la CAMA para encontrar la solución a sus problemas amorosos y gracias a 3 corazones, aquí la tiene: si es usted un hombre, pierda trenes, pero sea puntual, en cambio, si es mujer, si conoce a alguien porque pierde trenes, procure no impacientarse porque sea impuntual.
Sin duda, no es la mejor película de Jacquot, pero es una magnífica película. Los dos protagonistas son seres instintivos, de ahí su coincidencia inicial, seres que no se gustan en los espejos ni se muestran cómodos en las pantallas o en las fotos, seres que si aman, aman de verdad.
Los temas irracionales de la buenísima filmografía de Jacquot se hallan presentes, la casualidad permanente, el azar desgraciado, la infelicidad del animal humano, la tentativa permanente de suicidio, la trangresión de las normas sociales. La sociedad (aquí una ciudad de provincias) presentada como cárcel: boda, comidas familiares, alcalde corrupto, etc. Y contra todo esto la pasión de dos seres libres.
Sin duda, una película desconcertante, valiente, fiel a la gran escuela francesa que no siente ninguna vergüenza en desnudar cuerpos y sentimientos, fiel como siempre a la escuela de la carne.
François Truffaut ya retrató la historia de un trío amoroso y las consecuencias que conlleva para el protagonista jugar a dos bandas. Lo hizo con La piel suave en un melodrama que trataba sobre la infidelidad de un hombre a su mujer con una azafata. Benoît Jacquot toma prestados algunos elementos de su compatriota francés pero se acerca más en cierta medida a Match point, de Woody Allen. Amor pasional, engaños, casualidades y la locura son algunos de las piezas también presentes en la obra del neoyorquino.
La película ya comienza poniéndonos las cartas sobre la mesa cuando el protagonista pierde el último tren que parte hacia París y conoce a Sylvie (Charlotte Gainsbourg). Tras pasar una noche caminando sin parar, deciden quedar al día siguiente, pero otra casualidad hará que se separen al igual que se conocieron. Tras quedar decepcionada y dolida, se marcha a Estados Unidos con su novio al que apenas quiere. Casualidad o causalidad esto hará que Marc, inspector fiscal, conozca a la hermana de Sylvie (Chiara Mastroianni) debido a unos problemas con los impuestos. Esto se desembocará en una relación amorosa que acabará en un matrimonio con un hijo.
El azar también hace que Marc tarde bastante en saber que está casado con la hermana de Sylvie, ya que cuando está a punto de conocerla, surge un imprevisto. Será también fruto de la casualidad cuando se dé cuenta de con quién está casado (el mechero como elemento trágico).
La película tiene distintas fases de evolución, pues pasa del melodrama clásico al drama/thriller psicológico. A la vez que asistimos a una tierna historia de amor, también estamos presentes en un relato que se va cargando más y más de intriga hasta que explota por todos los costados y desata una tragedia digna del teatro griego. La atmósfera se empieza a condensar desde bien temprano una vez que nos damos cuenta de los problemas de corazón que tiene Marc cuando se pone nervioso. Este estado de ahogamiento se va a ir aumentando con el tema de los fallidos encuentros entre el protagonista y Sylvie, y ya vamos a estar dentro de un ambiente casi irrespirable en el momento que estén cara a cara por primera vez.
La película se cuenta de una manera elegante y se acerca a Truffaut a la hora de llevar a cabo la historia. De esta forma, hace uso de la elipsis, los fundidos a negro y de una voz en off que nos va resumiendo el progreso de los acontecimientos. Además, también hay presentes algunos zooms rápidos que utilizaba mucho el director francés en sus películas.
La banda sonora ayuda mucho a crear el estado de nerviosismo debido a que en la mayor parte de la película coge un tono hitchcockiano dando un aire misterioso a todo lo que le rodea. La película, y el protagonista, se contiene como buenamente puede y eso provoca que el espectador esté atento y avivado en las escenas donde todos los personajes coinciden.
El problema viene quizás a los demasiados momentos forzados que derivan en las casualidades y que provocan artificialidad en un relato que se estaba construyendo de una manera realista. Junto con esto, la subtrama que tiene que ver con el escándolo político se queda a medio camino y no sé entiende muy bien el motivo por el cual se incluye.
Quitando el trío protagonista, que aprueba con creces, Catherine Deneuve siembra incertidumbre en el desarrollo de su pequeño papel. En la teoría se va dando cuenta de todo lo que pasa, pero en la práctica no conseguimos plenamente apreciar los momentos donde es consciente del engaño. Al final, queda como un elemento impuesto para que la historia llegue a su fin.
https://cinedeautorblog.wordpress.com/2015/10/15/106/
Benoît Poelvoorde es actualmente uno de los actores más prolíficos del cine europeo. Sobretodo en comedia, un género que domina perfectamente, en el que se siente como pez en el agua y que hace disfrutar como nadie -a mi al menos-.
Últimamente lo ha vuelto a demostrar en El nuevo nuevo testamento, dando vida a un Dios atípico y, anteriormente, en brillantes películas como Nada que declarar o La bici de Ghislain Lambert. También ha dejado patente su calidad en otras comedias más suaves y con tintes románticos como Tímidos anónimos, pero es con 3 corazones, de Benoît Jacquot (Villa Amalia, Adiós a la reina), donde cambia de registro para lanzarse a los brazos del melodrama. Con peor suerte, eso sí, que en sus anteriores trabajos.
el director y guionista galo nos engaña al intentar hacernos ver que todo es producto del azar: el primer encuentro de Marc y Sylvie, la aparición de Sophie y el posterior y tórrido romance entre el inspector de Hacienda, ya como padre de familia, y la mayor de las anticuarias. Sin embargo todo está premeditado y provocado. No hay nada casual. Y esa mentira se va esfumando a medida que avanza la historia, que deja claro que donde caben dos, no caben tres.
Salvo Poelvorde, que en algunos momentos saca esos tics cómicos que no puede controlar entre la angustia que le provoca decidirse entre una hermana y otra, el resto del reparto -Catherine Deneuve pasaba por allí- carece de credibilidad. Dos personajes, los de Charlotte Gainsbourg y Chiara Mastroianni, inexpresivos y sin carisma. No pegan en ningún momento con el actor belga y eso lastra a la ya de por sí mermada película.
Como en otros triángulos amorosos que ha visto el séptimo arte -Sabrina, Match Point, Los chicos están bien o Renoir-, se presupone una cierta intriga que capte nuestra atención antes de deshilachar la madeja argumental por completo. Pero 3 corazones no conserva ese contrapunto entre el melodrama empalagoso y el thriller psicológico. El director, además, se precipita en la resolución del conflicto, donde ya no sabemos si todo ha sido ficción o realidad y si de verdad se produjo el encuentro o no. Un especie de cierre del círculo que se deja mucho por el camino.
Preguntas que no llevan a nada salvo al enredo constante, sin contar nada interesante y únicamente dejando en el aire esa moraleja archiconocida de todo lo que puede pasar si coges o no un tren. Y entre tanta pregunta pocas respuestas y muchos huecos espacio temporales. Vacíos argumentales -y conflictos con el alcalde que no pintan mucho- que no hace si no constatar la flojedad de una película con buenos ingredientes y muy mala mezcla.
Más datos sobre esta y otras películas en el blog: http://argoderse.blogspot.com.es/