143 rue du désert
Sinopsis de la película
En mitad del desierto del Sáhara algerino, en sus ratos muertos, una mujer trata de escribir su historia. Mientras tanto, da la bienvenida a todo aquel que quiera disfrutar con ella de un cigarro o de algo de comida, tanto si son camioneros como viajeros. Su nombre es Malika.
Detalles de la película
- Titulo Original: 143 rue du désert
- Año: 2019
- Duración: 100
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Opinión de la crítica
Película
6.7
100 valoraciones en total
Hassen Ferhani encontró un diamante en bruto en mitad de la nada, donde la vida de transportistas y viajeros se cruza con la de la imperturbable reina del desierto .
Malika es una anciana que regenta la única cafetería que se puede encontrar en kilómetros en la N1, una de las carreteras que cruza el desierto del Sahara en la zona argelina. Su única compañía diaria son sus dos perros y su gata Mimi, así como la de aquellas personas que en su transcurso laboral o de ocio, encuentran un oasis de paz y descanso para tomarse un té al lado de este pozo sin fondo de erudición.
En sus cien minutos, Ferhani muestra, a través de una fotografía aséptica y estática pero cercana y sincera, todos los silencios y miradas perdidas que la protagonista alberga día tras día en un entorno rodeada de hombres que la admiran y la cuestionan a partes iguales. Nos ilustra que todas esas omisiones de palabras también es un idioma universal: el de las mujeres mayores, a quienes se les suman los dogmas de una religión que, como todas, enseñan a oprimir, callar y rezar.
Aún así, Malika aguarda en su mundo de vacío un humor inaudito y un portento digno de todos y cada uno de esos silencios. No es un documental lento, es real. La soledad no dirige la rapidez de la cotidianidad, aunque Malika sí ha abanderado y educado la mía.
La verdad es que estoy acostumbrada a films pausados y minimalistas, a slow-cinema incluso, pero este documental, por la situación topográfica del lugar del que traza un fresco, por la monotonía de la vida de las personas que lo protagonizan, por cómo son las conversaciones en árabe, que repiten una y otra vez las mismas cosas con pequeñas variaciones, sin llegar a más que un intercambio cortés y formal, etc., este documental se me ha hecho inacabable, adelantaba algunas escenas pero seguía sin encontrarme ninguna que fuera de verdadero interés, y es una lástima porque la fotografía es muy buena y la idea, la historia, también. Puede que también dependa del momento y el estado de ánimo del espectador, ya que a mucha gente películas como Jeanne Dielmann, de Chantal Akerman, o El caballo de Turín de Béla Tarr, se le hicieron infumables y yo las disfruté mucho. Echo de menos una cierta dramaticidad que sí existe en esos films, por lo que creo no estar preparada para un slow documental.