Zalacaín el aventurero
Sinopsis de la película
Vascongadas, Tercera guerra carlista (1872-1876). Narra las andanzas de Martín Zalacaín, un joven nacido en Urbía, valiente y amante de la libertad, así como la historia de sus tres grandes amores. Se basa en la novela homónima de Pío Baroja, y el narrador es el propio escritor.
Detalles de la película
- Titulo Original: Zalacaín el aventurero
- Año: 1955
- Duración: 95
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Opinión de la crítica
Película
5.4
40 valoraciones en total
Bella fotografía en negro y blanco. Una película de aquellas que ya no se hacen. Una bonita historia de aventura y amor como pocas hay. Los dos actores que hacen de Martín Zalacaín están perfectos. Una María Dolores Pradera quien, casi que con sorpresa, nos regala una canción inolvidable. No se la pierdan.
Sé que lo mejor es no hablar de la referencia literaria, aquí o en cualquier otro título cuyas imágenes nacen de las letras es mejor no hacer comparativas porque de lo que ha de hablarse es de cine. Cuesta no pensar en el vasco duro y sencillo que tira para adelante gracias al contrabando, cuesta no recordar su épica, su intransigencia, su valor y su astucia. Y sobre todo duele leer incluso en la ficha técnica al mismo Pío Baroja, como si hubiera hecho un cameo como pistolero. Cuesta no hacer comparaciones y yo las estoy haciendo, El Zalacaín de esta película es de nivel bajo, su cuñado Bautista es una risa y la significación de los tres amores del mozo es para irse corriendo. ¿Aventuras?, de muy bajo coste, está claro que los lugares que recorre no son de alfombra roja, pero este personaje no transmite lo que debería. Se trata de una película lamentablemente olvidable, puede que anclada en su época de realización. Llega a nosotros como curiosidad cinéfila, pero con poco, muy poco interés.
Antes que nada la anécdota no pertinente de Zalacaín el aventurero es que por un motivo que aún desconozco en la versión que he visto, salvo el principio, el sonido no concordaba con la imagen, ésta iba antes y aquel después, como en Cantando bajo la lluvia (1952). Esta anomalía es un incordio a la hora de seguir una película pero he de reconocer que nos ha dado momentos gloriosos. Qué risa cuando a las chicas les tocaba el vozarrón de un hombre y a éstos la delicada entonación de aquellas. Pero sin duda el momento más hilarante fue cuando apareció un león y su rugido parecía confundirse con el discurso de un personaje. Se nos saltaban las lágrimas de tanta carcajada.
Dicho esto, el largometraje en sí ha sido claramente decepcionante, a pesar de que se basa en una de las novelas más populares de uno de los escritores más importantes de nuestras letras, Pío Baroja, que publicó Zalacaín el aventurero en 1902. A pesar de su título, aventura hay muy poca y sí en cambio un romance a cuatro bandas de lo más estúpido, en el que ellas quedan como unas bobaliconas. El problema de todo es que Baroja, aunque evolucionó mucho ideológicamente, por lo menos en aquellos años era un liberal radical, y lo que hace en su novela es fantasear para hacerse la pelota a sí mismo: subversión social, meritocracia, rebeldía y hembras arrastradas.
En 1930 se estrenó la primera adaptación a la gran pantalla de Zalacaín el aventurero , en la cual actuaban Pío Baroja y su hermano Ricardo. Lamentablemente -hasta la fecha- anda perdida y sólo conocemos de ella testimonios de la época y algunas fotografías.
En 1955 se estrenó Zalacaín el aventurero dirigida por Juan de Orduña. Esta adaptación cinematográfica se inicia con un sepulturero escribiendo una carta a don Pío Baroja respondiéndole a una anterior carta de don Pío. Antes de abrir la carta y leer el contenido de ella, Pío Baroja le cuenta a Juan de Orduña, como conoció la historia de Zalacaín y los verdaderos detalles de la vida de Zalacaín que más tarde su mano plamó en la novela. Con este prólogo se inicia la historia de Martin Zalacaín, en la que los escarceos amorosos de la vida de Zalacaín cobran protagonismo en detrimento de las bélicas, convertidos en mero telón de fondo.
El producto final es una digna adaptación, bastante interesante, con las limitaciones de la época, aunque el material con el que se trabajó podría haber dado más de sí. A destacar el vesturario y sobre todo las caracterizaciones de los carlistas. Lo mejor de la película puede que sea la aparición de Pío Baroja, aunque me quede la duda de si la voz que escuchamos sea la original o le hayan doblado.